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Medallas de la campaña de Egipto y Sudán. Colección David Alfaras

Medallas de la campaña de Egipto y Sudán. Colección David Alfaras

“Lo que concierne a Egipto, concierne al Reino Unido”. Esta fue la política que dirigió la mirada de Londres hacia aquel rincón del mundo, desde que la India se convirtió en la joya de la corona del Imperio Británico1, importancia geoestratégica que se multiplicó a partir de 1869, cuando se construyó el canal de Suez. Impresionante obra de ingeniería que permitía a los británicos pasar a contar sus viajes a la India en términos de meses a semanas.

Por aquel entonces, Egipto seguía perteneciendo al Imperio Otomano, pero ya hacía décadas que la Puerta Sublime apenas si tenía en la región un poder nominal poco más que para nombrar al “Khedive”, su Virrey; ya que la política estaba tutorizada por Gran Bretaña y Francia, aliadas ante el peligro común que significaba Rusia.  

Aunque fueron los habitantes de aquellas tierras quienes pusieron en serios apuros a los británicos durante más de 10 años, dando como resultado míticas batallas, un par de interesantes condecoraciones y una retahíla de novelas y películas, destacando muy por encima de las demás “The Four Feathers” (“Las Cuatro Plumas”).

Los primeros problemas serios tuvieron lugar en 1882. Egipto se agitó por una crisis política, ya que un grupo de militares locales, encabezados por Ahmad Arabi Pasha Al-Misri, se alzaron contra el Khedive Tewfik Pasha, a quien consideraban demasiado condescendiente con las potencias europeas. Los británicos defendieron al Khedive, teniendo lugar serios combates entre las dos facciones, como el bombardeo de Alejandría o la célebre batalla de Tel-el-Kebir, que se saldó con una aplastante victoria británica, redondeada con la captura de Arabi Pasha, que fue deportado a Ceilán (Sri Lanka).

Para conmemorar esta campaña, se creó la medalla de Egipto de 1882, pero como fuera que las acciones militares se alargaron hasta 1889, la medalla se siguió otorgando para las misiones que, dos años más tarde, tendrían a Sudán como marco operativo.

Así, en 1884, Egipto volvía a estar en problemas. Esta vez a causa de Sudán, una de sus provincias. Y los británicos, los primeros interesados en la estabilidad de aquel país, hicieron suyos sus problemas. Todo había empezado en 1881, cuando en Sudan, aprovechando la revuelta de Arabi Pasha, un oscuro carpintero llamado Mohamed Ahmed se proclamó Mahdi, un cargo político-religioso de carácter fundamentalista, que pronto cosechó millares de seguidores en el país, y que se multiplicaron cuando en Mahdi, no solo le declaró la guerra a Egipto, sino que aniquiló a dos de sus ejércitos. Los británicos pasaron a la acción, doblegando a los sudaneses en varias batallas, destacando las de El Teb y Tamai. En ellas, los Derviches sudaneses, fuerza de élite de los Mahdistas, demostraron ser un enemigo muy temible. Así, en Tamai llegaron a romper el mítico “cuadro” de la infantería británica (Castlelton, uno de los personajes de “Las Cuatro Plumas” muere precisamente en esta batalla). 

 

Cuadro de Infantería de los Cameron Highlanders.

Cuadro de Infantería de los Cameron Highlanders.

Tal fue la fiereza de estos combates que el gobierno británico optó por dejar Sudán en manos del Mahdi, y envió al general Charles Gordon a supervisar la retirada de los egipcios y sudaneses aliados de la ciudad de Jartum. Pero al llegar a Jartum, Gordon, hombre místico y de carácter voluble, cambió de idea y decidió quedarse en la ciudad para resistir a las tropas del Mahdi, que tomó el guante y empezó el asedio el 12 de marzo de 1884. En Londres, la última cosa que quería el premier Gladstone era seguir combatiendo en aquel erial, pero la presión de la opinión pública, que le reclamaba liberar a Gordon y defender la honorabilidad del ejército británico, le obligó a mover ficha.

Y con un retraso que, a la postre, se demostraría fatal, Gladstone ordenó a Sir Garnet Wolseley rescatar a Gordon. En noviembre de 1884, se organizaron dos columnas. La primera, encabezada por el propio Wolseley remontó el Nilo; la segunda, a cargo del general Herbert Stewart, debería operar desde Suakin y atravesar el desierto por Metemmeh. Y fueron éstos quienes, a la altura de Abu Klea, se toparon con una fuerza de 10.000 sudaneses, frente a los 1.500 británicos (apoyados por un contingente de egipcios y sudaneses aliados). Por segunda vez, los Mahdistas consiguieron romper el cuadro británico, pero no pudieron llevarse la victoria, que una vez más cayó del lado de las casacas rojas (azules en esta ocasión).

Batalla de Abu Klea: https://www.youtube.com/watch?v=2MuNeFPvWag

Pero el avance por tierras sudanesas era lento y trabajoso, con continuas escaramuzas y emboscadas. De hecho, el propio general Stewart murió en una de ellas cerca de Metemmeh. Unos días más tarde, les llegó la noticia que Jartum había caído y Gordon asesinado, el 22 de enero. Unos días después, la expedición recibió la orden de retirarse hacía el Cairo. Si bien la guerra no se dio por concluida y se siguieron contando con combates, algunos de cierta magnitud como las batallas de Hashin y Tofrek, ambas descantadas hacia el bando británico.

Gordon de Jartum, de George W. Joy. En la Leeds Art Gallery.

Gordon de Jartum, de George W. Joy. En la Leeds Art Gallery.

Pero el movimiento del Mahdi sufrió un serio revés cuándo su líder falleció de tifus a mediados de 1885. A partir de entonces, solo algunos líderes militares como Osman Digna, trataron de incordiar a los británicos, pero sus acciones pocas veces fueron más que pequeños encuentros armados en puntos de la frontera.

En cualquier caso, los británicos decidieron dejar el Sudan en manos de los Mahdistas, que lo mantendrían durante trece años (algún día nos remitiremos a la caída del régimen fundamentalista durante la Segunda Campaña Sudanesa y la mítica batalla de Omdurman). Si la intención de Gladstone era mantener la estabilidad política en Egitpo, no le hacía falta ocupar militarmente Jartum, sino proteger la frontera entre ambas regiones. Y es que los británicos habían pagado un alto coste por su apoyo al Khedive (y lapresión de su propia opinión pública): durísimos combates que se decidieron en ocasiones en el cuerpo a cuerpo entre soldados; la muerte de tres brillantes generales (los ya mencionados Gordon, Stewart y William Earle en labatalla de Kirbekan en 1885); además de unos altos costes financieros. Estos fracasos provocaron la caída del gabinete Gladstone.

Eso sí, dejaría para la posteridad novelas y relatos de leyenda y unas bonitas medallas, a las que se le añadieron los siguientes pasadores:

–          Alexandria 11th July: para quienes participaron en el bombardeo de la ciudad durante la revuelta de Urabi Pasha. Todos ellos miembros de la marina.

–          Tel-El-Kebir: para quienes participaron en la batalla de dicho nombre el 13 de setiembre de 1882.

–          Suakin 1884: para aquellos que entre los días 19 de febrero y 26 de marzo de 1884, desembarcaron en la región de Suakin o Trinkitat.

–          El-Teb: para aquellos que el día 29 de febrero de 1884 participaron en dicha batalla. Se acuñaron 4.200 pasadores con este nombre.

–          Tamaai: para aquellos que el día 13 de marzo de 1884 participaron en dicha batalla.

–          El-Teb-Tamaai: para aquellos que participaron en ambas batallas.

–          The Nile 1884-85: para aquellos que participaron en la expedición para rescatar al general Gordon de Jartum.

–          Abu Klea: para aquellos que participaron en la citada batalla el 17 de enero de 1885. Se acuñaron 1.581 ejemplares y siempre debe ir acompañado del pasador “The Nile 1884-85”.

–          Kirbekan: para aquellos que participaron en la citada batalla el 10 de febrero de 1885. Se acuñaron 1.200 ejemplares y siempre debe ir acompañado del pasador “The Nile 1884.85”.

–          Suakin 1885: para aquellos que participaron en acciones en Suakin entre el 1 de marzo y el 14 de mayo de 1885.

–          Tofrek: para aquellos que tomaron parte en la batalla del mismo nombre el 22 de marzo de 1885. Siempre debe ir acompañado del pasador “Suakin 1885” y es muy raro de encontrar entre fuerzas británicas.

–          Gemaizah 1888: para aquellos que participaron en aquella batalla el 20 de diciembre de 1888.

–          Toski 1889: para aquellos que participaron en aquella batalla el 3 de agosto de 1889.

Así mismo, el Sultán de Turquía aceptó la propuesta del Khedive Tewfik de otorgar una medalla conocida como la Estrella del Khedive 1882-1891, de la que hablaremos en próximos posts.

 

 NOTA:

1 De ahí que los británicos abortaran con tanta rapidez la expedición de Napoleón en la tierra de los Faraones.

BIBLIOGRAFÍA:

GORDON, L.: British Battles and Medals. Ed. Naval and Military Press Ltd. 7º Edición. Londres, 2011. Versión revisada por John Hayward, Diana Birch y Richard Bishop.

WILKINSON-LATHAM, R.: The Sudan Campaign 1881-98. Osprey Publishing. Colección Men-At-Arms nº59. Londres, 2005.