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Si vis pacem, para bellum.

~ Blog de Historia y Cultura Militar.

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El Marqués Invisible

26 Martes Nov 2019

Posted by Joan in Condecoraciones españolas

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Absolutismo, Antonio Valdés y Bazán, Carlos IV, Castrofuerte, Escudos de distinción, España, Fernando VII, Godoy, Goya, Guerra de la Independencia, Guerra de las Naranjas, José M! Carvajal, Miguel Jalón, Milicias, Trienio Liberal, Voluntarios Realistas

Ya sabéis que en este blog encanta la antigua documentación militar. Como hemos comentado en otros textos, si algunos documentos sueltos ya son interesantes por sí mismos, cuando se trata de lotes de una misma persona, permiten seguir su trayectoria personal e incluso, como en el caso de hoy, poner en jaque alguna de las afirmaciones que se han publicado sobre éstas mismas, al tratarse de fuentes primarias.

Así, los documentos que presentaremos hoy deberán reescribir lo que (al menos, en algunas publicaciones) se ha explicado sobre el marquesado de Castrofuerte. Concretamente, en lo que se refiere a su X marqués, Miguel María Jalón y Bañuelos, a quien inexplicablemente se ha invisibilizado.

Así, por ejemplo, nuestro protagonista no aparece entre los marqueses de Castrofuerte en dos páginas de internet, una de ella de verdadera referencia, pero como vemos incompleta:

  • Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Marquesado_de_Castrofuerte
  • Academic: https://esacademic.com/dic.nsf/eswiki/1370132

Pero incluso en una obra especializada sobre el tema, Los Brizuela, Condes de Fuenrubia y familias enlazadas, si bien citan a Miguel Jalón, incomprensiblemente se lo saltan del listado y nombran a su hijo en su lugar como marqués. (1).

Miguel Jalón (Palma de Mallorca, 1776- Castrofuerte, 1830), nació en el seno de una familia de nobles con una larga tradición militar. De hecho, nació en las Baleares, destino militar de su padre. Y tanto él como sus dos hermanos varones menores también desarrollaron una notable carrera militar.

Los Castrofuerte son una familia noble de origen leonés, muy bien relacionada en el seno de la corte de Carlos IV y, probablemente, perteneciera a la camarilla de Manuel de Godoy, ya que en una reciente subasta han aparecido diversas cartas que se intercambiaron el Príncipe de la Paz y José Jalón, el padre de Miguel. De hecho, durante los motines que hicieron caer a Godoy, se asaltó una de las viviendas de los marqueses de Castrofuerte de la que se sustrajo y quemó un retrato del propio Godoy. Es de suponer que, al tenerlo en su casa y al intercambio epistolar, la relación entre ambos fuera estrecha.

Retrato de Francisco de Goya titulado “El Marqués de Castrofuerte”. El genial pintor aragonés, retrato a los padres de Miguel Jalón a principios del siglo XIX. Ambos cuadros se exponen en el Musée des Beaux Arts de Montréal, Montreal, Canadá

El primer documento, se trata de su ascenso de cadete a alférez en el Batallón de Fusileros de la Guardia Real, en una época en la que este cuerpo militar estaba compuesto por jóvenes de la nobleza próximos a la monarquía. Es un documento de 1795, cuando Jalón contaba con 19 años.

El segundo documento lo sitúa como alférez en el Batallón de Cazadores.

El tercer documento es su ascenso a 2º teniente, fechado en febrero de 1801.

Se retira con el grado de capitán en junio de 1803, estando adscrito a la Capitanía General de Extremadura, sita en Cáceres. Por este motivo, cabe suponer que puede haber participado en la Guerra de las Naranjas. Aquel brevísimo episodio bélico de 1801, en el que, instigado por Napoleón, Godoy encabezó un ejército con el que ocupó algunas ciudades portuguesas, mientras que, por su lado, en una ramificación americana de la contienda, los portugueses ocuparon diversas poblaciones coloniales españolas.

De hecho, durante su estancia en Cáceres conoce a quien será su futura esposa, María de la Concepción Ulloa y Cáceres (2).

Pero al estallar la Guerra de la Independencia, al parecer Miguel Jalón se reengancha al ejército y en es nombrado coronel del Regimiento Provincial de Toro. Se desconoce la fecha en la que se incorporó, pero si se sabe que estuvo en este regimiento hasta agosto de 1811, cuando toma el mismo cargo en el Regimiento Provincial de Plasencia, con el que combatirá el resto de la guerra.

Su padre, el titular del título del marquesado en aquel momento, comanda la 5ª División, en la que los regimientos de su hijo se engloban en más de alguna ocasión. Si bien, me faltan datos para poderlo situar en alguna batalla de las más trascendentes de la contienda.

Al final de la contienda, se retira con el grado de coronel.

El último documento es, probablemente, el más interesante de todos, ya que se trata de la concesión de una condecoración: un Escudo de Distinción por su trayectoria como coronel de los Voluntarios Realistas de Palencia. Vayamos por partes.

Para empezar, los Escudos de Distinción (3) son unas condecoraciones de tela que se cosían en las mangas de los uniformes. Se empezaron a conceder durante la Guerra de la Independencia y que se extendieron durante todo el reinado de Fernando VII, otorgándose durante las campañas de la citada guerra, las Guerras de Emancipación americanas y a los más destacados miembros de las Voluntarios Realistas.

No he podido evitar incluir el magnífico retrato de Fernando VII que pintó López Portaña, y que se expone en El Prado.

Éstos, por su parte, fueron unas milicias voluntarias de inspiración absolutista que empezaron a surgir durante el Trienio Liberal como oposición a las políticas del gobierno. Una vez recuperado el poder por parte de Fernando VII las institucionalizó otorgándoles un reglamento y mejorando su financiación y avituallamiento, en gran parte por la desconfianza del rey ante un ejército que en su mayor parte simpatizaba con el liberalismo. A partir de entonces, sus objetivos fueron evitar el restablecimiento del gobierno constitucional y participar en acciones de seguridad pública, especialmente en zonas rurales donde el bandolerismo seguía más activo. En el año 1826, se nombra a José Mª Carvajal (4) Inspector General, un hombre cercano al felón, que da un impulso a las milicias, reformando su reglamento. Éstas, llegaron a estar formadas por unos 200.000 voluntarios (todos ellos “hombres de probada reputación”), divididos en los cuerpos de infantería, artillería y caballería. Si bien aproximadamente la mitad contaba con uniforme, el resto se tenía de contentar con una escarapela. La decadencia del cuerpo probablemente empezó hacia 1830, cuando Fernando VII promulga la Pragmática Sanción, que desencanta a los elementos más intransigentes de las Milicias.  Tras la muerte de Carvajal, en 1832, se acentuó una decadencia del cuerpo, que se acabó disolviendo en 1833, tras la muerte de Fernando VII. Parte de sus miembros pasaron a engrosar las filas del ejército carlista.

El palacio de Castilfalé, Burgos.

En internet, corre alguna otra inexactitud sobre Miguel Jalón. Por ejemplo, en las siguientes webs, se indica que el palacio de Castilfalé fue vendido a finales del siglo XVIII por Antonio Valdés y Bazán (5) a Heliodoro Jalón (6):

https://burgospedia1.wordpress.com/2010/09/12/palacio-de-castilfale/

http://www.aytoburgos.es/archivo/conoce-el-archivo/el-archivo-municipal/el-palacio-de-castilfale-historia-y-arte

Pero si Valdés murió en 1816, este Jalón nació en 1844, por lo que la venta, a todas luces, parece poco probable que se pudiera realizar.

Además, en los mismos archivos burgaleses (7) se guarda un documento de 1828 en el que se presenta una factura que realiza Mariano Miguel por “colocar cristales y realizar vidrieras” en el citado palacio, citado como la casa del marqués de Castrofuerte. Por su parte, Juan Escorial Esgueva (8), quien ha escrito la más completa historia sobre el palacio, nos confirma que al nacer Heliodoro, el palacio ya era propiedad de la familia.

Poco más se sabe de los detalles de la vida de Miguel Jalón. Si se sabe que murió en el pueblo de Castrofuerte el 19 de julio de 1830 y que fue enterrado en la iglesia de San Pedro, hoy en ruinas.

Escudo del marquesado de Castrofuerte.

 

 

Notas:

(1)  ALÓS, Fernando de y DUQUE DE ESTRADA, Dolores: Los Brizuela, Condes de Fuenrubia y familias enlazadas; Editorial Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía. Madrid, 2009.

(2) Hija de Gonzalo de Ulloa y Lugo (señor de Pajarillas, Fuente del Saz, de Villalba de Adaja, de Foncastín y de la Torre Infanzona de Anuncibay en Álava, Maestrante de Ronda, Regidor perpetuo de Cáceres y Medina del Campo) y de Casimira Cáceres,

(3) En este sentido, es obra de referencia: RODRÍGUEZ BELLES, Antonio: Medallas y Ascensos en sus Documentos (1811-1931). Una obra ineludible para todo coleccionista.

(4) José María Carvajal Urrutia (Cádiz, 1762 – Madrid, 1832). Proveniente de una familia de larga tradición militar, entra en el ejército en 1778. Participa en la ocupación de Darién, en el actual Panamá, donde su padre ejercía de gobernador. Tras regresar a la península ibérica, participa en las guerras revolucionarias francesas y la Guerra de las Naranjas. Es hecho prisionero por los ingleses en la batalla del cabo de Finisterre. Se reincorpora al ejército durante la Guerra de la Independencia, ostentado numerosos mandos de importancia. En 1810, es nombrado comandante general de Aragón y presidente de su Junta. Durante algunos meses, llegó a ser Secretario de Guerra del gobierno. Muy próximo a Fernando VII, tras la guerra, recibe numerosos cargos de importancia, siendo el Inspector General de las Milicias Realistas el último de ellos. Fernando VII también lo agasajó con las órdenes de San Fernando, San Hermenegildo, Carlos II e Isabel la Católica.

(5) Antonio Valdés y Fernández Bazán (Burgos, 1744 – Madrid, 1816). Hijo de un hidalgo asturiano bien situado en la corte, Antonio Valdés entró de muy joven en la marina. Tras combatir en el mar a ingleses y piratas berberiscos, dirigió las fábricas de artillería de La Cavada y Liérganes. Su trabajo al frente fue recompensado con el nombramiento como Inspector General de la Marina cuando contaba con 38 años de edad. Impulsó numerosas reformas, tanto en los equipamientos de la marina, como en la formación de sus oficiales, así como expediciones científicas alrededor del mundo. Siguió ocupando cargos de relevancia a lo largo de toda su vida. De hecho, Carlos IV lo nombró Gentilhombre de cámara y le otorgó el Toisón de Oro.

(6) Heliodoro Jalón y Larragoiti (1844 – 1914). Militar y político español. XII Marqués de Castrofuerte.

(7) http://archivo.aytoburgos.es/burgos/doc?q=*%3A*&start=0&rows=1&sort=fecha%20asc&fq=fecha&fv=[1819-01-01T00%3A00%3A01Z+TO+1843-12-31T23%3A59%3A59Z]&fo=null&fq=mssearch_hierarchy01&fv=Fondo+Condes+de+Castilfalé&fo=and

(8) ESCORIAL ESGUEVA, Juan: “El Palacio de Castilfalé. Su fortuna en el tiempo (1600-1920)” en VV.AA. Palabras de Archivo. Homenaje a Milagros Moratinos Palomero. Burgos, Instituto Municipal de Cultura y Turismo. Ayuntamiento de Burgos, 2018, pp. 347-367.

La Armada Invisible (1719)

25 Martes Jun 2019

Posted by Raimundo de Miguel Alonso in Episodios Nacionales

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Alberoni, Carlos XII, Escocia, España, Felipe V, Gran Bretaña, Jorge II

La incursión de un contingente español en el castillo escocés de Donan

El castillo de Donan, Escocia.

Hace ahora 300 años de todo aquello…

Los pasajes heroicos a lo largo de nuestra historia, muchos estériles pero no por ello menos admirables, se cuentan probablemente por miles.

Una mezcla de arrojo inconsciente y de mala suerte, han ido creando contextos extremos en los que al final había que tirar de valentía descarnada, y de una cierta dosis de inmolación colectiva tan del gusto de la Península. También tuvimos de los otros, en los que el arrojo, la determinación, y la alineación de los astros nos permitieron conseguir victorias incomparables. Alguien dijo que nuestra Historia siempre acaba mal. No estoy en absoluto de acuerdo. Pero es indudable que solo el que se expone vence o sale trasquilado. De todo hemos conocido como decíamos.

Somos así, se nos da bien hacer de la adversidad un viejo compañero de andanzas, que a fuerza de estar siempre presente se convierte en uno más de la familia. Se la invita a pasar para quedarse. Así fue durante siglos.

Desde estás paginas hemos reflejado ya muchos momentos de este tipo. Algunos muy conocidos, otros menos, pero ambos de necesaria vindicación.

En esta ocasión queremos traeros una vicisitud que algunos estudiosos han calificado como la primera, y única vez, en la que tropas enemigas han logrado desembarcar y permanecer en las casi inexpugnables Islas Británicas. Con la salvedad tal vez de los Vikingos. En concreto en un remoto rincón del norte de Escocia. Lo que no lograrón ni Felipe-II, Napoleón ni Hitler, lo iban a conseguir un grupo de valerosos gallegos.

Nos situamos en 1719. Reinaba en España Felipe V, el primer Borbón de la dinastía, del que se llegó a decir que combatía sus procesos depresivos, constantes por otro lado, con guerras y escuchando al “Divino Farinelli”, instalado de retiro musical con él en el suntuoso y fascinante palacio de La Granja de San Ildefonso (Segovia).

Retrato de Felipe V, de Jean Ranc. En el Museo del Prado.

Retrato del rey de la Gran Bretaña, Jorge II.

La idea de la invasión de Gran Bretaña parte del Consejero de cabecera del Rey, el Cardenal Giulio Alberoni, y es inmediatamente aplaudida por este, indignado por las condiciones derivadas del Tratado de Utrecht (1715) y tal vez necesitado de algún estimulo anímico…, ante la previa, la verdad sea dicha, declaración de guerra por parte de Gran Bretaña y Francia.

Inicialmente se planteó una triple alianza entre España, Suecia y Rusia, frente a la famosa “Cuádruple Alianza 1718-1720” (Gran Bretaña, Francia, las provincias rebeldes de los Países Bajos y el Sacro Imperio Germánico) para invadir las islas. La idea pasaba por crear dos frentes abiertos. Uno invadiría Inglaterra y el otro por la retaguardia, Escocia. Este último escenario con el apoyo local de los Clanes Escoceses, en eterno enfrentamiento y disputa con el rey inglés Jorge II.

Hablamos en conjunto de una fuerza inicial de bastante entidad, unos 5.000 hombres, que contaba además de con el factor sorpresa, con el apoyo de las milicias Escocesas. Se pretendía incorporar para equiparlos muchas armas y pertrechos (25 barcos de transporte, 6 de guerra, y unas 30.000 armas en total, entre largas y cortas).

Como tantas veces en operaciones tan complejas y de coalición, en el último momento el contingente principal de las fuerzas de tierra (el sueco), que estaba previsto que atacara Inglaterra, se retira al morir poco antes su otro adalid, el Rey de Suecia, Carlos XII, y decidir su descendiente no seguir con el plan.

Los españoles, a pesar de lo temerario de la nueva situación, -esta decisión fue una vez más tomada por el poder político no militar-, deciden seguir adelante.

Hay quien apunta, en concreto Cesáreo Fernández Duro, conocido estudioso de la época, que se trataba de una maniobra de distracción frente a los ingleses para concentrarnos en la campaña de Italia, nuestro verdadero objetivo en aquella época. Tal vez este dato justifique un plan tan absolutamente arriesgado.

El grueso de la flota española zarpa desde Cádiz el 7 de marzo. Una vez más, como ya pasó con la mítica “Felicísima Armada” (*) de Felipe II en 1588, el factor climatológico, los famosos elementos en forma de terrible borrasca, dispersan y diezman la flota.

La fuerza secundaria va por libre, y casi de puntillas al tratarse tan solo de dos naves. Se convierte entonces en la única protagonista y se dirige a Eilean Donan en las remotas costas escocesas según el plan original. No se les pudo advertir que la operación se había abortado. Se habían quedado solos, pero lo que es peor, tardarían mucho en averiguarlo.

Dos fragatas con tan solo un batallón (unos 300 hombres), zarpa del puerto de Pasajes (Guipúzcoa). Se hacen un par de escalas previas de aprovisionamiento en La Coruña y Santander, partiendo inmediatamente después con rumbo a las islas. Finalmente desembarcan 307 integrantes del “Regimiento de Infantería de Marina Galicia Nº 64” al mando del oficial Pedro de Castro y Bolaño y del Sargento Mayor Alonso de Santarem, con el apoyo del Clan local de los MacKenzie, acantonándose en la fortaleza de Donan.

Escudo del Regimiento Galicia.

Se desembarca y se guarda en el castillo todas las armas previstas para armar a las milicias locales. Una parte del destacamento como decíamos, se instala en el castillo como cabeza de playa, y se deja una simbólica guarnición de unos 50 hombres.

De Castro, después de organizar a los Clanes insurgentes, avanza con el resto de su exigua fuerza, unos 250 infantes, hasta completar con los escoceses unos 1.000 hombres. El objetivo es conquistar la cercana ciudad de Inverness.

Los ingleses ya saben que hay una fuerza española que está organizando un levantamiento en Escocia pero no saben con qué efectivos cuenta. Se envían cinco fragatas hacia Donan. Al llegar y ver la enseña española ondeando en las almenas efectúan un preciso bombardeo dejándolo en ruinas. Hasta bien entrada la noche no se produce el asalto final. Entre las ruinas han seguido defendiendo la posición los 39 españoles que han sobrevivido a la lluvia de proyectiles. Son tomados prisioneros pero son tratados con respeto.

De Castro es informado y cunde por primera vez el desánimo y la sensación de que realmente están solos ante la que se avecina.

Los ingleses también por tierra se dirigen hacia ellos. El 10 de junio de 1719 se produce esta batalla (Glen Shiel) desigual pero encarnizada, producto como hemos ido desgranando de una sucesión de calamidades. Dada la valentía de los supervivientes españoles, con solo veinte bajas en total, los escoceses se habían replegado previamente al ser herido su líder, el mítico Rob Roy, los ingleses les permiten rendirse con honores, conservando intacta la honra y la bandera.

Tanto este grupo como los 39 supervivientes del castillo, fueron trasladados a Edimburgo como prisioneros antes de ser repatriados a España.

Se dice que en el cautiverio, que parece ser fue bastante llevadero, descubrieron un licor local, el Whisky, que les ayudo a recuperarse en todos los sentidos…

Escudo de armas de Felipe V.

 

(*) Para intentar ir superando esa especie de trauma colectivo con la “Armada Invencible”, cabria recordar llegados a este punto que cuando los ingleses en 1589 enviaron su Cotraarmada contra España (La Coruña), capitaneados por el famoso Sir Francis Drake, también salieron escaldados y fueron derrotados.

Una tal María Pita tuvo mucho que ver. Nuestra derrota se debió a factores no militares, la suya inmediata, a la heroica oposición en una lucha cuerpo a cuerpo y con la bayoneta calada.

El cazador del instante: José Ortiz Echagüe

29 Lunes Abr 2019

Posted by Raimundo de Miguel Alonso in Galería de personajes ilustres

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Alfonso XIII, Aviación, CASA, Cuenca, España, Fotografía, Guadalajara, Mariano Bertuchi, Marruecos, Ortiz Echagüe

A mí amiga Belén Martínez-Osorio, brillante creadora también de escenografías

 

Conservo en casa desde hace muchos años un libro del célebre fotógrafo José Ortiz Echagüe (*).

Perteneció a la biblioteca de mí abuelo y realmente siempre ha llamado mucho mí atención. Se trata de una cuidada edición de los años 40, que bajo el título de “España Mística”, recoge una serie de fotografías excepcionales de nuestro protagonista, que retrata magistralmente tanto a monjes de clausura y pasos de Semana Santa en pueblos remotos, como a distintos pasajes y paisajes de esa España devocional tan lejana ya en el tiempo. La calidad y personalidad de lo que el libro incorpora lo han convertido en una obra capital y de referencia. Lo que no es muy conocido de su biografía es que fue militar de carrera.

Hablamos de un gran maestro del llamémosle tipismo (no típico), del regionalismo costumbristas, o simplemente de un cazador aventajado del momento, de la luz y su espectacular reflejo en papel. Siempre en blanco y negro.

Ortiz Echagüe fue sin ninguna duda un fotógrafo realmente distinto, con un gran sentido artístico en la elección del motivo y la forma de plasmarlo. Todas sus fotografías son por ello de un estilo reconocible, entre la calcografía y el grabado, y en las que el individuo es casi siempre el principal protagonista. Captador como nadie de la expresividad, del gesto roto, del contraste en la iluminación, sus obras son cuadros efímeros, es una fotografía de lienzo, ante la que es difícil no sentir verdadera admiración. Sus series de monjes muy bien podrían recordar a los cuadros del gran Zurbarán.

Nuestro admirado autor, nació en Guadalajara en 1886 en el seno de una familia de clase media de capital de provincia. Hijo de militar y hermano del pintor Antonio Ortiz Echagüe. Llama la atención esa coincidencia de lo militar y lo artístico en una misma casa, circunstancia esta que forjaría su trayectoria y toda su obra posterior.

En el año 1903, siguiendo las indicaciones familiares, ingresa como cadete en la Academia de Ingenieros Militares de su ciudad. Hablamos en consecuencia de un pionero de la aviación militar en España, lo que le permite ser piloto militar y de globos aerostáticos desde 1911, dentro de las primeras promociones de este cuerpo recién creado.

En aquellos años su pasión por la fotografía se incorpora a su vida militar como una habilidad que le permitirá bautizarse como fotógrafo aéreo en la Guerra de Marruecos tomado instantáneas desde su avión de distintas posiciones enemigas.

Además de su quehacer en el Ejército, dedica su tiempo libre a captar con su cámara el exotismo del Marruecos de la época. Sus anónimos personajes, los rincones de las Medinas, la convivencia de dos culturas tan cercanas y al mismo tiempo tan antagonistas. Ese periodo tan fértil comprendió desde el año 1909 hasta 1916. Coincidiría con seguridad con el gran pintor del Protectorado, Mariano Bertuchi (**), que se instala en Tetuán en 1915. Algunos cuadros de este último recuerdan fotografías de Ortiz Echagüe y a la inversa.

(c) Ortiz Echagüe.

El perfil técnico e inquieto de nuestro joven piloto de guerra le permite, unos años después de regresar de Marruecos (1920), fundar en Getafe la empresa de titularidad pública CASA (“Construcciones Aeronáuticas S.A.”) en lo que sería el germen de una empresa que con los años adquirió mucho prestigio, y que aún hoy sigue con su actividad civil y militar, relanzada en los últimos años por su integración en el grupo Europeo “EADS-AIRBUS GROUP”.

(c) Ortiz Echagüe

En eso primeros años se fabrica allí, bajo licencia francesa, el famoso avión Breguet. En aquella época, y por la labor realizada en CASA, se le concede el título honorifico de “Gentilhombre de Cámara de Alfonso XIII”. También estaba en posesión de la Gran Cruz de Alfonso X El Sabio.

Es una constante en este tipo de personalidades, y es una virtud de toda aquella generación, los registros polifacéticos, en los que la técnica, la curiosidad insaciable y la creación del tipo que sea, conviven en absoluta armonía. Médicos que además pintaban con maestría, abogados que escribían como los ángeles…, mecánicos que leían a los grandes clásicos. Otro ejemplo de esa amigable simbiosis a lo largo de toda su vida lo demuestra que también fue Presidente de SEAT desde 1950 a 1976.

Antes y después de esos cargos de relevancia, su producción artística es incesante. Vive pegado a sus cámaras que siempre le acompañan. En 1935 la prestigiosa revista norteamericana “American Photography” lo cataloga como uno de los tres mejores fotógrafos del mundo, y probablemente, como el más importante de España a lo largo de su historia. Nos llama la atención, que siendo la fotografía su gran pasión, siempre le dedicó un tiempo necesariamente limitado dadas las otras responsabilidades profesionales que jalonaron su carrera. Hacer tantas cosas distintas y hacerlas todas con maestría no está al alcance de cualquiera.

(c) Ortiz Echagüe

(c) Ortiz Echagüe

Ortiz Echagüe además de tener una muy depurada técnica llego también a dominar el positivado, que el mismo realizaba en su estudio, consiguiendo ese efecto pictórico y de claroscuro tan característico. Publicó una serie de libros que agrupaban por temática su muy variada producción:

-El Marruecos Español

-Fotos y Retratos Familiares

-Tipos y Trajes

-España, Pueblos y Paisajes

-España Mística

-España, Castillos y Alcázares

Su ingente obra se encuentra actualmente centralizada y custodiada en la Universidad de Navarra, dentro del llamado “Legado Ortiz Echagüe”.

(c) Ortiz Echagüe

Coincide esta reseña inaplazable de Ortiz Echagüe, -probablemente he esperado inconscientemente a escribir sobre este personaje tan singular por ello-, con que nuestro querido Blog alcanzará la mayoría de edad en breve, estando en puertas de llegar a los 100.000 hits.

Esta iniciativa que surgió de forma espontánea entre Joan Herrero y yo hace unos años, que partía de nuestra fascinación por la historia, la milicia, sus piezas y pasajes, se ha convertido en una fuente de satisfacciones, descubrimientos, confirmaciones, y sobre todo, nos ha permitido tener la certeza que todo lo que se haga en esta dirección, es poco.

Da igual que el foro parta desde el academicismo y la cátedra, o que lo sea como en este caso, como iniciativa amateur de dos grandes amigos que quieren contribuir humildemente, en permanente tándem y complementándose, a que ciertas cosas no se olviden del todo. Rescatar es devolver a la vida todo aquello que no puede perderse y es volver a vivirlo.

Si ese espíritu con el que nació el Blog ha logrado mínimamente su objetivo, y nuestros lectores así lo piensan, habrá merecido la pena.

La buena noticia es que esto no ha hecho nada más que empezar…

 

Para saber más del contexto:

 Ortiz Echagüe (*)

https://www.museoreinasofia.es/exposiciones/ortiz-echague

http://www.euskonews.eus/0161zbk/gaia16105es.html

 

Mariano Bertuchi (**)

http://www.lahistoriatrascendida.es/mariano-bertuchi/

 

 

Benemérito a la Patria: Auge y caída de la medalla que nunca existió

11 Jueves Abr 2019

Posted by Joan in Condecoraciones españolas

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1823, Benemérito por la Patria, Cádiz, Cuba, España, Guerra de la Independencia, isabel ii, Milica Nacional de Cádiz

La verdad es que tenemos la suerte que el mundo de las órdenes y condecoraciones españolas está lleno de rarezas que en otros países serían impensables. Hace unos años, Jaume Boguñà me comentó un claro ejemplo de ello: la medalla de los Beneméritos a la Patria, una medalla que, en realidad, nunca existió. Siempre he querido poder escribir sobre esta medalla que, al fin, puedo exponer aquí.

Cuatro modelos diferentes de la versión para oficiales de la medalla de Benemérito por la Patria. Colección Jaume Boguñà.

Lo cierto es que el título de Benemérito a la Patria empezó a otorgarse durante la Guerra de la Independencia. Nos cuenta Félix Martínez (1) que se trataba inicialmente de un “inmaterial nomen iuris”, un título honorifico que el beneficiario podría hacer uso nominal, pero nada más. Los primeros galardonados fueron los “vecinos, moradores y milicianos” de la ciudad de Zaragoza que lucharon durante el Segundo Sitio de la ciudad, otorgándoles tal honor según Real Decreto de fecha 9 de marzo de 1809, a la que seguiría al año siguiente los defensores de la ciudad de Girona.

Una vez terminada la guerra, el título se empezó a distribuir con una cierta discrecionalidad, por lo que hubo diversos intentos de sistematizar los motivos por los que se podría recibir este nombramiento. Ya durante el reinado de Isabel II, Antonio Prieto Barrio (2) nos indica la existencia de algunas Reales Órdenes que tienen la intención, al menos en el terreno militar, de definir quién puede tener derecho a ostentar este título. Así, en la R.O. de fecha 18 de febrero de 1839 (Gaceta de Madrid número 1572, de 6 de marzo), se habla en todo momento del “derecho a la declaración de benemérito de la patria”, como un titulo meramente honorífico, y no se cita en ningún momento, ni en este, ni en ningún otra R.O. que esté asociado a ninguna medalla.

A falta de uno, dos. Este oficial escogió dos modelos diferentes para acompañar a su medalla de la Batalla de Gra. Colección Jaume Boguñà.

Poco después, empiezan a aparecer en las pecheras una medalla con forma de “cruz en aspa de cinco brazos, esmaltada en negro, cada una de las puntas acabada en un globulillo; los espacios entre los brazos con muralla de oro. Centro circular, sobre fondo blanco la inscripción BENEMÉRITO A LA PATRIA. Reverso con inscripción PATRIA Y LEALTAD. Adorno en la parte superior. La cinta azul, con franja lateral roja a cada lado”, según la precisa descripción de Prieto Barrio. ¿De dónde salió?

Cuatro modelos diferentes (dos de ellos lacados) de la medalla en la versión de tropa. No íbamos a ser menos. Colección Jaume Boguñà.

Lo cierto es que esta medalla es idéntica a la de la Milicia Nacional Voluntaria de Madrid en Cádiz, instituida según Real Decreto de fecha 14 de julio de 1834. Así pues, ¿cabe pensar que algún avispado vendedor queriéndose aprovechar de la vanidad de algunos militares que quisieran materializar un título que era meramente “nomen iuris”? No deja de ser una hipótesis, pero es plausible dado la cercanía en la creación de la medalla de la Milicia Nacional Voluntaria. Y quién sabe si el fabricante le supo dar salida a un stock de medallas que, los milicianos que doce años atrás habían ido a Cádiz ni sabían que tenían derecho a reclamar (3). ¡El caso es que la idea tuvo éxito! Qué bien quedaba la medalla en los pasadores de las guerras carlistas o en el de las guerras coloniales. Que será por guerras en la España decimonónica. Aún hoy, en el Casino Militar de La Habana, decorado con los retratos de diversos militares españoles decimonónicos, muchísimos de ellos lucen orgullosamente esta medalla en su pechera.

Tres modelos diferentes de la Medalla a los Defensores de Cádiz de la Milicia de Madrid. Anverso. Colección Jaume Boguñà.

Pero el carácter extraoficial de la medalla suponía un desafío a las ordenanzas militares. Era cuestión de tiempo que alguien dejara de hacer la vista gorda y que algún alto mando finiquitara la historia de una medalla que nunca debería haber estado allí. Sucedió en Cuba y nos lo explican Grávalos y Calvó (4), en el “Boletín Oficial de la Capitanía General de Cuba, año IX, numero 51, en la que se publica una resolución fechada el 13 de septiembre de 1870 en la que se dice: “Manuel González González, voluntario del Batallón de La Habana solicitó que se le autorizase a usar la Cruz de Benemérito de la Patria fundándose en que en dicha ciudad la usan los Jefes y Oficiales del Ejército. El Capitán General ha resuelto desestimar dicha instancia en atención a que no existe (oficialmente) dicha Cruz y que está prohibido su uso por diferentes reales disposiciones, la más reciente del 26 de agosto de 1867”. Así que, para disgusto del pícaro fabricante y sus seguidores, la medalla fue cayendo en desuso hasta desaparecer completamente de los pasadores de finales del XIX.

Reverso de las anteriores medallas. Colección Jaume Boguñà.

Por suerte y para todos los coleccionistas, es una medalla que a pesar de su antigüedad, es relativamente fácil de encontrar, lo que nos permite deducir que el “invento” fue todo un éxito.

 

Notas:

(1) Martínez Llorente, Félix (2013), pp. 210-211

(2) Prieto Barrio, Antonio (2018), p. 80

(3) Un miembro de la Milicia Nacional Voluntaria, por su propia naturaleza, es más que probable que doce años después de la campaña en Cádiz estuviera desvinculado de la Milicia y que nunca leyera la Gaceta de Madrid (dónde se publicaban las Reales Órdenes), por lo que muchos de ellos ni supieran que tenían derecho a dicha medalla y, en consecuencia, el fabricante de la medalla se viera con un stock de medallas del que no sabría cómo desprenderse.

(4) Grávalos y Calvó, pp. 111-112

 

Bibliografía

GRÁVALOS GONZÁLEZ, Luis y CALVÓ PÉREZ, José Luis: Condecoraciones Militares Españolas. Editorial San Martín, Madrid, 1988

MARTÍNEZ LLORENTE, Félix: “Cómo si del Rey de tratase: El ejercicio de Regalías Premiales por las Juntas Supremas, Regencia y cortes de Cádiz (1808-1814)” en PALACIOS BAÑUELOS, Luis y RUIZ RODRÍGUEZ, Ignacio (comp.): Cádiz 1812. Origen Del Constitucionalismo Español. Editado por Librería-Editorial Dykinson, 2013

PRIETO BARRIO, Antonio: “Otras Condecoraciones hasta 1930” en Compendio Legislativo de Condecoraciones Españolas. Edición actualizada a 1 de junio de 2018.

 

Exposición sobre el servicio militar en el Ifni

21 Jueves Feb 2019

Posted by Joan in Eventos, museos y exposiciones

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Barcelona, Eladi Romero, España, Ifni, Jaime Martín, Las guerras silenciosas, Marruecos, Museo de las Culturas del Mundo

Hace unas semanas, por pura casualidad, encontré el anuncio de una exposición que estaba a punto de clausurarse en el Museo de las Culturas del Mundo de Barcelona. El título, para un estudioso de las guerras de Marruecos, no podía ser más sugerente: “Ifni. La mili africana de los catalanes”. Y a pesar del riesgo que suponía que la exposición estuviera organizada por el Ayuntamiento de Barcelona (cuya visión de la historia y cultura militares está alejada de la este blog), merecía la oportunidad de ser visitada y comentada.

En resumen, ya sólo por el simple hecho de tratar de rescatar del olvido un episodio de la reciente historia de España, la valoración sólo puede ser positiva. Si bien cabe reseñar la modestia de lo expuesto y lo exiguo del espacio que se le dedicó que hacía el recorrido demasiado corto.

En cuanto al contenido, unos paneles explicativos del contexto histórico y una breve reseña sobre la “guerrita” que tuvo lugar entre noviembre de 1957 y junio de 1958, destacando la participación de las unidades de paracaidistas, con las banderas Roger de Lauria y Roger de Flor (dos militares míticos de la Edad Media catalana) y que estaban formada por un gran número de voluntarios catalanes, pero poco más en el apartado bélico.

La exposición estaba salpicada de fotos, algún vídeo, mapas, objetos relacionados con el Ifni y hasta una tienda de campaña, pero desde mi punto de vista le falta algo de vida, hubiera estado bien contar con una maqueta o que la explicación de la guerra de 1957-58 no hubiera quedado en un mero panel explicativo. Hubiera sido interesante, incluir las armas que se usaron, o desplegar un paracaídas de nuestros célebres “paracas”, pero supongo que ello iría (y lo digo sin recochineo) en contra de la cultura de la paz que promulga el Ayuntamiento de Barcelona. Que me parece loable, pero que cuando hablas del Ifni, acaba provocando que la exposición cojee un poco.

Otro punto interesante de la exposición es que es un grito (bueno, más que un grito, un susurro) de queja sobre lo injustamente olvidada que ha tenido la sociedad española a este territorio. La censura franquista ocultó bajo un tupido velo la guerra y sus consecuencias. Y si bien el los últimos años, los estudiosos de las guerras con Marruecos hemos podido disfrutar de, al menos, una buena tanda de ensayos históricos sobre el tema (que no películas o cómics), en el caso del Ifni sí que se le dedicó una película “¡Ahí va otro recluta!”(1960), de Ramón Fernández, con José Luis Ozores de protagonista, que encarna al clásico paleto de la época que recibe todo tipo de bromas y novatadas cuando le toca realizar la mili en el Ifni. La película, que no he visto, no fue bien tratada por la crítica.

Muy interesante me pareció que se hablara del cómic “Las guerras silenciosas”, de Jaime Martín (L’Hospitalet, 1966), que narra las peripecias de su padre durante su servicio militar en el Ifni. Un cómic muy recomendable.

Finalmente, no se explicaba en la exposición, pero ya que estamos puestos, he estado buscando libros de ficción que ambientadas en el Ifni y, la verdad es que solo he encontrado una “Cacao p’al moro”, de Eladi Romero (Lleida, 1956). No deja de ser curioso que sean autores catalanes y una exposición en Barcelona quienes traten de sacar del olvido este episodio de la historia de España.

Por cierto, no puedo dejar de apuntar que esta exposición no se hubiera sin la colaboración de la Asociación de Veteranos Catalanes del Ifni, que cuenta con unos 500 socios y que bien merece que más pronto que tarde, le dedique más espacio en este blog.

 

Este texto va dedicado a todos los veteranos del Ifni.

Webs de asociaciones de veteranos del Ifni:

http://veteranosdeifni.blogspot.com/2016/12/blog-post_26.html

https://www.amigosdeifni.org

http://www.avile.es

 

 

 

Carta de una desconocida. La mediación humanitaria de Alfonso XIII durante la Primera Guerra Mundial

15 Viernes Feb 2019

Posted by Raimundo de Miguel Alonso in Eventos, museos y exposiciones

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Alfonso XIII, España, Madrid, Nicolás II de Rusia, Palacio Real, Patrimonio Nacional, Primera Guerra Mundial, Viena

Alfonso XIII en su despacho.

 He pensado, no es la primera vez que lo hacemos, que la entrada de esta crónica muy bien podría parafrasear el titulo de la famosa y atractivísima novela de Zweig. A fin de cuentas esta emocionante historia trata de eso.

Se escribe una carta de un remitente desconocido, se le envía a un Rey neutral de un país lejano, se le traslada el drama personal y familiar de una desaparición, de un confinamiento producto de un conflicto de proporciones dantescas.

Normalmente lo hace una esposa, una hija, una madre, y desde ese momento se pone en marcha una oficina en el Palacio Real de Madrid para intentar localizar o acreditar lo sucedido. Lo que en muchos casos resultó una tarea ingente con un final muchas veces, la mayoría, muy ingrato.

Vista general del Palacio Real.

“La Gran Guerra”, no nos detendremos excesivamente en los detalles ya que se ha reflejado en otras entregas de este mismo Blog, también conocida como la Primera Guerra Mundial por su carácter global, con teatros de operaciones en Europa pero también en Oriente Medio y África, significó el primer gran conflicto que asoló medio mundo. No sólo por la intervención de todas las potencias de la época, sino por ser el escenario y el banco de pruebas de todos los avances y perversiones de la industria armamentística del momento.

Las particularidades del enfrentamiento, con frentes atrincherados y estables durante años, introdujeron unos padecimientos hasta entonces desconocidos. Como también lo fueron el efecto de la guerra sobre la población civil, el uso de la aviación y las primeras unidades acorazadas como factores novedosos y devastadores, la sistemática de los gases como arma letal, un potencial artillero desconocido hasta entonces. El infierno en su versión contemporánea.

En este escenario realmente extremo los hombres se encaminaban al frente con la resignación del condenado a muerte. En casa quedaban las familias, solas, desamparadas, con el horror y la angustia que se avecinaban como única compañía. Había que buscar a alguien que pudiera interceder ante tanta tragedia personal. Pero a quién, cómo, con qué posibilidades reales de éxito…

Hubo una primera carta, y después de ella miles. Todas producto de la desesperación, hasta un total de unos 200.000 expedientes que llegaron con una cadencia imparable a Palacio. Historias llenas de angustia y al mismo tiempo con una fe ciega en la mediación del Monarca.

La carta Puccini.

Se daba la compleja circunstancia que en la Corte española de la época convivían las dos sensibilidades en función de las dos alianzas enfrentadas.

Por un lado la Reina Victoria Eugenia de Battenberg, británica y con incluso un hermano movilizado que finalmente cayó en combate, y por otro la Reina Madre María Cristina de Habsburgo, austriaca. Esta situación se debió vivir con una cierta contención y mano izquierda pero no debió ser un contexto familiar de fácil manejo.

La neutralidad de España en la Gran Guerra se había hecho pública el 7 de agosto de 1914. Este inmenso acierto nos evitó, por una vez, vernos inmersos en un conflicto que se llevo por delante entre 15 y 17 millones de personas (militares y civiles) según las fuentes. Se dice pronto.

Cuando en función de las cartas recibidas se decide crear una oficina que se encargue de recepcionarlas y de darles curso, se selecciona cuidadosamente un equipo de funcionarios de distintos niveles, hasta un total de 50 personas. Diplomáticos, militares y traductores poliglotas, ya que se llegaron a recibir cartas de 50 países, aunque fundamentalmente llegaban de Francia, Bélgica y Alemania.

Carta de respuesta de la Secretaría del Rey.

Hay que destacar en este capítulo la figura del traductor Julián Juderías que hablaba y entendía unas 15 lenguas. Como novedad para la época, se incorporan varias mujeres en tareas administrativas y de cierta responsabilidad. Todo este complejo entramado dependía directamente de la Secretaría Particular de A-XIII.

El modelo de actuación, una vez recibida la demanda de noticias sobre alguna persona concreta, con fotos del desaparecido, datos de filiación, Regimientos concretos, último destino conocido, etc., consistía en clasificar por nacionalidades, empleos, unidades, remitiéndose acto seguido a las Embajadas de España por toda Europa para iniciar la búsqueda como tal.

Fotografía del equipo encargado de la gestión de la ayuda humanitaria.

 Este complejo sistema como decíamos tenía como punta de lanza a las distintas legaciones y al personal del Ministerio de Asuntos Exteriores acreditado en ellas. Como dato muy revelador de la implicación y despliegue efectuados, se visitaron 3.000 veces distintos campos de prisioneros, consiguiéndose además de múltiples identificaciones y localizaciones, el indulto de 70 condenados a muerte.

Fotografía de la part del equipo que trabajaba desde la Embajada de España en Viena.

Si al principio hacíamos mucho hincapié en el carácter desconocido de la inmensa mayoría de las peticiones, esto no impidió que también se dieran algunas por parte de personajes muy conocidos de la época. Unamuno, Puccini, Nijinsky, y hasta nuestro admiradísimo Rudyard Kipling.

Destaca también por su interés histórico, hay documentos y telegramas que lo demuestran, la intentona para salvar al Zar Nicolás II y al resto de la familia Imperial de su desdichado final en Ekaterimburgo, ofreciéndose incluso su exilio en España.

Otros nombres que figuran entre los miles de expedientes que se conservan en perfecto estado, y que ahora además se están digitalizado, es el de Charles de Gaulle, que cayó prisionero en la mítica batalla de Verdún, el del entonces piloto Roland Garros, o el cantante y actor también francés, Maurice Chevalier.

 La exposición, en una de las salas en las que se realizan las exposiciones temporales dentro del complejo del Palacio Real, además de un extensísimo catalogo de memorabília, cartas y fotografías originales, películas inéditas, retratos, soberbios bronces, por ejemplo del gran Mariano Benlliure, mobiliario original de la oficina, tiene una puesta en escena realmente brillante. Todo ello, con alguna cesión temporal para la exposición, forma parte de la colección y archivos de Patrimonio Nacional y del propio PR.

Tanto la iluminación, la reproducción de los archivadores donde se guardaban las fichas, a un tamaño deliberadamente fuera de escala, así como lo que contienen las numerosas vitrinas, tienen algo de gran Memorial. Es un espacio para el recuerdo, y para la inevitable reflexión sobre los terribles efectos de cualquier guerra. No es difícil llegar a emocionarse. Y esto es mérito de la propia historia que allí se cuenta, pero sin duda también de la forma de contarla y exponerla.

 

 Hubo un pasaje concreto, que reflejó la prensa de la época, sobre todo francesa, la carta de una niña de ocho años (Sylviane Sartor) que decía así:

“Majestad, mamá llora a todas horas porque su hermano está prisionero. Acaba de recibir una carta que dice que morirá de hambre. Majestad, si quisierais enviarle a Suiza…, porque mamá va a enfermar con seguridad. Os lo agradezco por adelantado. Vuestra servidora, Sylviane, Abril 1917”.

 La carta fue contestada inmediatamente e iniciadas las pesquisas, el tío de esta niña, el soldado francés Achille Delmonte, fue localizado y salvado de una muerte segura, trasladándolo a Suiza y después a Francia.

Inauguración de una placa conmemorativa por parte de Felipe VI.

El reinado de Alfonso XIII, con sus luces y sombras, con sus deseos y sus verdaderas capacidades, en muchos casos muy escasas, siempre ha estado condicionado y en cierto modo eclipsado, por la irrupción de la II Republica, la cruenta Guerra Civil y los posteriores cuarenta años de Franco.

Hasta tal punto (recomendamos el magnífico libro de Javier Tusell y Genoveva Queipo de Llano sobre su figura) que muchos pasajes, aciertos y errores, duermen todavía en un cierto limbo, y como en el caso que nos ha ocupado en esta crónica, habían pasado casi desapercibidos.

Creo que es de justicia, al menos en este pasaje tan emotivo, agradecer a A-XIII una iniciativa que además de salvar muchas vidas, dignifico a sus promotores y saco lo mejor de nosotros mismos como sociedad.

Coincidiendo con la exposición, el Rey Felipe VI, ha inaugurado una placa en el Palacio Real que recuerda aquella vicisitud.

*Damos las gracias a Patrimonio Nacional, propietario de la mayoría de las magníficas fotos que ilustran este artículo.

 

Para saber más:

https://www.casadellibro.com/ebook-alfonso-xiii-el-rey-polemico-ebook/9788430608799/1971258?gclid=eaiaiqobchmincggibj33wiv5hxtch1zgqsbeayyasabegjn8fd_bwe&utm_source=google&utm_medium=cpc&utm_campaign=19438

 

https://www.patrimonionacional.es/noticias/exposicion-cartas-al-rey-la-mediacion-humanitaria-de-alfonso-xiii-en-la-gran-guerra

Entrevista a Marina Cejalvo. “Desde la trastienda”.

31 Miércoles Oct 2018

Posted by Raimundo de Miguel Alonso in Entrevistas

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Alfonso XIII, Cejalvo, España, Franco, Historia, Senado, Toisón de Oro

Como continuación a la primera parte sobre CEJALVO traemos hasta estas páginas una interesantísima entrevista con MARINA CEJALVO, actual propietaria y alma máter.

Buenas tardes y muchas gracias Señora Cejalvo;

Estimado Raimundo, antes de contestar a tus preguntas quiero agradecerte muy sinceramente el interés que has puesto en nuestro trabajo y en todo lo relacionado con Cejalvo.

1)    Qué motivo, si lo conoce, hizo que su antepasado se dedicara a esta particular actividad, habida cuenta que no había antecedentes en la familia.

Muchas de las cosas que yo sé de la historia de Cejalvo como firma comercial, e historia de la familia, las he oído repetidamente en casa. Aunque llevo más de 50 años trabajando y viviendo entre condecoraciones, soy la cuarta generación y no he vivido una parte muy importante de nuestra historia, por ello no conozco qué impulsó a mi bisabuelo a empezar en el mundo de las condecoraciones. Él llegó a Madrid, desde Villar del Humo, un pueblecito de Cuenca, supongo que con la intención de tener una vida mejor….pero no sé ni oí nunca contar cómo empezó.

2)     Tuvo algún maestro que le iniciara en el oficio, trabajó antes con otras firmas o fue absolutamente autodidacta.

Empecé a trabajar siendo muy joven por lo que poco a poco fui aprendiendo todas las fases de la fabricación de una condecoración, desde el momento que empieza el diseño hasta que ya está montada con sus correspondientes cintas de moiré, cordones y estuches. Todo lo he ido aprendiendo en el taller, viendo el trabajo que se hacía día a día…. repitiendo una y otra vez cada proceso hasta quedar satisfecha con la pieza terminada, procurando acercarme a la perfección… que no existe… Han sido muchas, muchas horas de trabajo y eso, a mí y a cualquiera, le enseña un oficio.

3 )    Dado que se empieza la actividad empresarial en una época tan convulsa como la segunda mitad del siglo XIX, ¿qué medallas se fabricaron de esa época?. ¿Cuenta con archivos en los que se conserven catálogos, muestrarios o pedidos de la época?. En ese caso, ¿pueden investigadores de este tema tener acceso a ellos?.

Cualquier época es problemática, durante estos más de 150 años, Cejalvo ha fabricado las medallas y condecoraciones que nos pedían nuestros clientes, en la época monárquica con sus correspondientes coronas, en la República , y en la época de Franco, cambiando las coronas…pero siempre hemos trabajado para el cliente del momento. No existen muestrarios, ni piezas de aquella época, ni pedidos….simplemente, desde siempre, nos hemos dedicado a realizar piezas lo mejor posible, sin pensar que algún día se valorarían como se hace ahora.

4 ) ¿Cómo consiguieron convertirse en Proveedores de la Casa Real durante el reinado de Alfonso XII?, ¿le constan qué piezas de la familia real fueron encargadas a Cejalvo?

Pues que yo sepa, no hubo que hacer nada, si un fabricante servía a la Casa Real, pues…era proveedor de la Real Casa. Igual que nosotros, existen, o existían, multitud de establecimientos que servían a la realeza y tenían el derecho de considerarse “proveedor de la Real Casa ” llevando como marca su nombre dentro de un manto de armiño, timbrado con una corona real.

En 1984, cuando hizo 100 años de la concesión del título, el Rey Juan Carlos, nos concedió una audiencia donde se ratificó en la concesión del título. Fue un encuentro muy bonito de los cinco hermanos que formamos la cuarta generación, con Su Majestad.

5)   ¿Sigue siendo Casa Cejalvo proveedora de la Casa Real?. 

Sí, tenemos el honor de seguir sirviendo condecoraciones a la Casa Real. Una de las últimas piezas que hemos servido ha sido el lazo con el Toisón de Oro, que el rey Felipe VI, entregó a la Princesa de Asturias.

Este Toisón es una pieza que habitualmente lleva el Rey Felipe y hubo que hacerle algunos cambios y ponerlo en un lazo de cinta de moire para que lo lleve la Princesa.

Insignia del Senado fabricada por Cejalvo.

6 )   ¿Cómo fue la actividad industrial y comercial de Casa Cejalvo durante la Guerra Civil? Estando en territorio republicano, sufriendo una severa restricción de materias primas (especialmente de metales), ¿cómo se vivió ?.

Imagino que en la guerra civil, Cejalvo lo pasaría tan mal como otra muchísima gente, pero no recuerdo que nadie me contara nada en especial. Sí sé, que servían indistintamente a un bando y al otro

7)   ¿Qué medallas republicanas le consta que fabricaron?. Realmente, hay muy poca documentación al respecto y muchas de las medallas de este periodo que corren por tiendas y anticuarios fueron encontradas en un almacén mucho después de concluida la guerra. 

Hubo varias órdenes y medallas que se adaptaron a la época republicana, cambiando las coronas y las cintas, como en el caso de Isabel la Católica, Orden de África, Medalla Militar Individual…y por supuesto, la Orden de la República, de la que se fabricaron un buen número de piezas de cada grado y siete collares, de los que sí se sabe su destino, si no de todos, sí de la gran mayoría.

8 )    En cuanto al anterior Jefe del Estado, se sabe que el general Franco era un excelente cliente de Casa Cejalvo, donde encargó su célebre laureada y el no menos famoso bastón de mando. ¿Sabe cuál era el trato entre Franco y Cejalvo? ¿Llegó a visitar la tienda personalmente?

No, el anterior Jefe del Estado no fue un cliente “directo” de Cejalvo, no hubo ningún trato entre él y Cejalvo, ni tampoco estuvo nunca en la tienda.

Él fue el destinatario de muchas de las medallas encargadas por otros, medallas que regalaban al Jefe del Estado.

Casi todas las provincias concedieron la medalla de la ciudad a Francisco Franco, y nos las encargaban a nosotros, pero nuestros clientes eran los Ayuntamientos, Diputaciones…..

Ni siquiera nos encargó el Bastón de Mando. Esto fue un encargo del Ejército Español, siendo el general Varela la persona con la que hablamos, bueno, hablaron en todo momento…..a mi me faltaba un poco para nacer. Como curiosidad te puedo contar, que, como nos pasa muy a menudo, el encargo se hizo con muy poco tiempo, y en el momento de la imposición, no pudo estar terminada la Laureada, con lo que la placa que se le impuso perteneció al general Marina, que amablemente prestó la suya para la ceremonia.

 Y otra curiosidad más es que, Doña Carmen Polo, o bien no conocía el hecho de que estábamos fabricando la Laureada para su marido, o bien quiso hacerle un regalo personal, y ella, sí que estuvo en la tienda y encargó otra Laureada, que abonó personalmente.

Parece ser que fue mi madre quién la atendió y repetidas veces la oí comentar que era una señora muy agradable y sencilla.

Factura de Cejalvo del año 1887.

 9 )     Qué pieza por su importancia, por la relevancia del destinatario o por la complejidad de la misma cree que de algún modo ha sido una de sus obras maestras.

Creo que todos nuestros clientes son importantes, por ello les han concedido una condecoración, no?…..pero quizás uno de los encargos que más me gustaron, fue el que nos hizo la viuda de Francisco Ayala. Al fallecer un académico, la familia tiene que devolver la medalla que ha llevado durante su permanencia en la Academia, y esta señora, lamento no recordar su nombre, no quiso quedarse sin la medalla, con lo que nos encargó una medalla exacta para poder guardarla ella como recuerdo. Me pareció muy bonito.

 10 )    Le parece contarnos alguna anécdota interesante en relación a algún cliente, pieza o cualquier otra circunstancia.

Pues supongo que pensando un poco encontraría muchas anécdotas. Una de ellas puede ser que me enorgullece que en el año 1953, mi abuelo Fernando ganase un concurso internacional que hubo para el diseño y fabricación de la Orden de Rubén Darío. Es una Orden con un diseño precioso, que nos abrió las puertas para la fabricación de las Órdenes de países como Ecuador, Chile, Uruguay……dándose a veces la curiosidad que en un acto protocolario, las condecoraciones que entregaba España y el otro país sudamericano llevaban el mismo membrete en los estuches

 11 )    Cómo se logra desembarcar en la icónica tienda de la calle Cruz de Madrid, se pensó que la cercanía con el Congreso de los Diputados podía ser comercialmente interesante.

No se pensó nada. Mis abuelos vivían en la calle de la Cruz. Allí, nació mi padre y tenían el taller en la calle de la Victoria… simple casualidad.

Sí es cierto que estábamos a medio camino entre el Congreso y Lhardy… y en los días de pleno, se notaba…

Real Maestranza de Sevilla, fabricada por Cejalvo.

12 )     Nos gustaría conocer cuál ha sido y sigue siendo su vivencia personal con respecto a este complicado y singular negocio. Es solamente continuar una tradición centenaria, sigue siendo un negocio razonable, es el peso y la responsabilidad de mirar hacia atrás. Creo que su hija ya trabaja con ustedes, o lo hará en breve, y será la continuadora del legado de Cejalvo.

Mi vivencia personal ha sido y es…el trabajo bien hecho todos los días. Me gusta lo que hago y creo que lo hago bien. No he conocido otro trabajo y desde luego no es un trabajo rentable, simplemente se vive, pero me gusta y antes que yo hubo mucha gente dejando su granito de arena para poder continuar hasta hoy, así que, no es cuestión de tirar la toalla. Y sí, mi hija trabaja conmigo y….si seguirá con el legado de Cejalvo?….pues no lo sé, ella decidirá. Yo solo quiero que sea feliz, con condecoraciones o sin ellas..

13 )    Qué técnicas o particularidades en los materiales ha permitido que la Casa se haya posicionado como un referente.

No hay nada especial…solo el trabajo bien hecho, buscando la perfección …que ya sé que no existe.

14 )     Que tiene más peso actualmente desde un punto de vista del volumen de negocio. Los encargos de particulares o el de instituciones, Ministerios, Reales Academias, Colegio Profesionales, etc.

Dicen que un grano no hace granero pero ayuda al compañero…. Todos los encargos son importantes, los de los particulares, instituciones, ministerios…

Orden de Rubén Darío.

15 )    Un tema que nos preocupa a historiadores y coleccionistas es la profusión de determinadas piezas, como ejemplo, la Laureada de San Fernando, que se venden a docenas en determinadas tiendas de internet y anticuarios. ¿Cree usted que un control más efectivo de las ventas de estas piezas a clientes particulares redundaría positivamente en el buen nombre de los fabricantes de condecoraciones actuales y en el prestigio de las propias órdenes y condecoraciones?.

Aquí sí que no creo nada. No pienso que haya muchos fabricantes de Laureadas, pero en cualquier caso cuando un cliente pide una determinada pieza, no estamos obligados a que nos justifiquen que la tengan concedida. Otra cosa es que alguien lleve en un acto oficial una condecoración a la que no tiene derecho, imagino que el protocolo que ha organizado el acto, podría llamarle la atención, pero el fabricante está al margen de todo.

16 )    Dado que la última Laureada individual se concedió en 1966, pero en la actualidad se sigue fabricando, ¿hay algún tipo de distinción entre las placas fabricadas antes y después de esa fecha que puedan ayudar a los coleccionistas saber de qué fecha pueden ser las piezas que van a adquirir?.

Sí claro, se puede saber, más o menos, la época en que está fabricada una placa y sobre todo por que fabricante, pero no es algo que conozca la mayoría de la gente. Yo digo que conozco siempre a “mis hijos”, pero para un coleccionista no muy experimentado, no es fácil, es cierto…

17 )     Explíquenos por favor como están organizados internamente y como se hacen vuestras piezas.

El proceso de fabricación de las piezas es algo bastante complejo y laborioso. Cada condecoración pasa por varios procesos (estampado, calado, pulido, esmaltado, dorado, armado, montaje…), los mismos que se vienen utilizando desde que se creó el taller. En todos ellos ponemos el máximo cuidado e interés para que el cliente quede satisfecho con nuestro trabajo.

18 )     Por último, y esto es un ruego, nos podría contar algo, digamos en calidad de primicia, que nunca antes se haya publicado.

Esta pregunta es muy difícil. Creo que está todo dicho., o al menos yo no recuerdo nada que no se haya contado antes. Únicamente volver a agradecerte el interés por nosotros. Es muy bonito ver cómo se valora el trabajo de todos los que estuvieron antes que yo…

 

Diseño de Cejalvo del bastón de mando de un general.

 

Cejalvo. El que tuvo, retuvo. 1ª parte.

24 Martes Jul 2018

Posted by Raimundo de Miguel Alonso in Condecoraciones españolas

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Alfonso XII, Alfonso XIII, Cejalvo, España, Madrid, Mariano Cejalvo, Marina Cejalvo

Placa de la Orden del Mérito Militar.

Hace algún tiempo traíamos hasta estas líneas dos magnificas crónicas de mi amigo y compañero de fatigas Joan Herrero, sobre la mítica joyería de efectos militares de Barcelona (como se denominaba en un principio a este tipo de establecimientos), CASTELLS.

Debo confesar que fue él quien me dio a conocer y me introdujo en el universo de este afamado y singular orfebre de la mejor falerística, en cuyo establecimiento se acuñaron verdaderas joyas.

Este “Puente Aéreo” conceptual de amistad y de estrecha colaboración que establecimos hace ya algunos años Joan y yo me hizo pensar que debía rescatar el buen nombre de una firma que nació en Madrid, y que forma parte del exclusivo club de las grandes firmas que elevaron este oficio artesanal y concienzudo a los territorios reservados solo a las obras maestras.

CEJALVO nace en Madrid hace casi dos siglos, que se dice pronto. Desde 1860, año en el que Don Mariano Cejalvo Sánz, un hombre sin ningún vínculo anterior con este tipo de actividad y de origen humilde, desembarcó en esta especialidad tan exigente como singular.

Hay que imaginar la España de aquel momento y sus contextos políticos y sociológicos, entre Isabel II y el frustrado reinado de Amadeo de Saboya. Mantener durante todo este tiempo,cuatro generaciones, la misma forma de hacer y de cuidar el diseño y la factura de sus obras, no deja de sorprender y admirar.

Don Mariano, que como la mayoría de este tipo de perfiles incorporó el carácter del pionero, del visionario inquieto que se adelanta, sentando las bases de un negocio realmente especial, creó escuela y por ello sigue siendo un referente. Tener una pieza de Cejalvo, yo afortunadamente tengo varias de algún familiar, es tener una pieza de museo que se conserva como oro en paño.

Don Mariano Cejalvo, el fundador de la Casa Cejalvo.

La gran noticia, a diferencia de la mencionada Castells, Villanueva y Laiseca, Casa Medina, etc., y con la única salvedad tal vez de la admirable Celada, es que Cejalvo después de cerrar su icónica tienda de la calle Cruz, ha sabido mantener su actividad hasta nuestros días. Esta realidad, además del mérito que implica en unos tiempos, los actuales, en los que los procesos industriales han orillado el amor por el detalle y la manufactura artesanal, es el motivo de esta crónica llena de fascinación.

Pero sigamos con el largo viaje de esta admirable casa. La progresión y calidad de sus piezas les permite en 1884 recibir el título de “Proveedores de la Casa Real” de manos de la Intendencia General de Alfonso XII. A nadie se le escapa que esta circunstancia permitió con toda seguridad a Cejalvo desembarcar en instancias oficiales, no solo en la Corte y sus imagino innumerables encargos. El entorno Ministerial, de las Reales Academias y sus vistosos pectorales, el mundo Universitario, conviviendo con los encargos particulares, posiciona al Cejalvo de esos años como una empresa de primera línea.

Concesión de Proveedor Real.

Este negocio y lo que representa, de algún modo la materialización de la vanidad del ser humano por el reconocimiento en vida, no como decía Jardiel Poncela, “Si buscáis los máximo honores, moriros”…, permitió a nuestros protagonistas convertirse en un establecimiento muy reconocido en España, pero que también recibía encargos de terceros países deslumbrados por su forma de trabajar.

Hablamos de un Spink & Son castizo, a los que por otro lado no tiene nada que envidiar, que tuvo su elegante establecimiento (recuerdo sus atractivos escaparates siendo yo un niño absorto con aquel cofre del tesoro), a escasos metros del Congreso de los Diputados. Muy cerca en definitiva de unos de sus entornos naturales, dónde habitaban una parte de los destinatarios de sus apreciadas piezas.

Las técnicas se mantienen intactas. Se conservan los moldes de época, el esmalte al fuego, con la incorporación de la compleja y delicada técnica de los gripes, los materiales de base siempre preciosos, oro y plata, confieren a sus piezas un marchamo de altísima calidad que les distingue y diferencia de otras manufacturas cuidadas pero no tan preciosistas. Siempre estuvo presente la forma de trabajar de los grandes joyeros de la época. Porque Cejalvo no ha dejado de crear autenticas joyas desde un principio, uniendo a una depurada técnica, un toque personal e indudablemente artístico.

Después de una primera época dorada, tanto con Alfonso XII como posteriormente con Alfonso XIII y la Segunda Republica (durante la guerra surtieron de piezas a ambos bandos), se vivió una segunda edad de oro al finalizar la Guerra Civil. La profusión de condecoraciones y condecorados al terminar la contienda propició una avalancha de encargos, que imaginamos producirían un momento de febril actividad en sus talleres.

Cruz de Guerra.

Entre un catalogo de anécdotas que podrían dar para escribir un ensayo, hay una en concreto que rescatamos dada la trascendencia que en aquel momento significo para la casa. Al terminar la guerra, en realidad en el año 1940, se les encarga un bastón de mando y una Laureada de SF personalizada para el mismísimo Franco.

El bastón, -que se pago descontando una peseta de la soldada de los intervinientes en la guerra-, fue un alarde que no reparo en la calidad de los materiales. Piedras preciosas, esmaltes al fuego y materiales de primerísima calidad, se convirtió en una de las piezas más importantes de su inabarcable producción.

A mí particularmente me parece incluso más significativo el tema de “La Laureada”. Los acabados y factura serian de la misma categoría que los de bastón, pero en definitiva, fue una pieza de indudable valor histórico que ha aparecido en miles de fotografías y retratos oficiales durante 40 años.

El catalogo de condecoraciones, habida cuenta como decíamos que además se conservan los moldes de época, cubre todo tipo de condecoraciones civiles y militares, grandes ordenes de caballería y nobiliarias, colegios profesionales, Congreso y Senado, teniendo capacidad también para crear y asesorar en el diseño de nuevas piezas prémiales de corporaciones o asociaciones de todo tipo.

Entre sus clientes, de antes y de ahora, se encuentran Casas Reales Europeas, además de la de España, Ministerios, sobre todo el de Asuntos Exteriores, del que dependen las Cancillerías de Ordenes como la de Isabel la Católica o la muy exclusiva de Carlos III, personalidades de todo tipo y celebridades del mundo del arte y la cultura, que por la exquisita discreción de la casa, permanecen bajo el silente secreto del sumario.

Cruz de Malta 

Orden del Mérito Civil

 A raíz del encargo de la reproducción de una pieza familiar he tenido la oportunidad de entrar en contacto con los continuadores y descendientes de esta gran firma. Ha sido todo un descubrimiento. Me llena de alegría haber descubierto que una empresa que suponía desaparecida como tantas otras, sigue al pié del cañón, manteniendo el buen hacer de su fundador 158 años después.

Les hemos propuesto continuar esta primera crónica de lo que significó Cejalvo y sigue significando, manteniendo una pequeña entrevista con su descendiente directa y heredera, Marina Cejalvo, y les ha parecido una buena idea. En definitiva, en septiembre hablaremos con ella para intentar desvelar todo tipo de anécdotas y curiosidades de este señero establecimiento. Sirva este avance como humilde pero sincero homenaje a esta saga de maestros.

Os adjunto el enlace con su Web actual para que podáis apreciar, los que no los conozcáis, el calibre de sus piezas. Tener la certeza que si les encargáis alguna de ellas será de una calidad insuperable y se realizará como hemos reiterado con las matrices originales. De la mano además de artesanos de los que ya no quedan en España, siempre con el buril y la minuciosidad entre las manos.

El que tuvo, retuvo…

http://condecoracionesycoleccionismo.com

El insigne Toisón de Oro

Juego de Tronos. Los empleos militares honoríficos entre reyes.

07 Miércoles Feb 2018

Posted by Raimundo de Miguel Alonso in Episodios Nacionales

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Alfonso XIII, Eduardo VIII, España, Farnesio, Jorge V, Nicolás II de Rusia, rusia, Toisón de Oro, Valladolid

El zar Nicolás II con el uniforme de Coronel Honorifico del regimiento de caballería Farnesio de Valladolid.
Lleva también impuesto el Gran Collar de la Orden del Toisón de Oro concedido por A-XIII.
(El cuadro es copia del original).

No es demasiado conocida la práctica y costumbre protocolaria y palaciega, que sobre todo durante el siglo pasado estableció el nombramiento de distintos Reyes como Coroneles de regimientos de otros países.

Del mismo modo que el intercambio de órdenes y condecoraciones de la más alta categoría entre mandatarios, Reyes o Presidentes de Repúblicas y Gobierno, se mantiene hasta nuestro días cada vez que hay un viaje de Estado o un encuentro oficial, esta otra dignidad solo estuvo reservada fundamentalmente a los monarcas, tan aficionados, entre otras muchas cosas, a “coleccionar” uniformes, reconocimientos de todo tipo y condecoraciones, al estar en todos los casos estrechamente vinculados a la institución militar.

De algún modo se trataría de un escalón premial de mayor importancia, un detalle de cercanía no exento de una gran vistosidad a la hora de la imposición, circunscrito como decíamos a los Pares que en muchos casos mantenían lazos familiares y parentescos muy directos.

En la imagen bajo estas líneas, con parecidos físicos en algún caso realmente sorprendentes.

Nicolás II de Rusia y Jorge V de la Gran Bretaña con uniformes intercambiados de sendos regimientos de ambos países.

Estos nombramientos, que también como en el caso de las grandes condecoraciones, jugaban un importante papel como instrumento político y diplomático, -el agasajo como antesala de la negociación-, implicaban además un plus de confianza personal del monarca.

Se aprovechaban distintos contextos. Desde funerales a coronaciones, pasando por visitas de otro tipo pero siempre intentando hacerlo coincidir con un viaje de carácter oficial para que el nombramiento tuviera la mayor repercusión y relevancia posible. De no ser posible se utilizaban altas delegaciones encargadas de entregar el nombramiento y el uniforme.

Reyes reinantes en el funeral de Eduardo VII de la Gran Bretaña en 1910, con Alfonso XIII vistiendo un uniforme de un regimiento británico.

La historia que ha dado pie a este post, rescata del olvido un pasaje, que por la mítica que rodea al personaje, el Zar Nicolás II, nos ha perecido digna de mención.

Alfonso XIII debía mantener una estrecha relación con el Zar, ya que incluso hemos podido leer que intentó infructuosamente ante las nuevas autoridades bolcheviques el exilio del Zar y su familia a España. La Revolución no hacía prisioneros, y la posibilidad del Zar exiliado nunca se hubiera permitido. Todo acabo trágicamente en Ekaterimburgo en 1918.

Cuadro del magnífico retratista húngaro Laszlo de Lombos*,1927, de Alfonso XIII vistiendo el uniforme de Húsar de Pavía. Luce las Grandes Cruces de Carlos III y del Mérito Militar con distintivo rojo y las insignias de Gran Maestre de las Ordenes de Caballería españolas; Santiago, Montesa, Alcántara y Calatrava. Museo Nacional de El Prado.

Antes de todo aquello, en 1908, se nombra Coronel Honorifico del regimiento de Lanceros Farnesio Nº5 al Zar, que de forma simultánea nombra a A-XIII Coronel de un distinguido regimiento de Ulanos**.

En este caso, y probablemente en otros donde no coincidía con un viaje oficial, máxime entre dos países tan lejanos, el nombramiento se materializó utilizando dos comisiones creadas a tal efecto.

En el caso español, la delegación se trasladó a San Petersburgo en mayo de 1908 con el uniforme, realizado a medida lógicamente (por parte de los mejores sastres y en su versión y acabados más lujosos), para el Zar. Dada la importancia del agasajado, presidió la delegación el primo del Rey, el Infante Fernando de Baviera y Borbón. Además del uniforme como tal y las insignias correspondientes, se le entregaron otros regalos y detalles en relación con el Farnesio y su historia. Después de la ceremonia, siempre se acababa con un banquete de gala. En este caso en el suntuoso Palacio de Invierno.

Alfonso XIII posando en el Palacio Real de Madrid con el uniforme de Coronel del 7º regimiento de Ulanos de Olviopol junto a un parte de la delegación de dicha unidad.

En marzo de 1908 la delegación rusa se desplaza a Madrid en tren. Como en el caso anterior un primo del Zar, el príncipe Vladimir Boris, preside la comisión que se entrevista con A-XIII en el impresionante salón Gasparini del Palacio Real, donde se le hace entrega de su nuevo uniforme y de otros objetos.

La relación e intercambio simbólico de elementos no se quedo ahí en este caso. Las hombreras de ambos regimientos llevaban el monograma del Rey honorifico (N-II y A-XIII), en ambos acuartelamientos se colgaron cuadros del Zar y de A-XIII con sus uniformes foráneos (en este último caso pintado por Ortiz Echagüe*** en 1912), y los estandartes de ambas unidades también incorporaban la cifra de cada Rey en sus blasones.

Sorprendente recreación gráfica de las hombreras que se utilizaron en ambos regimientos. En el español con el monograma de Nicolás II, y en el ruso, con el de Alfonso XIII.

Todos estos objetos, realmente únicos por la circunstancia que ilustran, en el caso español se conservan afortunadamente en el museo del regimiento en Valladolid, pero los que había en Rusia han desaparecido.

Oficiales y Plana Mayor del Regimiento de Lanceros Farnesio.
Esta foto, dentro de un extenso álbum, le fue entregada al Zar junto al resto de regalos y recuerdos.
(Archivo del Regimiento)

Para saber más:

(*) Laszlo de Lombos

https://www.museodelprado.es/aprende/enciclopedia/voz/laszlo-de-lombos-philip-alexius-de/37a1d8d9-ff62-47fb-aed9-e6514d06f6e0

(**) Regimientos de caballería Ulanos

 https://es.wikipedia.org/wiki/Ulano

(***) Antonio Ortiz Echagüe

http://www.euskonews.com/0461zbk/gaia46101es.html

Agradecimientos:

Regimiento Farnesio Nº5 de Valladolid por su encomiable labor de conservación de estos y otros objetos de gran valor histórico.

Reseña bibliográfica: “Guardia Nacional Republicana: La guardia civil del Frente Popular”

29 Viernes Dic 2017

Posted by Joan in Lecturas Recomendadas

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Antonio Escobar, Antonio Prieto Barrio, Azaña, Barcelona, Companys, España, Franco, Guardia Civil, Guardia Nacional Republicana, Guerra Civil, José Aranguren, Madrid, Sebastián Pozas, Sucesos de Mayo

Los que seguís este blog ya sabéis que no solemos hablar de la Guerra Civil. Pero acaba de aparecer un libro sobre uno de los aspectos menos conocidos de la contienda y dado que el libro es una maravilla y uno de sus co-autores es un buen amigo del blog, no me he resistido a comentarlo. De trata de “Guardia Nacional Republicana: La guardia civil del Frente Popular”, de Antonio Prieto Barrio y Manuel Pérez Rubio.

El 29 de agosto de 1936, fue creada mediante decreto la Guardia Nacional Republicana, que fue como se denominó a la Guardia Civil que permaneció en el territorio leal a la República. Esta nueva denominación siguió hasta octubre de 1937, cuando la GNR se integró en el nuevo Cuerpo de Seguridad y Asalto, unidad que reunía a todos los cuerpos y fuerzas de seguridad de la zona republicana.

Banderines de la Guardia Nacional Republicana.

La actuación de la Guardia Civil a lo largo de la contienda casi siempre fue trascendental. Especialmente al inicio de la contienda. El caso más célebre probablemente sea el de Barcelona, donde el general Aranguren Roldán (1), al mando de la 5ª zona de la Guardia Civil (Catalunya) se mantuvo fiel a la República y ayudó a aplastar las tropas sublevadas bajo el mando del general Goded. Y es que el Inspector General de la benemérita, el general Pozas Perea (2), dio instrucciones a sus subordinados para que no secundaran la rebelión militar.

De los 35.000 miembros de la Guardia Civil al principio de la contienda, aproximadamente un 66% y seis de sus siete generales permanecieron fieles a la República. Al finalizar la guerra, el recuento final de bajas del Cuerpo en ambos bandos arroja la cifra de 2.714 muertos y 4.117 heridos, lo que supone el 20 % de sus efectivos iniciales (3). Sin contar con los numerosos condenados a muerte en la posterior represión, destacando, por ejemplo al citado general Aranguren o su ayudante, el general Escobar (4), entre otros muchos.

Miembros de la Guardia Nacional Republicana marchando al frente.

El libro de Prieto Barrio y Pérez Rubio proporciona una detallada y amena historia de este cuerpo: sus protagonistas, sus antecedentes, su estructura, su papel en la Guerra Civil, especialmente en Catalunya, donde mantuvo su papel protagonista hasta los Sucesos de Mayo. Y, como no, los autores no se podían olvidar de un capítulo a la militaría. Muchos de vosotros ya conoceréis la obra de Prieto Barrio, por lo que ya sabéis de sobras lo minucioso de sus trabajos. Como os podéis suponer, es uno de esos libros que mientras dudamos si comprarlo o no, se agota y luego no hay manera de encontrarlo. Y de verdad que merece la pena. ya lo sabéis.

 

Ficha del libro:

Título: GUARDIA NACIONAL REPUBLICANA: LA GUARDIA CIVIL DEL FRENTE POPULAR

Autores: Antonio Prieto Barrio y Manuel Pérez Rubio

Editorial: Editorial Actas

Colección: Colección Historia Contemporánea

Páginas: 621

Encuadernación en tapa dura con sobrecubierta

Edición: Madrid, 2017

PVP: 49,90€

 

 

Notas

(1) José Aranguren Roldán (1875-1939). Al estallar la rebelión militar, estaba al mando de la Guardia Civil de Catalunya. A pesar de sus fuertes convicciones católicas, se mantiene del lado del gobierno republicano. Llegó a mandar la IV División Orgánica, pero tras los Sucesos de Mayo se le destina a la Comandancia Militar de Valencia. Cuando la guerra está a punto de llegar a su fin, decide no exiliarse, ya que considera que ni ha cometido ningún crimen ni ha actuado con deshonor. Pero las nuevas autoridades franquistas no opinan lo mismo y, tras un juicio sumarísimo, es fusilado el 22 de abril de 1939.

(2) Sebastián Pozas Perea (1876-1946). Su carrera militar empezó en la Guerra de Marruecos, donde consiguió una Medalla Militar Individual. En 1934, estaba al mando de la IV División Orgánica, con sede en Barcelona, durante la proclamación por parte de Companys del Estado Catalán. Pozas lo desbarató y participó en el juicio que condenó al gobierno catalán por rebelión militar. El estallido de la Guerra Civil lo encuentra en Madrid, donde está destinado en ese momento como Inspector General de la Guardia Civil. Colabora en sofocar la rebelión en la capital de España y José Giral lo nombra su Ministro de Gobernación, durante unas pocas semanas. Pasa a ocupar diversos puestos de responsabilidad en la defensa de Madrid, pero sus relaciones con el general Miaja son peores que pésimas. Así, tras los Sucesos de Mayo en Barcelona, sustituye al general Aranguren al mando de la IV División Orgánica, restructura al ejército, que pasa a depender del gobierno central y no de la Generalitat, como hasta entonces. A pesar de ello, sus ofensivas en el Frente de Aragón acaban siendo sonoros fracasos. Cuando los franquistas contratacan en marzo de 1938, sus fuerzas se ven claramente superadas y su ejército, prácticamente destruido. Es destituido y recibe el mando en destinos de segundo orden, hasta el fin de la guerra que pasa a Francia y, desde allí, a México, donde falleció en 1946.

(3) Fuente: http://www.guardiacivil.es/es/institucional/Conocenos/historiaguacivil/La_Guerra_Civil.html

(4) Antonio Escobar Huerta (1879-1940). Nació en Ceuta, en el seno de una familia con una arraigada tradición militar. Tras la sublevación militar se mantuvo fiel a la República. Hombre de profundas convicciones religiosas, trató de frenar la violencia contra el clero, llegando a salvar al obispo de Tarragona, Vidal i Barraquer, de ser fusilado. Azaña le da el mando de la Columna Escobar, integrada en el Ejército del Centro, luchando bravamente en la defensa de la capital. Es herido de gravedad y se retira por unos meses al santuario de Lourdes. Al regresar, es nombrado Delegado de Orden Público en Barcelona, pero vuelve a ser herido de gravedad, esta vez por un atentado anarquista. Participa en la batalla de Brunete. Paralelamente, su hijo menor, José Escobar, falangista que lucha en el bando sublevado, muere en la batalla de Belchite. Poco después es ascendido a general y se le otorga el mando del Ejército de Extremadura. En enero de 1939 planifica y ejecuta con éxito la Ofensiva de Valsequillo, pero no su victoria es pírrica, no puede cambiar el curso de la guerra. Por lo que en el mes de febrero se une a la conjura del coronel Casado. En marzo, se rinde al general Yagüe en Ciudad Real. Éste le ofrece un avión para que huya a Portugal, pero Escobar lo rechaza. Su actuación en la guerra ha sido intachable. Franco no lo ve así y es juzgado y condenado a muerte. Es fusilado en el castillo de Montjuïc de Barcelona.

 

 

Las fotografías, excepto la portada del libro, las he sacado de:

https://ejercitorepublicano.wordpress.com/2013/04/25/gc-guardia-nacional-republicana/

 

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