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Reseña bibliográfica: “Las recompensas de los ejércitos de África (1860-1936)”

27 Jueves Abr 2017

Posted by Joan in Lecturas Recomendadas

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Antonio Rodríguez, África, Guerra de África, Marruecos, Medalla de Marruecos, Medalla de Melilla, Melilla

Me hace una tremenda ilusión hablar del libro que vamos a presentar hoy: Las recompensas de los ejércitos de África (1860-1936), de Antonio Rodríguez, por tres razones principales: en primer lugar, porque se trata de un libro sobre condecoraciones españolas; en segundo lugar, porque está centrado en las campañas de África; y en tercer lugar, porque está escrito por Antonio Rodríguez, un buen amigo de este blog, coleccionista de un gusto exquisito e indiscutible experto de la materia que trata.

En él podréis ver, con todo lujo de detalles, las órdenes y condecoraciones otorgadas durante las guerras de África desde la campaña de 1860 hasta las de la época franquista, tanto las medallas de campaña (Medalla de África de 1860, Medalla del Rif, Medalla de Melilla, Medalla de Marruecos) hasta las de mérito, como la Orden del Mérito Militar, la Orden de María Cristina, la medalla de María Isabel Luisa y, como no, la Orden de San Fernando. Podréis observar sus principales variantes y fabricantes, con todo lujo de detalles y fotografías en color.

Me gustaría destacar dos aspectos del libro, por un lado el apartado dedicado a los fabricantes, que incluye su historial comercial. Y el otro aspecto, y diría que desde un punto de vista del coleccionismo, me parece mucho más interesante, es la gran cantidad (y calidad) de documentos que aporta, en especial, de concesiones. En general, las concesiones, han sido la cenicienta del coleccionismo. Siendo mucho más escasos y, en ocasiones, ofreciendo más detalles sobre una acción militar concreta o un hecho histórico remarcable, muy probablemente no gozan de la importancia que deberían tener. Esta obra las coloca en el lugar destacado que merecen.

En definitiva, las guerras de África, tanto por su duración como por la inmensa cantidad de hechos heroicos y por las biografías de los propios militares que participaron en ellas, como por la influencia que han tenido posteriormente en nuestro país, sufren un déficit de publicaciones que esta obra de Antonio Rodríguez viene a paliar, al menos en su vertiente de militaría y coleccionismo.

Os animo a que la compréis y leáis. Pero ojo, en el mundo editorial, corren tiempos muy duros y el tiraje ha tenido que ser obligadamente justo, ya que el riesgo en este tipo de publicaciones es desgraciadamente demasiado alto. Por ello, os recomiendo que lo hagáis pronto antes de que se agote. Vale mucho la pena.

 

 

Tamaño: DinA4, fotografías en color, 189 páginas.

Precio: 39€

Lo podéis adquirir en:

http://www.todocoleccion.net/militaria-medallas/las-recompensas-ejercitos-africa-1860-1936~x84673564

 

Medalla de Marruecos (1916)

07 Martes Abr 2015

Posted by Joan in Condecoraciones españolas

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Alfonso XIII, Antonio Prieto Barrio, Campaña del Rif, Castells, Guerra de Marruecos, Marruecos, Medalla de Melilla, Melilla

Medalla de Marruecos. En plata para Jefes y oficiales. Anverso.  Fuente: Colección A. Rodríguez Belles

Medalla de Marruecos. En plata para Jefes y oficiales. Anverso. Fuente: Colección A. Rodríguez Belles

La primera versión de la Medalla Militar de Marruecos, en cuyo anverso rezaba la palabra África, causó no pocas confusiones con la Medalla de África de 1912, por ello el Real Decreto del 29 de junio de 1916, se procede a cambiar la palabra que reza en su anverso, que pasa a ser MARRUECOS. Pero en lo esencial, la medalla no cambia en casi nada respecto a su efímera predecesora.

Si bien, en esta ocasión, la condecoración llevará únicamente una cinta verde cinabrio oscuro, independientemente del territorio marroquí en el que se haya servido, admitiendo aspa de herido, cuando corresponda. Así mismo, se limitaron a tres los pasadores oficiales: MELILLA, TETUÁN y LARACHE.

Medalla de Marruecos. Clase de plata para jefes y oficiales. Reverso. Fuente: Colección A. Rodríguez Belles.

Medalla de Marruecos. Clase de plata para jefes y oficiales. Reverso. Fuente: Colección A. Rodríguez Belles.

Esta medalla no admitía duplicación del distintivo. Así, quienes obtuvieren la Medalla del Rif simplemente podían añadir los pasadores de la nueva condecoración, pero no una nueva. Sí que se podía duplicar con la Medalla de África de 1912.

Medalla de Marruecos. Clase de bronce para suboficiales y tropa. Anverso. Fuente: Colección A. Rodríguez Belles.

Medalla de Marruecos. Clase de bronce para suboficiales y tropa. Anverso. Fuente: Colección A. Rodríguez Belles.

Dado que en 1917 se crea la Medalla Militar Individual, para evitar confusiones con esta condecoración, en una fecha tan tardía como el 27 de marzo de 1941 se le cambia el nombre, pasándose a denominar oficialmente “Medalla de Marruecos”.

Cabe tener en cuenta que si el reverso de la medalla no debe ya llevar la fecha de 1909, sí que debe incluir los escudos de España y Melilla, a pesar que en muchas variantes no oficiales el melillense ha desaparecido.  Asimismo, no es raro ver dos pasadores no oficiales, como por ejemplo CEUTA, XAUEN o ALHUCEMAS, entre otros.

Este es el reverso de un curioso pasador no oficial.

Este es el reverso de un curioso pasador no oficial. Fuente: Colección propia.

La industria privada de efectos militares produjo gran variedad de piezas, ajustándose a las posibilidades económicas de la demanda. Para los jefes y oficiales, tanto podían ser de plata, como de metal plateado. En cuanto, a los suboficiales y tropa a las oficiales de bronce, se les podía reducir el precio fabricándolas de antimonio bronceado o troqueladas. No son difíciles de encontrar las medallas conocidas como “Indígenas”, fundidas en los propios cuarteles del Protectorado, y que se distinguen, entre otras cosas, por estar mal recortadas, ya que normalmente la inscripción MARRUECOS queda ligeramente recortada por debajo.

Curioso modelo de los llamados "Indígenas" al que se le ha quedado (o puede que fuera así acuñado) un vistoso color dorado. Fuente: colección propia.

Curioso modelo de los llamados “Indígenas” al que se le ha quedado (o puede que fuera así acuñado) un vistoso color dorado. Fuente: Colección propia.

Finalmente, existe la mítica versión de Castells cuya inscripción del anverso se lee “MARUECOS”. Todas estas versiones podían ir con corona solidaria o móvil y con el rostro de Alfonso XIII con o sin bigote.

Medalla de Marruecos. Variante de Castells. En plata. Anverso. Colección propia.

Medalla de Marruecos. Variante de Castells. En plata. Anverso. Colección propia.

Medalla de Marruecos. Variante de Castells. En plata. Reverso. Colección propia.

Medalla de Marruecos. Variante de Castells. En plata. Reverso. Colección propia.

Para escribir este texto he usado el Compendio Legislativo de las Medallas de África, de Antonio Prieto Barrio. Y he contado con la inestimable colaboración de Antonio Rodríguez Belles.

Medalla Militar de Marruecos de 1915 (África)

09 Lunes Mar 2015

Posted by Joan in Condecoraciones españolas

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Alfonso XIII, África, Campaña del Rif, Ceuta, Guerra de Marruecos, Larache, Manuel Delgado Brackembury, Marruecos, Medalla de Melilla, Melilla, Rif, Tetuán

Anverso de la Medalla Militar de Marruecos de 1915. Modelo con cinta de herido y pasador de Larache firmado por Vallmitjana.

Anverso de la Medalla Militar de Marruecos de 1915. Modelo con cinta de herido y pasador de Larache firmado por Vallmitjana. En clase de plata para oficiales.

La ampliación de las campañas militares a las zonas de Tetuán, Ceuta y Larache obligó a un cambio normativo en la Medalla del Rif, ampliándola al resto de territorios del recién creado Protectorado del Marruecos. Por este motivo, se crea la Medalla Militar de Marruecos, por Real Decreto de fecha 8 de noviembre de 1915.

En lo esencial, se mantienen las normas y condiciones por las que se concedía la Medalla de Melilla y manteniendo las dos categorías, según el rango de quien la recibiera: plata para oficiales y bronce para suboficiales y tropa. Así mismo, se opta por mantener el diseño de la misma que había efectuado el escultor y militar sevillano Manuel Delgado Brackembury (1). El epígrafe del anverso pasó a denominar “ÁFRICA”, en lugar de “Campaña del Rif”.

Reverso de la medalla objeto de este post. Pertenece al modelo de Vallmitjana que se muestra más arriba.

Reverso de la medalla objeto de este post. Pertenece al modelo de Vallmitjana que se muestra más arriba.

Otros cambios que se observarán en la condecoración son los siguientes:

– Se suprimen los pasadores por cada una de las batallas y/o hechos de armas y en los pasadores solo se inscribirá la zona en la que se halla servido: MELILLA, TETUÁN, LARACHE o CEUTA.

– Se establecen dos colores para las cintas: amarillo para las medallas referidas a la zona del Rif y verde cinabrio oscuro para el resto de áreas.

– Se elimina la fecha del reverso (1909).

Anverso de la Medalla Militar de Marruecos de 1915. Versión en bronce para suboficiales y tropa, con el pasador de Larache.

Anverso de la Medalla Militar de Marruecos de 1915. Versión en bronce para suboficiales y tropa, con el pasador de Larache.

Sin embargo, esta medalla tuvo una corta duración. Siete meses después de su creación, un Real Decreto con fecha 29 de junio de 1916, en el que una nueva medalla la sustituye. Su inscripción, hace que se suela confundir con la Medalla de África de 1912, por lo que se decide realizar una nueva modificación, de la que hablaremos en el siguiente post.

Reverso de la anterior medalla de bronce para suboficiales y tropa.

Reverso de la anterior medalla de bronce para suboficiales y tropa.

Esta medalla se trata de una golosa pieza para coleccionistas de la militaría española. Al ser la condecoración menos otorgada, es la más difícil de encontrar y, en consecuencia la más cara. Puede salir por unos 400 euros, aunque con suerte se puede comprar por algo menos.

Su rareza ha hecho que sea presa de algunos falsificadores. Por ello, la recomendación sería fijarse en el tamaño de la pieza, que debe tener 38mm de alto y 30mm de ancho y, especialmente que el rostro de Alfonso XIII (que es el sitio donde ello se puede observar con mayor facilidad) no esté marcado como si su majestad sufriera la viruela.

A continuación presentamos otras variantes de esta rara condecoración:

Anverso de la versión en plata, con el pasador de Larache.

Anverso de la versión en plata, con el pasador de Larache. Atención a la original tipografía.

Anverso de la variante en plata.

Anverso de la variante en plata.

Reverso con la cinta correspondiente a la zona de Melilla.

Reverso con la cinta correspondiente a la zona de Melilla.

Quiero agradecer al Sr. Jaume Boguñà su inestimable ayuda para la confección de este texto.

(1) Manuel Delgado Brackembury (1882-1941). Para una biografía un poco más detallada sugiero visitar nuestro post sobre la Medalla de Melilla de 1909
https://historiayculturamilitar.wordpress.com/2014/12/09/medalla-de-melilla-de-1909/

 

Medalla de Melilla de 1909

09 Martes Dic 2014

Posted by Joan in Condecoraciones españolas

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1909, Alfonso XIII, Antonio Prieto Barrio, Campaña del Rif, Faci, General García-Margallo, Guerra de Margallo, Guerra de Marruecos, Gurugú, Margallo, Marruecos, Medalla de Melilla, Melilla, Miguel Primo de Rivera, Nador, Prieto-Barrio, Primo de Rivera, Rif, Rifeños, Semana Trágica, Vallmitjana, Zeluán

Como continuación de nuestra serie de medallas africanas, hoy vamos a empezar con las que se concedieron durante la Guerra de Marruecos (1909-1927). No recordaremos la importancia del conflicto, si bien vamos a contextualizarlo brevemente.

Medalla de Melilla. Plata, versión para oficiales con cinco pasadores. Anverso.

Medalla de Melilla. Plata, versión para oficiales con cinco pasadores. Anverso.

Antecedentes
La Guerra de África (1859-1860) no supuso una pacificación de la región septentrional de Marruecos. Un ejemplo de ello, lo vemos en lo que se conoce como la Guerra de Margallo (1893-1894). El general García-Margallo (bisabuelo del actual Ministro de Asuntos Exteriores), gobernador de Melilla, con la aprobación de las autoridades marroquíes, empezó la construcción de diversos fuertes fuera del perímetro melillense, para protegerse de los constantes ataques de los rifeños. Pero uno de estos fuertes, provocó la destrucción de un antiguo cementerio en el que estaba enterrado un venerado santón, lo que provocó una insurrección general de la región. Al ejército español le costó mucha sangre sofocar la revuelta; entre ella, la del propio general García-Margallo(1). Pero el territorio nunca se apaciguó del todo.

Medalla de Melilla. Bronce, versión para suboficiales y tropa. Anverso.

Medalla de Melilla. Bronce, versión para suboficiales y tropa. Anverso.

La guerra
Así, entre pequeñas escaramuzas y periodos de relativa calma, los acontecimientos se precipitaron en el verano de 1909. El sultán de Marruecos concedió la explotación de las minas de Ben-ibu-Ifru a una sociedad compuesta por el marqués de Comillas, la familia Güell y el conde de Romanones (a la sazón, ministro en el gobierno de Maura). Para poder explotar las minas, hacía falta un ferrocarril que las conectara con Melilla y fue durante la construcción de las vías del ferrocarril que sus trabajadores fueron atacados. La respuesta del gobierno fue implacable y se declaró la guerra. Lo que viene, es de sobra conocido, desastres como el Barranco del Lobo o el Annual, heroicidades como la carga de Taxdirt o el impresionante desembarco de Alhucemas… sin olvidar que en la península, la llamada a armas de los reservistas provocó disturbios en ciudades como en Madrid y una verdadera revuelta en Barcelona, hechos conocidos como la Semana Trágica.

 

La medalla

El 20 de marzo de 1910, una Real Orden establecía la creación de la Medalla de Melilla (2). Se trata de una medalla ovalada de 38mm de alto y 30mm de ancho, a la que se adosará una corona real, a la que se unirá una cinta de 3cm de color anaranjado, con una aspa roja para los heridos. En el anverso, aparece el busto del Rey y la inscripción CAMPAÑA DEL RIF. El reverso está constituido por una figura de la victoria de Samotracia y en el fondo la Alcazaba de Zeluán con un sol naciente y las laderas del Gurugú (3). Entre los primeros pasadores, se encontraban:

1. SIDI HAMET EL HACH-GURUGÚ
2. QUEBDANA
3. TAXDIRT-HIDUM-ZOCO EL HAD
4. NADOR-ZELUÁN-ZOCO EL JEMIS
5. ATLATEN
6. PEÑÓN-ALHUCEMAS

Medalla de Melilla. Plata. Detalle del  reverso, en el que se puede apreciar la firma del fabircante, Faci e Hijos, de Zaragoza.

Medalla de Melilla. Plata. Detalle del reverso, en el que se puede apreciar la firma del fabircante, Faci e Hijos, de Zaragoza.

La medalla de los oficiales era de plata (o metal plateado) y en bronce para suboficiales y tropa (más adelante, se hizo extensible a soldados indígenas, civiles y personal sanitario) que cumplieran una de las siguientes condiciones: dos meses en la zona de combate (o haber navegado dos meses en la zona, en caso de marineros); haber participado en un acto de guerra; haber sido herido; o haber estado un mínimo de cuatro meses en el teatro de operaciones. El 19 de septiembre de 1912, una nueva Real Orden incluía una nueva lista de pasadores para conmemorar notables hechos de armas, a saber:

7. KERT
8. GARET DE BENI BU YAHÍ
9. BENI BU GAFAR
10. BENI SIDEL

Medalla de Melilla. Bronce. Detalle del reverso con la marca del fabricante, Vallmitjana de Barcelona.

Medalla de Melilla. Bronce. Detalle del reverso con la marca del fabricante, Vallmitjana de Barcelona.

El Sr. Antonio Prieto Barrio nos apunta que el diseño de la condecoración es de Manuel Delgado Brackembury (Cabezas de San Juan, 1882- Sevilla, 1941) (4), escultor y militar español. Se trata de un autor relativamente poco conocido, cuya obra alcanzó su cénit en la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929.

En El Adelanto. Diario de Salamanca. Año XXVI. Número 7854. 22 de enero de 1910:
“Ha sido ya escogido el modelo que servirá para acuñar la medalla conmemorativa de la campaña del Rif. Después de detenido examen por el general Luque de los diferentes modelos presentados, el más artístico y que mejor simboliza la idea, se debe al capitán de infantería señor Delgado, de guarnición en Barcelona, modelo aceptado y que muy pronto comenzará a troquelarse. La medalla es circular. En el anverso va el busto del Rey, con capote y casco. En el reverso aparece un busto griego de mujer, cubriendo con dos coronas de laurel los dos escudos de España y Melilla. En el fondo se ve el Gurugú y poblado de Nador, dominado todo por el sol, que lanza rayos sobre el citado monte. La medalla será igual para todos, excepción de los heridos, que llevarán en la cinta un pasador. Se concederá a cuantos han formado parte del ejército expedicionario, no sabiéndose aún si, al igual de lo hecho en Francia con la medalla creada para las tropas que estuvieron en África en los últimos sucesos de Casablanca y la Argelia, se hará extensiva a quienes, sin formar parte del ejército expedicionario, hicieron intervención más o menos directa en todo lo concerniente a la campaña”.

En cuanto a los coleccionistas, es una de las medallas más habituales de encontrar, junto con su “hermana” la Medalla Militar de Marruecos. Suele estar a precios relativamente asequibles (las he visto a partir de 60€, aunque ejemplares en plata con varios pasadores pueden superar fácilmente los 150€). Existen multitud de variantes y calidades. Los mejores, evidentemente, son los ejemplares con un mayor número de pasadores y marcados por su fabricante. Entre los ejemplares de peor calidad, como no, están los de las tropas regulares, que eran simples chapas troqueladas. Entre las variantes, veremos el rostro de Alfonso XIII con bigote y sin él, o con ligeras diferencias en el casco; en el reverso, la medalla con la fecha reglamentaria (1909), sin fecha o con la fecha de otro año y, finalmente, multitud de tipos de coronas. La Medalla de Melilla, sin ningún género de dudas, será una pieza que no podrá faltar en cualquier colección de medallas españolas que se precie. Esta condecoración estuvo en vigor hasta noviembre de 1915, cuando se sustituyó por la medalla de la que hablaremos en el siguiente post de esta serie. ¡Una verdadera delicatesen!

 

Estas condecoraciones están catálogas con los siguientes números:

En la Versión para oficiales:

– Pérez-Guerra: 813
– Gravalos-Calvó: 386

En la versión para suboficiales y tropa:

– Pérez-Guerra: 813a
– Gravalos-Calvó: 386

 

NOTAS

(1) Poco claras están las circunstancias de su muerte, por cierto. Se dijo que en uno de los ataques, oficiales españoles se percataron que los moros estaban disparando con rifles máuser españoles y se destapó lo que ya era un secreto a voces: el tráfico de armas ilegal entre la morería y un grupo de oficiales corruptos, encabezados por el propio García-Margallo. Tres son las hipótesis que se barajan en su misteriosa muerte: o bien que fue abatido de un tiro en la cabeza por uno de estos rifles; bien que, a l verse descubierto, se suicidó; y, finalmente, la que más crédito obtuvo en los corrillos extra-oficiales, fue que Miguel Primo de Rivera (el futuro dictador, y teniente por aquel entonces), al descubrir el pastel, le pegó un tiro.

(2) Los datos normativos relativos a esta condecoración los he obtenido del libro de Antonio Prieto Barrio: Recompensas de las Campañas de África, otro de sus imprescindibles libros para poder acercarnos a la falerística española.

(3) En septiembre de 1909, se empezaron a producir las primeras operaciones militares españolas realizadas con un cierto éxito, como la ocupación de la ciudad de Nador, a los pies del Gurugú, monte también cercano a la ciudad de Melilla, y que forma parte de la Sierra de Nador. Volcán extinto de 890 metros de altura, en la actualidad aún conserva los restos de fuertes españoles, y da cobijo a inmigrantes que quieren dar el salto a España. Un poco más al sur, se tomaba la alcazaba (posición fortificada) de Zeluán (Selouane)

(4) Su padre fue Manuel Delgado Zulueta (Utrera, 1842- Sevilla, 1915). Importante político y militar de la segunda mitad del siglo XIX. Combatió en la guerra de África y en las guerras carlistas, lo que le valió numerosos ascensos por méritos de guerra. Fue diputado del Partido Conservador por su ciudad natal en diversas legislaturas, cargo que compaginó, una vez nombrado general, en las Capitanías Generales de Canarias, Andalucía y Cataluña, donde también desempeñó el cargo de Inspector General de Somatenes. No es más que una conjetura, pero es posible que Delgado Brackenbury acompañara a su padre en su destino barcelonés y que conociera a la que sería su esposa, Carmen Llorach Dolsa, hija de una de las más ilustres familias de la alta burguesía catalana. De hecho, la Casa Llorach (en la calle Muntaner de Barcelona) fue construida por Puig i Cadafalch, siendo una impresionante muestra del modernismo y que, desgraciadamente, fue derribada en 1932 para construir un bloque de pisos. Por otro lado, la madre del escultor era Magdalena Brackenbury (Madrid, 1847-Sevilla, 1930), hija del vice-almirante de la Royal Navy, William C. C. Brackenbury, que fue vice-cónsul británica en Cádiz, y provenía de una familia de gran tradición en la Marina Real Británica.

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