• Quiénes somos

Si vis pacem, para bellum.

~ Blog de Historia y Cultura Militar.

Si vis pacem, para bellum.

Archivos de etiqueta: Reino Unido

Un fragmento de Historia a la venta: la Liga de Wellington

18 Jueves Dic 2014

Posted by Raimundo de Miguel Alonso in Condecoraciones europeas

≈ Deja un comentario

Etiquetas

batalla de Waterloo, España, Fernando VII, Goya, Guerra de la Independencia, Miguel de Álava, napoleón bonaparte, National Gallery de Londres, Orden de la Jarretera, Reino Unido, Sir Arthur Wellesley, Sir Henry Fildes, von Blucher, Waterloo, Wellington

Traemos en esta ocasión a nuestro Blog una circunstancia que consideramos muy relevante y desde luego digna de ser compartida con todos vosotros. El hecho de que todavía en nuestros días se pueda acceder de forma particular a piezas de un valor histórico incalculable y que pertenecieron a destacados personajes no deja de ser motivo de un cierto debate o incluso controversia dentro del mundo del coleccionismo. Que piezas de esta importancia acaben engrosando la colección de un particular es algo que a mi particularmente, entrando tal vez en una cierta contradicción como coleccionista que soy, me resulta muy difícil de entender.

Orden de la Jarratera

Orden de la Jarretera

Nos referimos a la venta por parte de una prestigiosa casa canadiense de una Orden de la Jarretera que perteneció nada menos que al I Duque de Wellington. No resulta exagerando en este caso afirmar que nos encontramos ante una pieza realmente excepcional, digna de ser conservada en el “Imperial War Museum” de Londres pero que por una serie de vicisitudes y pasajes del destino se presenta ante nosotros como un objeto de deseo al alcance solo de los mayores coleccionistas.

Esta pieza ya fue subastada en el año 2000 por parte de la casa Sotheby´s de Londres y quien la consiguió en aquel entonces ahora la vende. No sé si en un caso tan extraordinario como este el propio gobierno del Reino Unido se personara en la puja para intentar hacerse con ella.

HISTORIA DE LA PIEZA A LA VENTA

Sir Arthur Wellesley le entregó esta Orden a su ayuda de cámara, John Mugford. Su viuda, pasó sus últimos días en el Hospital Emanuel, de Westminster, y se la confió a la esposa del RJ Waters. Pasó a sus dos hijos. El menor de ellos, el reverendo R. Bruce Dickson se la vendió a Sir Henry Fildes, parlamentario del Partido Liberal. A su muerte en 1948, pasó por trámite de herencia a la persona que la puso a la venta en Sotheby’s en el año 2000. Quien pujó la cantidad más alta es quien ahora la pone a la venta.

LA ORDEN DE LA JARRETERA.

Elementos que componen la Orden de la Jarratera

Elementos que componen la Orden de la Jarretera

Fundada en 1348 por Eduardo III de Inglaterra es la más importante y distinguida de entre las órdenes de caballería británicas.

También conocida popularmente como “La Liga”, luego veremos el porqué de este sobrenombre, la admisión en la misma tiene un marcado carácter excepcional y responde siempre a hechos o servicios destacadísimos en favor de la corona o del Reino Unido. Además de personajes celebérrimos como Wellington son caballeros y damas de este exclusivo club los miembros de la Familia Real Británica y de otras, no todas, monarquías reinantes.

La concesión siempre se anuncia con gran boato y como solo los ingleses son capaces de hacer estas cosas, cada 23 de abril, día de San Jorge, patrono de la orden y de Inglaterra.

Su lema que como leyenda figura en ella, “HONI SOIT QUI MAL PENSE”, que vendría a decir, “Que se avergüence aquel que de esto piense mal”, hace referencia al lance que le dio origen. En un gran baile organizado por E-III al ver este que a Juana de Kent, que llegaría a ser Princesa de Gales, se le caía una de sus ligas al suelo la recogió con gran parsimonia para evitar a su invitada la violencia de tan incómoda perdida y acto seguido se la autoimpuso en el muslo pronunciando la famosa frase para regocijo imaginamos del resto de invitados. No cabe duda que la historia probablemente fue otra pero esta resulta mucho más, digamos, británica.

Su actual Canciller es Lord Carrington y el número de concesiones a lo largo de toda su longeva historia rondaba tan solo las mil unidades en el año 2008.

APUNTES SOBRE EL I DUQUE DE WELLINGTON.

Sir Arthur Wellesley, I Duque de Wellington, retratado por Francisco de Goya. National Gallery, Londres.

Sir Arthur Wellesley, I Duque de Wellington.

I Duque de Wellington, por Francisco de Goya, 1812, National Gallery de Londres, luciendo junto a otras destacadas condecoraciones la Orden del Toisón de Oro concedido por Fernando VII por su intervención en la Guerra de la Independencia. Se da la circunstancia que este magnifico y conocidísimo retrato fue robado en 1961 de la pinacoteca londinense durante unos meses por parte de un ladrón aficionado que se lo llevo a su casa con suma facilidad al descolgarse por la ventana de uno de los baños del museo…

Arthur Wellesley, Dublín 1769-Kent 1852, entre otros títulos Duque de Ciudad Rodrigo y Vizconde de Talavera, político y militar británico entro en el Ejército en 1787. Años después sirvió como oficial en la India y en 1805 entra en política de la mano de su hermano mayor, el Marqués de Wellesley, gestionando en la Cámara de los Comunes la Secretaría de Estado para su Irlanda natal.

En 1808 es enviado a Portugal al frente del Ejercito que los británicos destacan para contener y en su caso intervenir en los que ellos denominaron la “Guerra Peninsular” y nosotros conocemos como la Guerra de la Independencia. Hasta 1810 se suceden varias derrotas contra los franceses pero en 1811 cambia su suerte y consigue una gran victoria, que evita la invasión de Portugal, en la batalla de Torres Vedras.

A partir de ese momento se inicia una ofensiva exitosa ya en tierras españolas que son culminadas entre otras, con las victorias y tomas de Ciudad Rodrigo y Badajoz ayudado muy activamente por unidades regulares del ejercito español y partidas de Guerrilleros.

Derrota a Marmont en la importantísima batalla de Los Arapiles y finalmente ocupa Madrid en 1812. Persigue a las tropas francesas en abierta retirada derrotándolas de nuevo en las batallas de Vitoria y San Marcial de 1813. Vence, ya en tierras francesas, al Mariscal Soult en la definitiva batalla de Toulouse de 1814.

Pero su fama, fuera del ámbito más cercano y de nuestra importantísima Guerra de Independencia, le viene dada por la derrota que le endosa a Napoleón Bonaparte, coincidiendo con el postrero y efímero Imperio de los Cien Días, en la mítica batalla de Waterloo.

Wellington en Waterloo, retratado por Robert Alexander Hillingford.

Wellington en Waterloo, retratado por Robert Alexander Hillingford.

Hasta aquí la biografía oficial de un militar que sin querer menoscabar sus indudables méritos supo siempre aprovecharse y autoimponerse victorias y aciertos estratégicos no siempre propios. Ya no solo en la Guerra de la Independencia española donde de algún modo parece que sin Wellington no se hubiera conseguido la expulsión de los franceses, si no sobre todo en la batalla de Waterloo donde ha pasado a la historia como el único que derroto a Napoleón. En esta batalla, en la que además se conformo un potentísimo ejército de coalición contra el Corso, destaco, siendo el verdadero artífice de la victoria el Mariscal de Campo y Príncipe prusiano von Blucher. No podemos olvidar tampoco, en otro plano pero de gran importancia también, la destacada intervención del general español Miguel de Álava, Vitoria 1772-Baréges 1843, dentro del Estado Mayor de Wellington, pasaje muy poco conocido hasta hace muy poco y de cuya magnifica biografia de Ildefonso Arenas encontrareis una breve reseña en la sección de lecturas recomendadas de este mismo Blog.

Retrato del mariscal de campo prusiano von Blucher.

Retrato del mariscal de campo prusiano von Blucher.

 

Una historia de piratas. El rescate de la fragata Mercedes.

04 Jueves Sep 2014

Posted by Raimundo de Miguel Alonso in Eventos, museos y exposiciones

≈ Deja un comentario

Etiquetas

Carlos IV, cazatesoros, El Callao, España, Fragata Mercedes, Godoy, Jorge III, La Habana, Madrid, Mercedes, Museo Arqueológico Nacional, museo naval de madrid, Odissey, Odissey Marine Exploration, Orden de Carlos III, piratas, piratería, Reino Unido, Toisón de Oro, virreinato del Perú

Exposición simultánea en el renovado Museo Arqueológico Nacional y en el Museo Naval de Madrid. Hasta el 30 de noviembre de 2014. Entrada gratuita.

La fragata Mercedes en plena acción

La fragata Mercedes en plena acción

La increíble historia que a continuación compartiremos con todos vosotros y que se recoge en detalle en dos magnificas exposiciones temporales en el MAN y en el Museo Naval de Madrid, pone una vez mas de manifiesto la gigantesca historia naval española y también nos demuestra hasta que punto este capítulo de nuestra peripecia colectiva como nación empieza a ser debidamente tratado después de siglos de ignorancia y un cierto desdén institucional.

El hundimiento en 1804 de esta nave botada en los astilleros de La Habana en 1786 y su muy valioso cargamento durante el reinado del incalificable Carlos IV, tiene todos los tintes de una tragedia clásica, pero sin embargo y por distintos avatares que luego explicaremos en detalle, ha logrado un desenlace dichoso y me atrevo a decir, realmente excepcional.

Tanto las circunstancias de su hundimiento como los de la posterior localización y rescate del contenido de la nave son una verdadera ignominia y ponen de manifiesto muchas cosas sobre ciertas sociedades anglosajonas con una a veces inmerecida fama de garantes de la civilización y muy dados a dar lecciones morales al resto de los mortales.

Carlos IV visto por Francisco de Goya

Carlos IV visto por Francisco de Goya

El contexto en el que se producen los funestos acontecimientos del Cabo Santa María el 5 de octubre de 1804, muy cercana ya la nave al puerto de destino en Cádiz y divisando de cerca la costa portuguesa, podemos calificarlo de tensa calma pero sin una declaración de guerra previa entre el Reino Unido y España. Es decir, se dan dentro de una situación de paz a todos los efectos legales e incluso morales. Este factor hace del hundimiento como tal un pasaje muy oscuro e injustificable de la historia naval militar británica, pura piratería.

La flota dentro de la cual se encontraba encuadrada La Mercedes y compuesta también por las fragatas Clara, Medea y Fama había zarpado rumbo a España desde el puerto de Montevideo, habiendo cargado previamente su contenido en el puerto de El Callao con valores y enseres procedentes del poderoso y rico virreinato del Perú. Hablamos según todos los expertos del mayor hallazgo de monedas jamás rescatado hasta la fecha de un pecio de cualquier nacionalidad. Alrededor de medio millón de monedas de oro y plata acuñadas en los territorios de ultramar con la efigie de Carlos IV, que sumaban en el caso de las piezas mas numerosas de plata, unas 17 toneladas de este metal.

Moneda de oro de Carlos IV

Moneda de oro de Carlos IV

Monedas de oro de Carlos IV recuperadas de la fragata Mercedes, en las que se aprecia el efecto de la corrosión marina

Monedas de oro de Carlos IV recuperadas de la fragata Mercedes, en las que se aprecia el efecto de la corrosión marina

Retrato del ínclito Godoy, luciendo nada más y nada menos que la Orden de Carlos III, la Orden de Cristo portuguesa, Santo Espíritu francesa, Toisón de Oro, Caballero de la Orden de Malta y de la Orden de Santiago, entre otras muchas.

Retrato del ínclito Godoy, luciendo nada más y nada menos que la Orden de Carlos III, la Orden de Cristo portuguesa, Santo Espíritu francesa, Toisón de Oro, Caballero de la Orden de Malta y de la Orden de Santiago, entre otras muchas.

La pequeña flota, que por orden del entonces poderosísimo e intrigante Manuel Godoy se componía de buques de guerra y no de naves mercantes escoltadas, fue atacada como decíamos por una flotilla inglesa mucho mas potente y mejor armada al mando del nefasto Graham Moore, después de una inasumible propuesta de entrega de las naves y su contenido para viajar a Inglaterra como rehenes. Ante esta situación el jefe de la flota española, José de Bustamante, y el capitán de La Medea y segundo en el mando, Diego de Alvear Ponce de León, se aprestaron a un combate épico y desigual que termino con la explosión de La Mercedes al ser alcanzada de lleno su santabárbara por una bala roja. Se da la terrible circunstancia que toda la familia de Diego de Alvear salvo uno de sus nueve hijos, hallaron la muerte en La Mercedes. Hablamos en total de unos 250 muertos aproximadamente en el conjunto de los combates de ese día.

Graham Moore

Graham Moore

Diego de Alvear Ponce de León, luciendo la Orden de San Hermenegildo

Diego de Alvear Ponce de León, luciendo la Orden de San Hermenegildo

Después de la batalla, las naves y sus tripulaciones fueron trasladadas contra su voluntad a Inglaterra y posteriormente puestos en libertad previa indemnización. El suceso fue recogido por la opinión publica de la época, incluida la británica, con unánime critica por tan tremenda agresión. Como consecuencia de todo ello, en diciembre de 1804 España declara la guerra a la Inglaterra de Jorge III y de algún modo se establece el preámbulo de la posterior y decisiva batalla de Trafalgar en 1805.

Hasta aquí el pasaje estrictamente histórico, la primera parte de la ignominia podríamos decir, pero hay una segunda no menos bochornosa y tremenda. En 2007, y después de una imaginamos concienzuda y pormenorizada investigación, entre otros lugares en el soberbio Archivo de Indias de Sevilla…, la empresa privada de arqueología “Odissey Marine Exploration Inc.”, localiza y exhuma los restos trasladándolos de forma clandestina a los Estados Unidos sabedora sin duda alguna de lo ilegal de su increíble y valiosísimo botín.

Se produce un seguimiento mediático masivo del asunto a partir de la noticia de una escala técnica en Gibraltar de un barco con una carga incierta. Desde un primer momento las autoridades españolas sospechan que se puede tratar del contenido de un barco de bandera española, que a la vista de la legislación vigente, es un territorio inviolable propiedad de cada estado, además del cementerio de doscientos y pico infortunados compatriotas. Ese ha sido en gran medida el corpus y línea argumental de la demanda contra los cazatesoros.

El Gobierno de España y en su nombre el Ministerio de Cultura, asesorado siempre de forma activa por nuestra Armada, inicia un litigio muy complejo que ha durado cinco largos años y que finalmente ha dado la razón a España permitiendo la recuperación de toda la carga y múltiples objetos robados. La importancia de este hecho es manifiesta en tanto en cuanto sienta jurisprudencia y preserva, eso esperamos todos, estos valiosos legados de aventuras similares. Hay que reconocerle a los tribunales norteamericanos que la sentencia fuera en contra de una empresa de ese país, erradicada en Tampa, y a favor de un tercero aunque este fuera un gobierno soberano. Todo un ejemplo de imparcialidad y justicia en el sentido estricto de la palabra del que deberían tomar nota algunos a este lado del atlántico.

La visita de esta exposición es, sin duda, una cita obligada para este otoño.

Reproducción de una de las cubiertas de la fragata Mercedes, que se puede ver en la exposición

Reproducción de una de las cubiertas de la fragata Mercedes, que se puede ver en la exposición

 

Para saber mas:
http://www.man.es
http://www.armada.mde.es

 

Frederick W. Stoddard y las medallas de la Segunda Guerra Boer (3ª parte)

22 Viernes Jun 2012

Posted by Joan in Condecoraciones europeas

≈ Deja un comentario

Etiquetas

17º Lanceros, Guerra de Crimea, Guerras Boer, reina victoria, Reino Unido

THE DEATH AND GLORY BOYS:

 17ª Regimiento de Lanceros (Duke of Cambridge Own)

En 1759, convencido de la necesidad de incrementar sus efectivos de caballería ligera, Jorge II mandó crear cinco nuevos regimientos de dragones. Uno de ellos sería el 17º. Fue su primer coronel, John Hale, quien tuvo la idea de incluir su ya mítico lema: “Death or Glory”, tras su primera victoria en Québec (1763). Participó en varias batallas durantela Guerra de la Independencia de los Estados Unidos.

Fue una unidad muy viajera, como demuestra el hecho que en cuatro años estuvo presente en cuatro continentes diferentes: en 1806 en Inglaterra, Europa; en 1807 en Montevideo, América; en 1808 en Cabo de Buena Esperanza, África; y en 1809 en Surat, Asia.

Al finalizar las guerras napoleónicas, el ejército británico, al ver lo bien que se han desenvuelto en el campo de batalla los lanceros ulanos de Napoleón, decide transformar algunos de sus regimientos de Dragones en Lanceros. Éste será el caso del 17º.

Su siguiente campaña, fue nada menos que la Guerrade Crimea, y fue allí donde conseguirían fama mundial, al ser ellos la vanguardia de la celebérrima Brigada Ligera que cargó contra los cañones rusos en la batalla de Balaklava, donde sufrieron severísimas bajas y donde se ganaron a sangre el lema de su regimiento: Death or Glory Boys. También participaron en las batallas de Sebastopol, Alma e Inkerman.

Los Lanceros del 17º, a la vanguardia de la Carga de la Brigada Ligera.

Su siguiente destino fuela India, donde fueron trasladados tras el famoso motín de los cipayos. En 1879 pasaron a Sudáfrica, donde tuvieron un importante papel en la batalla de Ulundi, donde los zulúes fueron definitivamente derrotados.

Tras una breve estancia en el Reino Unido, al estallar la Segunda Guerra Bóer, son nuevamente trasladados a Sudáfrica. Hay un aspecto de la Segunda Guerra Bóer que no se suele tener en cuenta, y es que no se trata de una guerra como la que los británicos estaban acostumbrados a luchar. Aquí los enemigos no eran los zulúes, guerreros indomables, pero tan solo armados con lanzas y mazas; ni sudaneses o hindúes, que contaban con un armamento totalmente anticuado. Los bóer contaban con medios financieros suficientes para conseguir armas de la misma calidad que los británicos, conocían el territorio en profundidad y tampoco les faltaba valor1. Ello obligó al Imperio Británico a realizar un esfuerzo sin precedentes, llegando a movilizar hasta 400.000 soldados2 (y que según las fuentes varían entre los 50.000 a las 100.000 bajas3), especialmente tras la conocida como Black Week (10-17 de diciembre de 1899), cuando los británicos fueron derrotados sucesivamente en las batallas de Stormberg, Magersfontein y Colenso, dejando en el camino casi 3.000 bajas británicas4. Pero el poderío británico se impuso y, finalmente, en 1900 entraron en Johannesburgo. Pero, si bien los británicos se las prometían felices y daban la guerra por concluida, los bóer no se rindieron y, aprovechando su profundo conocimiento del terreno y el apoyo de gran parte de la población civil (especialmente en el Estado Libre de Orange), dando lugar a una guerra de guerrillas, con algunos golpes de mano extraordinariamente audaces. Pero la presión británica se impuso (así como unas medidas salvajes contra la población civil, como por ejemplo el establecimiento de campos de concentración5), y los bóer se rindieron en la primavera de 1902.

“All that was left of them”, de Woodville. Los Lanceros del 17º caen en Modderfontein en septiembre de 1901.

Pero si algo quedó claro en esta guerra fue que una caballería de lanceros había quedado obsoleta en la guerra moderna. Sus lanzas podían ser eficaces para atacar a zulúes en Ulundi, pero no para enfrentarse a un enemigo armado con rifles Martini-Henry.

En la Primera Guerra Mundial, dentro de sus honores de batalla, destacan Festubert (1914), Somme (1916,1918), Morval, Cambrai (1917, 1918), St Quentin, Avre, Hazebrouck, y Amiens. Tras finalizar la guerra, el 17º de Lanceros fue fusionado con el 21º de Lanceros (otra unidad de rancio abolengo). Terminaba allí su historia, dejando en el camino cinco Victoria Cross y un historial que muy poquitos regimientos pueden igualar a estos arrojados y valientes Death or Glory Boys.

Notas

1: la inconmensurable magnitud de la Primera Guerra Mundial ha eclipsado las que pueden ser consideradas, en cierto modo, como sus hermanas pequeñas: las guerras que enfrentaron a ejércitos occidentales durante la segunda mitad del siglo XIX, además dela Segunda Guerra Bóer, la terrorífica Guerra Franco-Prusiana (1870), cuyo recuerdo resultó de acicate para que las naciones europeas se lanzarán con más temeridad que inteligencia a aquel brutal choque de trenes que hubo entre 1914-1918 (no nos debe extrañar que muchos generales y altos mandos de los ejércitos galo y alemán fueron veteranos de la anterior contienda). La única guerra de aquel periodo que ha gozado de más divulgación ha sido la Guerra de Secesión de los Estados Unidos; que, en este caso, ha contado con la inestimable ayuda del cine estadounidense, que a su vez necesitaba ávidamente historias reales para llevar a la gran pantalla de un país muy joven y con tan poca historia. No sé si dentro de esta categoría se debería incluir la Guerra Hispano-Americana de 1898.

2: este es el motivo por el que las medallas dela Segunda Guerra Bóer: la Queen’s South Africa y la King’s South Africa estén entre las condecoraciones de campaña más económicas y sean, como ya venimos aconsejando, un buen inicio para todos aquellos que se quieran introducir en este terreno.

3: muchas bajas hay que contarlas no sólo por combates, sino también por un extenso catálogo de enfermedades.

4: es tras estas derrotas que el gobierno británico se da cuenta de la magnitud del problema y empieza a enviar tropas a gran escala, entre las que se encontrarán los 17º de Lanceros. Recordemos que F.W. Stoddard desembarca en Sudáfrica en marzo de 1900.

5: aquí encontramos otro paralelismo con la Guerra de Cuba y las represalias contra los civiles que llevó a cabo (con menos éxito, pero no menos crueldad) el general Weyler, probablemente los primeros de la historia.

Fuentes:

Peter Stoddard

Copia de la documentación relativa a F. Stoddard proveniente de los National Archives.

Webs recomendadas:

www.northeastmedals.com

www.anglo-boer.co.za

http://www.bbc.co.uk/history/british/victorians/boer_wars_01.shtml

www.haslar.co.uk/haslar16b.htm

Libros:

HAYWARD, John, BIRCH, Diana, BISHOP, Richard: British Battles and Medals. Ed Spink & Son Ltd. Londres, 2006, 8ª edición.

Frederick W. Stoddard y las medallas de la Segunda Guerra Boer (2ª parte)

19 Martes Jun 2012

Posted by Joan in Condecoraciones europeas

≈ 1 comentario

Etiquetas

Guerras Boer, India, Reino Unido

Frederick William Stoddard (1871- 1945). Nacido en Alverstoke, Hampshire, UK. Segundo hijo de John y Jane Stoddard. Su padre había sido policía en el Hospital de su ciudad natal, por aquel entonces el edificio de ladrillos más grande del mundo. Pero unos problemas con el corazón, le obligaron a dejar aquel empleo y abrió una lechería. John Stoddard fallece en 1886, cuando Frederick cuenta con 16 años. Le legó su reloj y su cadena (aunque no los podrá llevar encima hasta que cumpla 20 años). La lechería pasa a ser propiedad de su madre; mientras que el pony, el carromato y sus correajes, son legados a su hermano mayor, John. En el testamento, el finado pide a sus hijos que ayuden a su madre en el sostenimiento del negocio familiar. De facto, es John jr quien regenta el negocio. Tal vez por ello, Frederick decide alistarse.

Así, en 1889, es destinado al Royal Hampshire Regiment (el antiguo Regimiento de Infantería 37th North Hampsire). Por aquel entonces, los soldados se alistaban bajo el sistema del “Short Service”, es decir que se comprometía a formar parte del ejército británico por un periodo de doce años, los siete primeros en servicio activo (“with the colors”) y los cinco últimos en reserva. Periodo que se podía prorrogar indefinidamente.

La revisión médica que le realiza el Ejército Británico habla de un joven de 19 años, de 1,71 de altura y 56 kilos de peso. Ojos verde-oscuro, pelo castaño y orejas prominentes.

Desde el 18 de octubre de 1889 hasta el 2 de septiembre de 1890, permanece en Inglaterra, durante su periodo de instrucción. Su primer destino colonial será la India, donde llegará el 3 de septiembre de 1890. Durante su estancia en la Indiacursó estudios de señalización en Poma (abril de 1893) y de telegrafía en Secunderabad (julio de 1895), una de las bases británicas más importantes de la India. Entre medio, el 18 de marzo de 1894, obtuvo un certificado de estudios de segunda clase (algo relativamente habitual entre los soldados británicos). Su estancia enla India finalizará seis años más tarde, el 3 de noviembre de 1896.

Una vez en la Gran Bretaña, pide el traslado a una unidad de caballería. Aprobada su petición, le es asignado destino en el célebre Regimiento 17º de Lanceros (Duke of Cambridge’s Own). Tras unos años en la reserva, es llamado de nuevo a filas, con motivo de la Segunda Guerra Boer. Después de una travesía de algo más de tres semanas, el 10 de marzo de 1900 llega a Ciudad del Cabo con el resto de su Regimiento. Su actuación en Sudáfrica no se detalla en su historial, si bien, por los pasadores de sus medallas, es evidente que participó en las Batallas de Johannesburgo, Belfast y Diamond Hills, en la que su Regimiento tuvo una actuación destacada. La mayor parte de la guerra, estuvo estacionado en la colonia del Cabo, si bien realizó incursiones al Estado Libre de Orange. Al recibir la King’s South Africa con los dos pasadores (1901 y 1902), parece evidente que participó activamente en la lucha contra las guerrillas boer de aquel periodo. El 17º fue dividido en Escuadrones, que fueron constantemente atosigados por un enemigo invisible e incansable, que en ocasiones llegará a infringir severas bajas en el Ejército Británico, como la que el propio 17º de Lanceros protagonizó en el desastre de Modderfontein, donde sufrieron un total de 46 bajas, la mitad muertos. No es posible saber si el Escuadrón de Stoddard fue el que sufrió el ataque. La guerra terminó definitivamente en 31 de mayo de 1902, pero su Regimiento siguió en Sudáfrica hasta el 25 de julio de aquel año.

Lanceros del 17ª. Frederick Stoddard es el quinto por la izquierda de la fila superior.

El 25 de agosto de 1902, Frederick W. Stoddard se licencia, tras haber pasado en el ejército 12 años y 312 días. Regresa a Alverstock y se incorpora al negocio familiar. En enero de 1909 se casa con Agnes Thiteridge (1877-1963), con quien tendrá cuatro hijos. Uno de ellos, George (1914-1941), sirvió en la Segunda Guerra Mundial, como suboficial de Marines a bordo de HMS Hood, compartiendo el fatal destino de su barco durante la célebre batalla del Estrecho de Dinamarca, en un combate a muerte contra los destructores Bismark y Prince Eugen, y en el que el HMS Prince of Wales estuvo a punto también de ser hundido, de no ser por la aparición de la flota de reserva británica, dando inicio a la batalla naval más importante de la guerra, en el teatro europeo de operaciones.

Frederick William Stoddard fallecería el día de Nochebuena de1945, alos 74 años de edad.

Fuentes:

Peter Stoddard

Copia de la documentación relativa a F. Stoddard proveniente de los National Archives.

Frederick W. Stoddard y las medallas de la Segunda Guerra Boer (1ª parte)

18 Lunes Jun 2012

Posted by Joan in Condecoraciones europeas

≈ 2 comentarios

Etiquetas

Eduardo VIII, Guerras Boer, reina victoria, Reino Unido

Iniciamos una serie de tres post dedicados a un pasador de medallas que cuenta con la Queen’s South Africa y la King’s South Africa, entregadas, por su participación en la Segunda Guerra Boer (1899-1902), a Frederick W. Stoddard, soldado en el mítico Regimiento de Caballería 17º de Lanceros.

Queremos agradecer la inestimable ayuda que nos ha prestado Peter Stoddard para poder realizar esta serie de posts. Esperamos que sean de vuestro interés.

Pasador con la QSA y la KSA

QUEEN’S SOUTH AFRICA (QSA)

Se trata de la medalla otorgada a las tropas británicas y a sus aliados, que lucharon durante la Segunda Guerra Boer (1899-1902), o que participaron en actividades logísticas relacionadas con esta guerra.

Es una medalla de plata de 36 milímetrosde diámetro. En el anverso aparece el busto de una anciana reina Victoria (esta es la última medalla en la que apareció), junto con la leyenda: VICTORIA REGINA ET IMPERATRIX. En el reverso, a la izquierda se puede observar la línea de costa salpicada de buques de guerra, además de una formación de infantería avanzando ante la figura alegórica de Britannia ofreciéndoles una corona de laurel, encima de ella, la leyenda SOUTH AFRICA. Fue diseñada por el prestigioso medallista G.W. de Saulles1.

Reverso de las dos medallas

Tras la toma de Johannesburgo, las autoridades británicas asumieron que los Boer habían sido derrotados y empezó a expedir las medallas de la campaña, grabando los años 1899-1900. Pero los Boer no se rindieron, por lo que a todas aquellas medallas se les hubo de borrar la citada fecha, hecho que se consiguió solo parcialmente. A esta fecha se la conoce como “Ghost Date”. Éstas fueron las primeras en acuñarse y, actualmente, son relativamente difíciles de encontrar, lo que les confiere más valor que las que se acuñaron sin esta fecha, las más comunes.

Existen, sin embargo, 50 medallas en las que la fecha no fue borrada. Se trata de las que consiguió la unidad de Lord Strathcona’s Horse, compuesta por voluntarios canadienses, que fue la primera unidad en salir de Sudáfrica, y a quienes, posteriormente, se les envió los pasadores que les correspondían para que cada receptor se los fijara privadamente. Dichas medallas son especialmente apreciadas por lo coleccionistas, aunque son rarísimas.

Para la QSA, se crearon 26 pasadores: Cape Colony, Natal, Rhodesia, Relief of Mafeking, Defence of Mafeking, Defence of Kimberley, Talana, Elandslaagte, Defence of Ladysmith, Belmont, Modder River, Relief of Ladysmith, Tugela Heights, Relief of Kimberley, Paardeberg, Orange Free State, Driefontein, Wepener, Transvaal, Johannesburg, Laing’s Nek, Diamond Hill, Wittebergen, Belfast, South Africa 1901 y South Africa 1902.

La medalla que mostramos, cuenta con los siguientes pasadores:

  • Cape Colony: otorgada a la tropa que han estado en algún momento enla Colonia del Cabo entre el 11 de octubre de 1889 y el 31 de mayo de 1902, y que no han obtenido ningún pasador específico por acción en ese territorio, o el pasador de “Natal”.
  • Orange Free State: otorgada a la tropa que ha estado en algún momento entre el 28 de febrero de 1900 y el 31 de mayo de 1902 enla Colonia de Orange River, incluso aquellos que no han recibido ningún pasador por alguna acción de combate en aquel territorio.
  • Johannesburg: para las tropas que en el 29 de mayo de 1900, participaron en la batalla en la que se tomó la ciudad.
  • Diamond Hill: para las tropas que en los días 11 y/o 12 de junio de 1900 participaron el la batalla de Diamond Hill.
  • Belfast: para las tropas que en los días 26 y/o 27 de agosto de 1900, participaron en la batalla de Belfast.

    Pasadores de la QSA

En el borde, se muestra el nombre de 5154 F. STODDART, del 17ª Lanceros, del que hablaremos en profundidad en el siguiente post. En esta caso, como solía pasar en alguna ocasión, se cometió un error al gravar el apellido, ya que el correcto del soldado 5154 es el de Stoddard. 

La medallas británicas graban el número, nombre y unidad de su propietario

KING’S SOUTH AFRICA (KSA)

Es la segunda medalla otorgada durante la Segunda Guerra Boer. La podían obtener todos aquellos que habían estado presentes en el teatro de operaciones, en la totalidad del periodo que iba del 1 de enero de 1901 al 1 de junio de 1902. Quienes no habían participado durante todo el periodo, se les entregaba exclusivamente los pasadores, para que fueran fijados en la QSA. Esta medalla nunca se podría otorgar de manera independiente de la QSA.

Se trata de una medalla de plata de 36 milímetrosde diámetro. En el anverso aparece el busto del rey Eduardo VII, junto con la leyenda: EDWARDVS VII REX IMPERATOR. El reverso, es idéntica a la QSA, esta vez sin fecha en ninguna de sus versiones. Obviamente, también fue diseñada por G.W. de Saulles.

La medalla que presentamos está completa, al presentar sus dos pasadores:

  • South Africa 1901: para quienes habían estado entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 1901.
  • South Africa 1902: para quienes habían servido entre el 1 de enero y el 1 de junio de 1902.

    Los dos pasadores de la KSA

En el borde, se muestra el nombre de 5154 F. STODDART, del 17ª Lanceros, del que hablaremos en profundidad en el siguiente post.

Fuentes:

Peter Stoddard

Copia de la documentación relativa a F. Stoddard proveniente de los National Archives.

Webs recomendadas:

www.northeastmedals.com

www.anglo-boer.co.za

http://www.bbc.co.uk/history/british/victorians/boer_wars_01.shtml

www.haslar.co.uk/haslar16b.htm

Libros:

HAYWARD, John, BIRCH, Diana, BISHOP, Richard: British Battles and Medals. Ed Spink & Son Ltd. Londres, 2006, 8ª edición.

Notas

1: George William De Saulles (1862-1903), natural de Birmingham, donde su familia regentaba un negocio de cristales. De joven, entra a estudiar en la Birmingham School of Art, bajo la tutela de J. Taylor, quien le introduce en los círculos medallistas londinenses, donde irá a trabajar en 1884, consiguiendo ser contratado por la Royal Mint en 1892, en calidad de Jefe de Grabadores y, posteriormente, para diseñar las condecoraciones de la primera etapa del reinado de Eduardo VII. En 1884, se casó con Myra Hill, aunque el matrimonio no tuvo hijos. Falleció repentinamente en Chiswick en 1903. Entre 1884 y 1903 diseñó un total de 30 medallas, siendo las más destacadas: las de la coronación de Eduardo VII, QSA, KSA, Queen’s Mediterranean, Ashanti medal, y Transporte Service Medal. Sus medallas están firmadas con las iniciales DES, que se pueden observar en la parte inferior al busto del Rey.

Si nos dejas tu email, te informaremos automáticamente de las novedades en nuestro blog.

Categorías

  • Condecoraciones españolas
  • Condecoraciones europeas
  • Entrevistas
  • Episodios Nacionales
  • Eventos, museos y exposiciones
  • Galería de personajes ilustres
  • Lecturas Recomendadas
  • Miscelánea
  • Webs recomendadas

Entradas recientes

  • Cruz del Campo de Honor. El último misterio de las Guerras de Emancipación Americanas
  • Francisco Javier Balmis Berenguer. Médico Militar. 1753-1819
  • El espía inglés que cazaba hombres en Barcelona
  • Tribulaciones de un italiano en la Guerra Civil Española (2ª parte)
  • Tribulaciones de un italiano en la Guerra Civil Española (1ª parte)

Estadísticas del Blog

  • 112.799 hits

17º Lanceros 100.000 Hijos de San Luis Alfonso XII Alfonso XIII Antonio Prieto Barrio Artillería Barcelona Bilbao Campaña del Rif Carlos III Carlos IV Castells Cuba Eduardo VIII España Estados Unidos Felipe V Fernando VII Filipinas francia Franco General Charles Gordon Goya Gran Bretaña Guerra Civil Guerra de Crimea Guerra de la Independencia Guerra de Marruecos Guerra de África Guerras Boer isabel ii Jartum Jaume Boguñà Joan Prim Laureada Leopoldo O'Donnell López Portaña Madrazo Madrid Mahdi Marruecos Medalla de Melilla Medallas Melilla Miguel de Álava Milicia Ciudadana Museo Museo del Ejército de Toledo museo naval de madrid napoleón bonaparte Nicolás II de Rusia Orden de Carlos III Orden de Isabel la Católica Orden del Mérito Militar Orden de Malta Orden de San Fernando Orden de San Hermenegildo Primera Guerra Mundial Real Academia de las Bellas Artes de San Fernando reina victoria Reino Unido Rif rusia Segunda Guerra Mundial Segunda República siglo xix Tercera Guerra Carlista Tetuán Toisón de Oro Vallmitjana virreinato del Perú Waterloo Wellington Weyler África

Archivos

Meta

  • Registrarse
  • Acceder
  • Feed de entradas
  • Feed de comentarios
  • WordPress.com

Blogroll

  • Discuss
  • Get Inspired
  • Get Polling
  • Get Support
  • Learn WordPress.com
  • Theme Showcase
  • WordPress Planet
  • WordPress.com News

Blog de WordPress.com.

Cancelar
Privacidad & Cookies: este sitio usa cookies. Al continuar usando este sitio, estás de acuerdo con su uso. Para saber más, incluyendo como controlar las cookies, mira aquí: Política de Cookies.