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Archivos de etiqueta: Carlos III

“En el mérito está la virutd”. Exposición sobre la Real y Distinguida Orden de Carlos III

21 Miércoles Dic 2016

Posted by Raimundo de Miguel Alonso in Eventos, museos y exposiciones

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Carlos III, Casa de la Moneda, Expisición, Felipe V, Isabel de Farnesio, María Amalia de Sajonia, Orden de Carlos III

“VIRTUTI ET MERITO”

Magnifico retrato de Carlos III por Rafael Mengs, nunca expuesto antes en España, y presente en otra exposición, tituladao “Majestad y Ornato en los escenarios del Rey Ilustrado”

Retrato presente en otra exposición sobre Carlos III (“Majestad y Ornato”), que es posible ver por primera vez en España en el Palacio Real de Madrid. Rafael Mengs (1765)

Os adjuntamos el enlace:

http://www.patrimonionacional.es/carlosiii/

Se ha celebrado en Madrid recientemente, en concreto en la prestigiosa Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (Museo Casa de la Moneda), una muy interesante exposición sobre la gran Orden del Rey Ilustrado, coincidiendo con el 300 aniversario de su nacimiento.

Se trata, desde su creación, de la más alta distinción civil de España, y como consecuencia de ello la nómina de condecorados se nutre de los perfiles más destacados y selectivos en todos los ordenes imaginables. En un principio, hasta Isabel II, el criterio fue otro. Tenemos que retrotraernos al menos hasta hace casi 250 años.

En 1771 se crea la Orden, estando en su génesis reservada al entorno más cercano, encumbrado y de confianza del monarca. Fundamentalmente a reyes de otras dinastías, a la alta nobleza nacional e internacional, a los príncipes de la iglesia y a los altos mandos del Ejército y la Armada. De algún modo se trataba de una Orden de Caballería equiparable a la Jarretera británica, la del Santo Espíritu francesa o la napolitana de San Genaro, por poner solo tres ejemplos destacados y que comparten su carácter elitista y de regio patrocinio.

Collar de la Orden de Carlos III.

Collar de la Orden de Carlos III.

Carlos III fue un Rey enciclopédico en el sentido más literal de la palabra. Entendió su reinado, con sus claroscuros, como una gran oportunidad de modernización de España, de proyección y de mejora en todos los ámbitos de la cosa pública, de la ordenación del territorio y sus estructuras, del fomento de las artes, etc. Una necesaria y urgente adecuación al compás de otras potencias de la época que estaban varios escalones por delante de nosotros. Los problemas internos, las carencias y lagunas de todo tipo, sumadas a lo que implicaba el vasto imperio americano y de otros territorios de ultramar, demandaban un Rey con el suficiente criterio y experiencia para manejar tan compleja situación.

EL ANTECEDENTE. EL REINADO DE NAPOLES.

Carlos III, nace en el antiguo Alcázar de Madrid, antecedente del posterior, afrancesado y espectacular Palacio de Oriente, en 1716. Hijo del primer Rey de la dinastía de los Borbones en España, Felipe V y de Isabel de Farnesio.

El entonces Infante don Carlos debería jugar posteriormente un papel protagonista en la estrategia de recuperación de la presencia e influencia hispana en algunos territorios de Italia vinculados a la Corona. Hablamos de los Ducados farnesios de Parma y La Toscana, y sobre todo de los Reinos de Sicilia y Nápoles. En 1738 contrae matrimonio con María Amalia de Sajonia, hija del Rey de Polonia entre otras dignidades.

Repostero del escudo real.

Repostero del escudo real.

Durante 25 años, un periodo lo suficientemente extenso como para conferirle una gran experiencia en todos los ordenes, fue Rey de Nápoles.

Carlos III fue un gran aficionado a las artes y a la historia. De esa inclinación, que rozaba la devoción, y que continuaría posteriormente en su reinado hispano, cabe destacar las primeras excavaciones arqueológicas en Pompeya y Herculano, el mecenazgo de todo tipo de artistas de primera línea, ingentes actuaciones urbanísticas y de obra pública, y las construcciones por ejemplo del Palacio de la Ópera de San Carlos y de los suntuosos Palacios de Caserta y Capodimonte.

En paralelo a esta labor, y dada su inclinación y fascinación por el ceremonial palatino y por las Órdenes de Caballería, crea en 1738 la Real Orden de San Genaro. Podemos hablar sin ninguna duda del antecedente directo de nuestra protagonista. Hay además una gran similitud entre ambas, tanto de diseño, Lises idénticos en los ángulos, como conceptual, al estar bajo la advocación una de un Santo y la otra de la Inmaculada, y en definitiva premiar biografías excepcionales, en aquella época, por condición, rango y aprecio del Rey.

LA CONSECUENCIA. EL REINADO EN ESPAÑA.

Ya estamos en 1759. Carlos III inicia su reinado en España con el claro objetivo, como decimos antes, de modernizar todas las estructuras del Estado, bajo los dictámenes de lo que se vino en llamar el despotismo ilustrado. “Todo para el pueblo pero sin el pueblo”.

Las llamadas Reformas Carolinas abarcaron cambios muy significativos en todo lo tocante a los asuntos políticos, económicos, educativos, artísticos, urbanísticos y militares. Se crean varias de las Reales Academias, Las Reales Ordenanzas Militares, vigentes hasta hace no muchos años (1978), Sociedades Económicas y Comerciales, las Reales Fabricas y Manufacturas Reales, (la mítica porcelana del Buen Retiro, cuya fábrica fue bombardeada con toda la intención durante la invasión francesa de Madrid para preservar la producción de Limoges), la de Cristal de La Granja, la Real Fabrica de Tapices, etc. Sin olvidar el inicialmente Gabinete de Historia Natural, ocupado actualmente por el Museo Nacional de El Prado.

Expediciones científicas, como las botánicas de Celestino Mutis o la muy celebre de Alejandro Malaspina, de carácter científico y de algún modo también político y militar. Acabo esta extensa nomina de logros, mencionando la creación de la Real Hacienda, la Casa de la Moneda, el Banco Nacional de San Carlos, germen del posterior Banco de España, e incluso la Lotería Real…

No podemos olvidar tampoco su decisivo papel en el apoyo y cobertura militar a los insurrectos norteamericanos frente a los británicos, cuyo mérito ha sido reconocido recientemente por el Gobierno de EE.UU. en la figura de Bernardo de Gálvez, artífice principal de la independencia americana y cuyo retrato figura ya en El Capitolio. (Ver post presente en este Blog sobre la figura de Gálvez)

LA ORDEN DE CARLOS III-EL NUEVO REGIMEN PREMIAL Y LOS SIMBOLOS DEL REINO.

Gran Placa y Cruz que perteneció al teniente coronel Laurenao Sanz y Soto (1793-1868)

Gran Placa y Cruz que perteneció al teniente coronel Laurenao Sanz y Soto (1793-1868)

Como he tratado de destacar, el Rey, que también recibió el titulo de “Mejor Alcalde de Madrid” por el embellecimiento y modernización de la ciudad, también acometió reformas y adecuaciones dentro de la simbología de la Monarquía. En 1760 se adoptan nuevos elementos para el escudo, se crea la Marcha Real, que desde entonces será ya el himno de España, y en 1785, mediante concurso para diferenciar y evitar percances en la identificación de los navíos por la similitud con otros pabellones blancos, como los ingleses o franceses por ejemplo, se adopta oficialmente, en un principio solo para la Armada y posteriormente para el resto de unidades terrestres, la bandera roja y gualda.

En este contexto, surge en 1771 la “Real y Distinguida Orden Española”, como se llamo en un primer momento, para premiar los muy destacados servicios en beneficio de la Corona y del propio Rey. El motivo concreto que provoca dicha promulgación, además de ser un objetivo que ya debía rondar los planes y nuevos reconocimientos premiales de C-III, coincide con el nacimiento de su nieto Carlos Clemente de Borbón, hijo de los Príncipes de Asturias, que llevaban muchos años persiguiendo un continuador de la línea dinástica. Posteriormente el infortunado Infante falleció con tan solo tres años. En agradecimiento por ese nacimiento se crea la Orden y se vincula a La Inmaculada como patrona, incorporándose su imagen en una de las caras del escusón central.

El Rey se convierte desde ese momento, y así seguirá ocurriendo hasta nuestros días con cada descendiente posterior, en Gran Maestre. Los colores azul y blanco de las bandas, son los distintivos de los colores Marianos, que ya en época posterior con Carlos IV, tendrán en el Manto Capitular azul y estrellado su elemento más espectacular. Dicho manto se utilizaba exclusivamente en los solemnes Capítulos de la Orden dos veces al año. Una en la capilla del Palacio Real y la otra en el Convento de San Gil, ambos en Madrid.

Manto capitular.

Manto capitular.

La exposición con un gran cantidad de magníficos retratos, objetos, concesiones y piezas destacadas, algunas de personajes muy conocidos y de magnifica factura (la de Gravina, Placa gran cruz, es la más antigua que actualmente se conserva y pertenece a los ingentes fondos del Museo Naval de Madrid), ha resultado una magnifica oportunidad para ratificar la importancia y preeminencia de esta prestigiosa y muy antigua condecoración.

Bernardo de Gálvez y Madrid, el otro libertador

08 Jueves Ene 2015

Posted by Raimundo de Miguel Alonso in Galería de personajes ilustres

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Bernardo de Gálvez, Carlos III, Estados Unidos, Orden de Carlos III, Pensacola, Salvador Maella

BERNARDO DE GÁLVEZ Y MADRID
CAPITÁN GENERAL
Málaga 1746- México 1786
CONDE DE GÁLVEZ
VIZCONDE DE GALVESTON
VIRREY DE NUEVA ESPAÑA
GOBERNADOR DE LA LUISIANA
HÉROE DE LA BATALLA DE PENSACOLA
GRAN CRUZ DE LA ORDEN DE CARLOS III

Atribuido a Salvador Maella, alrededor de 1784.  Colección particular de la familia De Haya-Gálvez, (Málaga). Luce Gálvez uniforme de Capitán General y lleva prendida la Cruz de Caballero de la Orden de Carlos III en su primera versión coronada y concedida por el propio Rey que la creó

Atribuido a Salvador Maella, alrededor de 1784.
Colección particular de la familia De Haya-Gálvez, (Málaga).
Luce Gálvez uniforme de Capitán General y lleva prendida la Cruz de Caballero de la Orden de Carlos III en su primera versión coronada y concedida por el propio Rey que la creó

Hace unos años daba un paseo por el magnifico casco antiguo de Málaga, ciudad muy querida al haber nacido allí mi abuela materna y me llamó poderosamente la atención que una de las dos torres de su monumental catedral barroca estaba claramente sin terminar. Al preguntar el motivo, alguien me comentó, como si se tratarse casi de una leyenda popular muy conocida en la ciudad, que Carlos III había destinado los fondos previstos para finalizar el templo a los insurgentes norteamericanos que luchaban en su particular y cruenta Guerra de la Independencia contra los ingleses. La historia me pareció realmente fascinante aunque un tanto incierta y la archivé cuidadosamente en la memoria.

Hoy me he enterado que el Senado de los EE.UU., reunido en sesión solemne y plenaria, ha decidido conceder a Bernardo de Gálvez la ciudadanía honorífica de los Estados Unidos, poner un retrato suyo del pintor malagueño Carlos Monserrate, muy similar al de Maella de 1784 que reproducimos sobre estas líneas, en el hall del Capitolio, espacio reservado a personajes destacadísimos de la historia norteamericana. Por último, han decidido incluirle en un club reservado hasta la fecha a solo siete personajes, el de los grandes próceres y amigos de la nación, compartiendo protagonismo por ejemplo con nuestro admirado Winston Churchill o el mismísimo Lafayette, activo colaborador también en dicha Guerra de Independencia. Es decir ha recibido de aquel país los máximos honores imaginables.

La biografía de nuestro personaje sería motivo de un largo ensayo repleto de hazañas y merecimientos de este militar ilustrado, inteligente y valiente que en pleno siglo XVIII se embarcó en una auténtica epopeya que ahora se ve recompensada desde las más altas instancias de los Estados Unidos. A nadie se le puede escapar los intereses y beneficios militares y políticos de España en aquella aventura contra Inglaterra pero eso no resta trascendencia, probablemente se la confiere más si cabe, a lo que fue capaz de conseguir este malagueño valeroso. Batallas decisivas como la de Pensacola o Baton Rouge son sólo una parte de su impagable contribución a la independencia del coloso americano.

Tropas españolas en la batalla de Pensacola.

Tropas españolas en la batalla de Pensacola.

Como en tantas otras ocasiones el reconocimiento y la admiración nos viene de fuera. No me cansare de repetir, como tantas otras veces desde esta humilde tribuna, que si bien somos una nación que en muchos ámbitos merece la máxima admiración, este es un nuevo ejemplo de ello, en otros nos hemos especializado en menospreciar y olvidar lo que no se debería orillar bajo ningún concepto. No siempre y no con todo pero sí con una frecuencia que a mí particularmente me parece inexplicable.

Hay alguna anécdota que no puedo dejar pasar ya que me ha llamado poderosamente la atención. La primera es que Gálvez se curtió como oficial luchando contra los Apaches en el desierto de Sonora. Este pasaje que podría parecer sacado de una novela de Zane Grey es totalmente cierto. Como lo es también saber que los uniformes azul marino de muchos soldados insurgentes se habían fabricado en los prestigiosos telares catalanes, o que se guarecían del frio con mantas zamoranas, disparando con pólvora traída de España. Todo ello configura la verdadera dimensión de una implicación mucho mayor de lo que cabria pensar y en la que hasta hace muy poco se valoraba mucho más la ayuda de Francia que la muy poco conocida de nuestro país.

Ya en 1976 un jovencísimo rey Juan Carlos inauguraba en un céntrico parque de Washington un magnifico monumento ecuestre dedicado a Gálvez. Este dato corrobora que el reconocimiento allí viene de lejos, en realidad había empezado ya en 1778.

Estatua de Gálvez.

Estatua de Gálvez.

No podemos olvidar en este asunto a la admirable Teresa Valcarce Graciani, promotora de este último y magnifico homenaje de la mano y bajo la supervisión de la “Asociación Cultural Bernardo de Gálvez” y del embajador de España en Washington, Ramón Gil-Casares. Esta mujer, con doble nacionalidad, nacida en El Ferrol y con vínculos afectivos con la ciudad de Málaga, ha sido la embajadora encargada por la ACBG de esta hazaña en la que también habrán colaborado innumerables y anónimos ciudadanos. Cuantas veces actitudes como esta, con un marcado carácter quijotesco al que somos tan aficionados, consigue empresas tan complicadas y meritorias. Desde aquí les damos las gracias a todos por su idealismo.

Tampoco quiero dejar pasar esta oportunidad, como ya hicimos con Blas de Lezo y Jorge Juan antes de ser públicamente agasajados y afortunadamente con sendos y muy recientes monumentos en Madrid, de pedir a quien corresponda el urgente reconocimiento de este gigante, tal vez en su preciosa ciudad natal, con un monumento conmemorativo digno de sus innegables méritos. Queda dicho una vez mas.

Empezaba esta crónica emocionante recordando un ocioso paseo por las calles de Málaga. Quien sabe si esos imagino cuantiosos Reales, en origen para un uso exclusivamente sacro y catedralicio, fueron con los que Gálvez escribió esta gloriosa y poco conocida página de nuestra historia.

Catedral de Málaga.

Catedral de Málaga.

Por último quiero decir que en esta ocasión he decidido que no seré yo quien enumere los méritos de nuestro admirado personaje. Será la agradecida redacción del propio Senado de los Estados Unidos quien lo haga por mi.

Washington D.C., 2014.

-Considerando que Bernardo de Gálvez y Madrid, vizconde de Galveston y conde de Gálvez, fue un héroe de la Revolutionary War (Guerra de Independencia) que arriesgó su vida por la libertad del pueblo de los Estados Unidos y procuró suministros, inteligencia y un enorme apoyo militar al esfuerzo de guerra;
-Considerando que Bernardo de Gálvez reclutó un ejército de 7.500 hombres entre los que había fuerzas españolas, francesas, afroamericanas, mexicanas, cubanas y angloamericanas y lideró el esfuerzo de España para ayudar a los colonos de Estados Unidos contra Gran Bretaña;
-Considerando que durante la Revolutionary War, Bernardo de Gálvez y sus tropas tomaron el Puerto de Nueva Orleans y derrotaron a los británicos en las batallas de Baton Rouge, Luisiana, Natchez, Misisipi y Mobile, Alabama;

Escudo de armas de Gálvez

Escudo de armas de Gálvez

-Considerando que Bernardo de Gálvez lideró el exitoso sitio de Pensacola, Florida, que duró dos meses, en el que sus tropas capturaron la capital de la Florida Británica Occidental y dejaron a los ingleses sin bases navales en el Golfo de México;
-Considerando que Bernardo de Gálvez fue herido en el sitio de Pensacola, y demostró un valor que le convirtió en un querido ejemplo para los soldados estadounidenses;
-Considerando que las victorias de Bernardo de Gálvez contra los británicos fueron reconocidas por George Washington como un factor decisivo en el resultado de la Revolutionary War;
-Considerando que Bernardo de Gálvez ayudó a redactar los términos del Tratado que puso fin a la Revolutionary War;
-Considerando que el Congreso Continental de los Estados Unidos declaró, el 31 de octubre de 1778, su gratitud y sentimientos favorables a Bernardo de Gálvez por su conducta con los Estados Unidos;
-Considerando que tras la guerra, Bernardo de Gálvez sirvió como virrey de Nueva España y lideró los esfuerzos encaminados a trazar los mapas del Golfo de México, incluyendo la bahía de Galveston, la mayor de la costa de Texas;
-Considerando que muchas localidades, incluyendo la Bahía de Galveston, Galveston (Texas), El Condado de Galveston (Texas), Galvez (Luisiana) y San Bernardo Parish (Luisiana) deben su toponímico a Bernardo de Gálvez;
-Considerando que el Estado de Florida ha honrado a Bernardo de Gálvez con la designación de Gran Floridense;
-Considerando que Bernardo de Gálvez jugó un papel integral en la Revolutionary War y ayudó a asegurar la independencia de los Estados Unidos, por todo ello, se ha resuelto por el Senado y la Casa de Representantes de los Estados Unidos de América y el Congreso de América en Asamblea, que Bernardo de Gálvez y Madrid, vizconde de Galveston y conde de Gálvez, sea proclamado póstumamente como un ciudadano honorífico de los Estados Unidos.

Apuntes sobre el pintor Salvador Maella
Valencia 1739 – Madrid 1819.

En 1750 se desplaza a Madrid para seguir perfeccionando su técnica que ya había llamado la atención en su Valencia natal desde temprana edad. Ingresa en la Real Academia de San Fernando y se forma con el escultor Felipe de Castro con el que empieza a dominar el gusto por el estilo neoclásico tan de moda en esa época.

Posteriormente en 1757, viaja a Roma para seguir mejorando su técnica y en 1765 consigue un puesto de mucha relevancia al ser contratado, bajo la tutela del gran Rafael Mengs, para trabajar en las mejoras pictóricas y decorativas que se estaban realizando por aquel entonces en los frescos del Palacio Real de Madrid.

A raíz de esta circunstancia su prestigio y fama aumentan de tal modo que llega a ser primero académico de San Fernando y de 1795 a 1798, su director.

Pintor de cámara de Carlos III y IV, su conocido afrancesamiento en la época de José I hacen que caiga en desgracia con la llegada al trono posteriormente de Fernando VII.

Es muy conocido su retrato de Carlos III como gran maestre de su orden que actualmente se puede ver en una magnifica exposición en el Palacio Real de Madrid, titulada: “El retrato en las Colecciones Reales de Patrimonio Nacional, de Juan de Flandes a Antonio López”. Os la recomendamos vivamente.

Carlos III, por Maella.

Carlos III, por Maella.

Dominó el retrato como decíamos pintando también muchos cuadros de temática religiosa. Como por ejemplo alguna famosa Inmaculada, dentro de las que destaca la de “San Francisco El Grande” en Madrid. Su obra forma parte de las colecciones permanentes de muchos museos nacionales y extranjeros, entre ellos y de forma muy significativa, de la de El Prado.

El Sable del Soldado

23 Miércoles Jul 2014

Posted by Raimundo de Miguel Alonso in Miscelánea

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Armas blancas, Artillería, Carlos III, Real Fábrica de Artillería de Toledo, Toledo

Traemos por primera vez, iniciando de algún modo una nueva sección de objetos militares diversos, una pieza que no es una vieja orden al mérito. Hemos creído interesante ir incorporando de forma muy selectiva y esporádica este tipo de elementos que han conformado las dotaciones reglamentarias de todo tipo de unidades para abrirnos a otro universo dentro del coleccionismo y de la consiguiente recuperación de objetos castrenses, que complementarán y en algún caso completaran, el verdadero corpus y discurso de este Blog que seguirán siendo las condecoraciones y sus protagonistas.

mach01Iniciamos la reseña con este cuchillo que hemos adquirido recientemente en un anticuario catalán. Se trata de un magnifico ejemplar en un muy buen estado de conservación correspondiente al modelo aprobado por R.O. de fecha 22 de junio de 1907.

Fue exclusivo inicialmente del arma de Artillería, hasta 1916, extendiéndose a partir de ese año a otras unidades de Ingenieros y Sanidad Militar. Finalmente en 1918 se dota también con él a Regimientos de Ferrocarriles y en el año 1923 a secciones de ametralladoras de Infantería e incluso de tambores y cornetas.

De algún modo, y esta es un deducción estrictamente personal que podría ser rebatida por algún estudioso pero que tiene una cierta lógica, este tipo de cuchillo convivía con las bayonetas de la Infantería presentes en las unidades de choque y con los sables de la oficialidad y de las secciones de caballería, convirtiéndose llegado el caso, en el arma complementaria de unidades que no estaban presentes en primera línea o en intervenciones de asalto directas a posiciones enemigas.

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Dentro de sus características formales, además de estar fabricado en el famoso acero toledano, destaca el diseño de la hoja con una curvatura que recuerda arcaicos pero efectivos diseños presentes en la Falcata ibérica o en la Cimitarra árabe y una recia empuñadura de madera de nogal fijada con doble tornillería y rematada en un extremo curvo para una mejor sujeción en el momento de su uso.

Cada ejemplar esta numerado sobre la hoja, en este caso con el Nº 2.591, e incorpora como garantía de origen y autenticidad la impronta o golpe seco de la Real Fábrica de Artillería de Toledo y su antiguo escudo del arma, dos viejos cañones cruzados y coronados sobre una pirámide de bombas artilleras.

LA REAL FABRICA DE ARMAS DE TOLEDO

La Real Fábrica de Toledo en la actualidad

La Real Fábrica de Toledo en la actualidad

Durante los siglos comprendidos entre el XV y el XVII se produjo en la ciudad castellana de Toledo el florecimiento de una industria espadera y cuchillera artesanal que llego a tener carácter legendario y que en su momento fue considerada por la calidad de su acero y sus magníficos diseños la más importante de Europa, por encima incluso de la alemana de Solinger.

Al principio la producción se desarrollaba en pequeños talleres particulares pero organizados en asociaciones gremiales que trabajaban siempre por encargo, fundamentalmente de nobles e hidalgos.

A finales del XVII principios del XVIII se produce un gran bajón en la demanda y producción de estos artesanos como consecuencia de los cambios en el uso de las clásicas espadas españolas. Estas habían formado parte como un elemento mas dentro de los atuendos de los caballeros pero que ahora se ven sustituidas, como consecuencia del afrancesamiento en las costumbres, por espadines mas ornamentales. A raíz de esta circunstancia de carácter estrictamente civil y hasta podríamos decir que de índole sociológico, el Ejército ve con mucha preocupación esta realidad ya que también es receptor principal de las magnificas espadas de Toledo. Como consecuencia de todo ello, y como en otras tantas iniciativas modernizadoras, en 1761 Carlos III crea la “Real Fabrica de Espadas”, institución inicialmente bajo tutela regia que aglutina a todo el grueso de los artesanos dispersos bajo una misma organización. Se viven años dorados que recuperan el prestigio de las espadas toledanas garantizando el suministro al Ejercito y la Armada e incluso con posterioridad, produciendo espadas para terceros países.

Expositor de espadas

Expositor de espadas

Después de una primera sede que pronto se queda pequeña, en 1777 el magnifico arquitecto de cabecera de Carlos III, Sabatini, con obras destacadísimas en Madrid tales como, El Palacio Real, la soberbia Casa de la Aduana en la calle de Alcalá, el Hospital de San Carlos o la muy famosa Puerta de Alcalá entre otras muchas intervenciones, inicia la construcción de la nueva fabrica que finaliza en 1782. En 1783 la gestión pasa de la Corona a la Hacienda Pública y tiempo después, y de ahí su denominación definitiva hasta su desaparición, al arma de Artillería.

La Real Fábirca en los años 20 del siglo pasado.

La Real Fábrica en los años 20 del siglo pasado.

Hablamos de una institución que mantuvo su prestigio durante casi doscientos años a fuerza de templar el acero como nadie y que en su ultima época complemento esta actividad nuclear con la fabricación de munición de distintos calibres. La inexorable caída en la demanda de sus productos propicia desafortunadamente que a finales de los ochenta del siglo XX cierre su puertas para siempre.

Diseño de la espada del Gobernador Civil

Diseño de la espada del Gobernador Civil

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Sus magnificas instalaciones y espacios industriales primigenios, cuidados jardines e incluso una capilla de espectacular factura, afortunadamente han sido rehabilitados y actualmente como tantos otros espacios de carácter castrense, son ocupados por un campus universitario.

La Capilla de la Real Fábirca

La Capilla de la Real Fábrica

Nos quedan cientos de miles de espadas, cuchillos, bayonetas y hasta material quirúrgico repartidos por medio mundo que son un recordatorio permanente de lo que llego a significar esta fabrica de Toledo. Nuestro espectacular cuchillo de asalto es un ejemplo de ello, “El Sable del Soldado” que fue fabricado en esta factoría fascinante.

Un antiguo y lejano familiar mío artillero estuvo destinado en la fabrica como Comandante de 1888 a 1889. Tal vez su recuerdo ha inspirado este breve post.

Vista aérea de todo el complejo de la fabrica en la actualidad

Vista aérea de todo el complejo de la fábrica en la actualidad

Conferencia sobre la Orden de San Hermenegildo en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación

04 Miércoles Jun 2014

Posted by Raimundo de Miguel Alonso in Eventos, museos y exposiciones

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Carlos III, Fernando VII, Orden de Malta, Orden de San Hermenegildo, Orden del Santo Sepulcro

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Invitados por nuestro admirado D. Antonio Prieto Barrio el día 13 de mayo tuve la inmensa suerte de poder asistir a un acto interesantísimo de marcado carácter academicista, la charla que pronuncio el General del Aire D. Francisco José García de la Vega en la muy prestigiosa Real Academia de Jurisprudencia y Legislación con sede en Madrid.

General del Aire D. Francisco José García de la Vega

General del Aire D. Francisco José García de la Vega

Al acto además del Ministro de Defensa, asistieron en representación de El Rey SAR Los Duques de Calabria, miembros de las Ordenes de Malta, Santo Sepulcro, Santiago, Montesa, Calatrava, Alcántara y de todas las Reales Maestranzas de Caballería. Altos cargos de Defensa, Generales, Almirantes, Diplomáticos, Académicos de la RAJ y de la de Historia así como personalidades y destacados funcionarios del Estado lo cual deja de manifiesto el interés e importancia del acto.

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La disertación coincidía con el bicentenario de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo creada por el nefasto Fernando VII, de la que es Gran Canciller junto a la de San Fernando el prestigioso General, y bajo el titulo; “Las recompensas militares, depositarias de la tradición de los Ejércitos”. Hizo un repaso muy acertado sobre el origen, Romano como no, y evolución de estos elementos consustanciales al reconocimiento y valoración de hechos destacados dentro del Ejército y de la sociedad civil. El contexto no podía ser más solemne y cargado de historia, realmente la sensación era la de estar asistiendo a un acto de otra época, con ese aire que solo tienen las viejas Academias, creadas la mayoría de ellas por el magnifico Rey ilustrado Carlos III. Un retrato suyo presidia la sala para dar testimonio de ello.

"Carlos III, Rey de Nápoles" (1740), DE Guiseppe Bonito.

“Carlos III, Rey de Nápoles” (1740), DE Guiseppe Bonito.

El Derecho Premial, que ese es su nombre técnico y jurídico y de ahí el marco elegido por el General para su exposición, es la contraposición natural al Derecho Penal. Lo que uno tiene de reconocimiento, de premio en definitiva, el otro lo tiene de censor y perseguidor del delito. El uno reconoce, en el ámbito militar y civil, actos dignos de ser valorados y el otro los persigue y pena.

La grandes Ordenes y las condecoraciones digamos de rango inferior tienen su origen en la mayoría de los casos en el entorno de los siglos XVIII y XIX pero los antecedentes desde la remota Phalerae romana, de ahí la denominación de la Faleristica, fueron repasadas con detalle y profusión, citas de Calderón de la Barca, el soberbio soldado y dramaturgo incluidas.

Se ordenó cronológicamente la fundación de todas ellas, su prelatura, los hechos que premian, las que todavía persisten y las que han desaparecido o han sido sustituidas por otras, como por ejemplo la de Alfonso XII por la más reciente de Alfonso X el Sabio. Anécdotas y citas de destacados condecorados y las vicisitudes en las que se hicieron acreedores de sus respectivos reconocimientos, algunas realmente increíbles.

Los coleccionistas a veces tenemos la intima sensación que nuestra pasión es compartida por muy pocos y que de algún modo pertenecemos a un reducido grupo de nostálgicos acumuladores de recuerdos que ya no interesan a casi nadie. Siendo así en muchos casos, y hay que admitir que nuestra pasión no es la más frecuente dentro del coleccionismo de objetos de época, es también verdad que su entronque con la propia historia como vestigios de hechos sorprendentes y en muchos casos admirables, hace que cada vez haya más personas que por curiosidad se acercan a este mundo. Lo de ayer, que por decirlo de alguna manera tocaba techo en lo que se refiere a un contexto de primer nivel con personajes de mucha enjundia como hemos visto, me hizo pensar en esto durante un buen rato.

Estos pequeños tesoros son en definitiva la memoria colectiva e individual de lo que somos capaces de conseguir si nos lo proponemos. La virtud que se hace visible en la solapa de un uniforme o de una americana es la conciencia de la superación, del deber cumplido o simplemente del trabajo bien hecho. Sin duda valores que tanto hoy como ayer siguen siendo en mi opinión piedras angulares, aunque para muchos sean los restos de un desfasado y trasnochado naufragio.

Al final del acto se crearon espontáneamente una serie de corrillos francamente interesantes en los que con una copa de vino blanco bien frio en la mano repasamos lo divino y lo humano, que de esto también hay mucho en nuestro querido mundo de las viejas condecoraciones y de la Medallística. En mi caso coincidí con el gran estudioso Carlos Lozano Liarte, con el que mantuve una estupenda charla ya que le conocía de antemano.

Una tarde la de ayer para ser recordada sin duda durante mucho tiempo y a la que asistí acompañado por un gran amigo, Teniente Coronel de EM del Ejército del Aire que disfruto tanto o más que yo con esta clase magistral en un vetusto templo del saber.

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Exposición: “The Art of Power” y la Real Armería del Palacio Real

03 Lunes Feb 2014

Posted by Raimundo de Miguel Alonso in Eventos, museos y exposiciones

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Armaduras, Carlos III, Embajada de España en Washington, España, Felipe II, Museo del Ejército de Toledo, Palacio Real, Patrimonio Nacional, Real Armería

Aunque hablamos de una exposición que se celebró en los Estados Unidos en el año 2009 dado el interés y particularidad de la misma, así como la importancia de las piezas allí expuestas, nos ha perecido importante rescatarla del olvido y así compartir con vosotros algo que ha llegado a nuestras manos hace pocos días de la mano del magnifico catalogo de la misma.

“THE ART OF POWER” (EL ARTE DEL PODER).

Armaduras y retratos de la España Imperial.

National Gallery of Art, Washington (USA).

Con la participación de:

-Patrimonio Nacional.

-Embajada de España en Washington.

-Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior de España (SEACEX).

-Armería del Palacio Real (Madrid).

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LA EXPOSICION

Entre los muchos tesoros custodiados por Patrimonio Nacional, pertenecientes en otro tiempo a las colecciones privadas de la realeza española y cuyo inspirador fue Felipe II, siempre me ha llamado la atención la espectacular colección de armaduras y armas blancas, principalmente de la Casa de Austria, depositadas en la no menos impresionante Real Armería del Palacio Real.

Estas piezas, entre las mejores del mundo sin ninguna duda, han pasado en los últimos años de acumular siglos a convertirse en un elemento destacado de la historiografía en su estudio tanto de su papel estrictamente militar como de representación, simbolismo e implicaciones iconográficas. Su relación con la pintura de la Corte, al estar estas piezas presentes en muchos retratos de destacados príncipes, permite además un estudio en profundidad de las particularidades y costumbres de estos, incluso de su personalidad nos atrevemos a decir.

Hablamos de piezas de verdadera orfebrería en metal, con unos trabajos y acabados en miniatura de elementos geométricos, heráldicos y florales que conforman autenticas obras de arte y en la que los grandes artesanos armeros del Renacimiento y el Barroco, tales como Negroli, Colman, Campi, pusieron de relieve lo mejor de ellos mismos al servicio de la entonces primera potencia militar del mundo. El arte al servicio del poder establecido como en tantas otras facetas, desde el siglo XV al XVIII.

La exposición de Washington reúne piezas destacadísimas pertenecientes a los Reyes Católicos, Fernando II de Aragón, Carlos V, Felipe II, Don Juan de Austria, piezas capturadas al Turco en Lepanto, regalos de Jacobo I de Inglaterra a Felipe III, la espada de Boabdil (cedida por el Museo del Ejercito de Toledo), bardas (armadura ecuestre) de Maximiliano I de Austria, celadas de Felipe el Hermoso, testeras, borgoñotas, piezas japonesas, tapices flamencos de batallas, increíbles armaduras infantiles, piezas de San Quintín y otras muchas batallas, espadas, dagas.

El relato se completa y lo pone todo en relación con cuadros y retratos de Pantoja de la Cruz, Tiziano, Rubens, Antonio Moro, Velázquez, Van Loo, Carreño de Miranda…, muchos de ellos prestados por el M.N. de El Prado.

Imagen de la Real Armería. Un verdadero espectáculo para la vista.

Imagen de la Real Armería. Un verdadero espectáculo para la vista.

LA REAL ARMERIA

Como decíamos, al principio la iniciativa como tal de esta colección, que probablemente solo tenga un equivalente en la Armería Imperial de Viena, parte de una iniciativa de Felipe II que además dio instrucciones para que siempre se mantuviera unida, tanto en las piezas que él había acumulado en vida como las heredadas de su antecesores, llegando la actual colección hasta Carlos III.

Esta espectacular colección no se puede ni se debe desvincular de la propia historia de España, es un reflejo incomparable de ella misma al menos en lo tocante a los propietarios de las piezas, los Reyes, y sus correspondientes épocas, batallas y conquistas.

Sirva esta pequeña crónica para que los que no conozcáis ya la Armería del Palacio Real de Madrid, situada en el patio lateral del mismo y que lleva su nombre (enfrente de La Almudena), os dejéis caer un día por ella para descubrir un verdadero tesoro, fiel reflejo de lo que llegamos a ser.

José Solano y Bote: El terror del Atlántico

22 Miércoles May 2013

Posted by Raimundo de Miguel Alonso in Galería de personajes ilustres

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América Colonial, Caracas, Carlos III, Fernando VII, María Antonia de Borbón-Dos Sicilias, Orden de Carlos III, Orden de San Genaro, Orden de Santiago, Venezuela

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-Cuadro: Autor desconocido, alrededor de 1782. Vista de fondo, Bahía de Santa Rosa, Pensacola (Florida). Museo Naval de Madrid.

JOSÉ SOLANO Y BOTE. CAPITAN GENERAL DE LA REAL ARMADA. I MARQUÉS DEL SOCORRO. (Zorita 1726- Madrid 1806).

Solano ingresa como Guardiamarina en la Real Armada Española en 1742. Al finalizar su formación se embarca a bordo del navío “Soberbio”. Participa con él en la batalla de Tolón contra los ingleses, por su destacada actuación en esta campaña fue ascendido a Alférez de Fragata.

Con posterioridad a este hecho de armas, el propio Marqués de la Ensenada le encarga junto a Santacilia realizar un viaje por Inglaterra y Rusia para estudiar la organización de la armada de ambos países. 

En 1754 es ascendido a Capitán de Fragata y se le destina a Ultramar, en concreto al Virreinato de Perú para intervenir como comisionado frente a Portugal en el establecimiento de los límites de las posesiones de ambos países al norte del amazónico río Marañón. Dedica a esta labor de carácter más político y diplomático que militar siete largos años, transcurridos los cuales ya es Capitán de Navío.

En 1763 es nombrado Gobernador de la Provincia de Venezuela, después de combatir de nuevo contra los ingleses con éxito. Por su gran labor en este puesto, que incluyó lograr el desalojo de los ingleses (siempre los ingleses) de la costas de Caracas, es nombrado en 1768 Caballero de la Orden de Santiago, escarapela que luce en el cuadro que hemos traído a esta semblanza.

Como en el caso de otros militares que ya se han asomado a esta sección, Solano destacó tanto por su labor organizativa y puramente militar, azote del contrabando por ejemplo, como por construir el Fortín de Solano (1766), fundar varios asentamientos de lo que hoy comprende el área metropolitana de Caracas, así como por ser un gobernador preocupado por impartir justicia de forma ecuánime entre la población civil e indígena, fundando escuelas e infraestructuras de carácter civil.

En 1770 es nombrado Capitán General y en 1773 es ascendido a Brigadier de la Armada. Como consecuencia de todo ello y de su deseo de volver al servicio activo en la marina, en 1779 es nombrado Jefe de Escuadra.

Su hecho de armas mas destacado y meritorio, y por el que se le conceden muchos honores, el titulo nobiliario incluido (-Marqués del Socorro-), ocurre en 1780 al mando de una escuadra de doce navíos de guerra y doce mil hombres como fuerza de desembarco que después de navegar por Las Antillas y recalar en La Habana con normalidad, desorientando y eludiendo previamente a las naves británicas que le perseguían, participó activamente en la importantísima conquista de La Florida y en la toma de Pensacola (pasaje que recoge el fondo paisajístico del cuadro) acudiendo en auxilio de Bernardo de Gálvez, Gobernador entonces de La Luisiana.

Además del titulo mencionado, Carlos III le concede su Real Orden en 1791 con el grado de Gran Cruz. 

Años después, ya en 1802, se le encarga viajar a Nápoles y traer de regreso a Barcelona a la prometida del entonces joven príncipe Fernando, María Antonia de Borbón-Dos Sicilias. Por esta acción el Rey de Nápoles le concede la Gran Cruz de San Genaro.

Orden de San Genaro

Orden de San Genaro

Es ascendido a Capitán General de la Armada y nombrado Consejero de Estado, autentico cementerio en vida incluso hoy en día, falleciendo en Madrid el 24 de abril de 1806. Se le rinden honores militares por toda España y el propio Rey hace lo propio en Palacio, circunstancia esta absolutamente excepcional y que da idea de la notoriedad y peso especifico en su época de “El Terror del Atlántico”, un personaje tan olvidado como irrepetible.

Para saber más de Jorge Juan Santacilia:

http://es.wikipedia.org/wiki/Jorge_Juan

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