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~ Blog de Historia y Cultura Militar.

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Archivos de etiqueta: Alfonso XIII

“La Milicia y el Arte”: exposición de Cusachs en Barcelona

09 Martes Jul 2019

Posted by Joan in Eventos, museos y exposiciones

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Alfonso XIII, Arte, Cusachs, Detaille, Ministerio de Defensa, Olot, Porfirio Díaz, Tercera Guerra Carlista

 

El Museo del Modernismo de Barcelona acoge hasta el día 21 de julio, una exposición titulada “La Milicia y el Arte” en la que se pueden disfrutar de gran parte de las obras del militar y pintor catalán Josep Cusachs i Cusachs. Para los amantes del arte y la militaría, en España no existe un artista más legendario, así que, a pesar de su corta duración, no os perdáis de ver en vivo su magnífica obra.

Josep Cusachs (Montpellier, 1851 – Barcelona, 1908) nació en el seno de una familia burguesa catalana (1). Su alumbramiento tuvo lugar accidentalmente en Montpellier, donde se encontraban sus padres por motivos de trabajo. Su padre, Celestí Cusachs, era médico-cirujano. Tras su bautizo, se trasladaron a Barcelona, ciudad en la que viviría casi toda su vida, junto con la cercana Mataró, que es de donde era originaria su familia.

“Desfile en el campo delante del rey Alfonso XIII”, de Josep Cusachs (1904). Museu Nacional d’Art de Catalunya.

De pequeño siente una temprana vocación militar, inédita en su familia, por lo que ingresa en la Academia Militar de Artillería de Segovia. Se licencia como cadete y durante un tiempo compaginará sus dos vocaciones: el arte y la vida militar. En cuanto a la vida militar, participó en la Tercera Guerra Carlista, destacando su participación en el País Vasco y en Catalunya, donde tendrá un papel destacado en la toma de Olot. En cuanto al arte, estudia en Barcelona con Simón Gómez (2), uno de los más destacados artistas del movimiento realista español, y en París con Édouard Detaille (3), pintor galo experto en temática militar, y su más directa influencia.

A medida que su obra va gozando de más éxito, se le hace imposible compaginar sus dos vocaciones, por lo que se inclina por seguir pintando… pero lo que no abandona es la temática militar que le ha hecho tan famoso y que le llevará ganar numerosos premios internacionales, como la Medalla de Oro de la Exposición de Berlín (1891) por su obra “Maniobras de división”, así como encargos de importantes personajes de la época, como Alfonso XIII o el presidente de México, Porfirio Díaz (cuadro por el que recibió 20.000 pesos, una cantidad astronómica en su época).

“Retrato del capitán Eduardo Temprado y Pérez”, de Josep Cusachs (1898). Grupo de Artillería Antiaérea III/73 Patriot, Marines. Valencia.

En la exposición se podrán ver la mayoría de sus cuadros más importantes como “Salida en batería” (del Museo del Ejército de Toledo); “Toma del fuerte del Collado de Alpuente” (del Museo Histórico Militar de Valencia), o “Batalla de Arlabán” (del Museu Nacional d’Art de Catalunya).

También destaca la colección de dibujos, que supusieron un fiel testimonio documental de la evolución del ejército de la época en uniformes, armamento y pertrechos, y que a finales de 1886 recopiló en un gran álbum titulado “La Vida Militar”, con textos de su colega y amigo, el capitán Francisco Barado (4), una obra que es aún relativamente fácil de encontrar y que es toda una delicia.

En cuanto a su vida personal, Josep Cusachs se casó en 1890, con Maria del Pilar Pujol de Pastor i Magarola, hija de una importante familia burguesa de Barcelona, siendo la novia diecisiete años más joven que el pintor. Tuvieron tres hijas, siendo la menor la única en tener descendencia. Hoy en día sus descendientes se llaman Roca-Cusachs.

“Carga de Caballería”, de Josep Cusachs (1897). Inspección General del Ejército, Barcelona.

En cuanto a la exposición, vaya por delante asegurar que es muy interesante y que los habituales de este blog lo vamos a pasar en grande. Eso está garantizado. Y ello es algo que debemos agradecer al Ministerio de Defensa, organizadora del evento. Ahora, que es una pena que un autor del que es tan sumamente complicado ver una retrospectiva de su obra, dure tan poco tiempo (poco más de tres semanas) y que con una promoción tan limitada (quiero agradecer al Sr. Prieto Barrio que me haya avisado), que va a provocar que la repercusión de esta exposición no sea multitudinaria.

Además, ya puestos a realizarla, se echa en falta algún cuadro de la época que ayudara a contextualizar el momento. No hubiera sobrado alguna referencia a Marià Fortuny, cuyas obras sobre la Guerra de África, a buen seguro que Cusachs conoció e influenciaron. Del mismo modo, se podría haber pedido en préstamo alguno de los magníficos cuadros de Detaille. Y si hablamos de las influencias de Cusachs, no nos olvidaremos de sus seguidores. El más famoso de ellos es un pintor contemporáneo nuestro, y catalán como el propio Cusachs, Augusto Ferrer-Dalmau. ¿En cualquier caso, no os perdáis la exposición!

Josep Cusachs.

Ésta podrá visitarse en el Museo del Modernismo de Barcelona (C/Balmes, 48) de lunes a sábado de 10:30 a 14:00 y de 16:00 a 19:00 y domingos de 10:30 a 14:00 hasta el 21 de julio. Entrada libre y gratuita.

 

 

 

Fuentes y más información:

http://www.foroxerbar.com/viewtopic.php?t=11027

https://www.raco.cat/index.php/FullsMASMM/article/viewFile/118211/150161

https://www.mataro.cat/ca/actualitat/noticies/2012/el-fons-documental-de-la-familia-roca-cusachs-es

 

Notas:

(1) En el año 2012, la familia Roca-Cusachs donó al Archivo Municipal de Mataró, los archivos comerciales de la familia, formados fundamentalmente por la documentación de Gaspar Cusachs Planas (1760-1829) y Gaspar Cusachs Costa (1800-1871) que eran, respectivamente, el bisabuelo y abuelo de Josep Cusachs. Se trataba de una importante saga comercial que tuvo ramificaciones y negocios en Latinoamérica.

(2) Simón Gómez Polo (Barcelona, 1845-1880) es uno de los pintores españoles más destacados del movimiento del realismo. Se formó en Barcelona y París. Allí se convierte en un destacado alumno en diversos talleres de pintura, pero al finalizar los fondos familiares (y tras la negativa de patrocinio de la reina Isabel II, que se hallaba allí exiliada), debe regresar a España. Su primera etapa es en París. Estudia en profundidad las más destacadas obras del Museo del Prado y recibe numerosos encargos, ya sea de copias de obras del museo o de originales suyos. Al cabo de unos dos años, regresa a Barcelona y abre un taller en el popular barrio del Poble Sec, donde tendrá como alumno a Josep Cusachs. Murió poco después, a la prematura edad de 35 años.

(3) Édouard Detaille (París, 1848-1912), nació en el seno de una familia acomodada de larga tradición militar. Sin embargo, su más pronta vocación fue el arte, y ya de muy joven entró a trabajar en talleres de importantes artistas de la época. Uno de sus primeros cuadros ganó un concurso de arte y fue adquirido por Matilde Bonaparte, prima de Napoleón III. Al estallar la guerra franco-prusiana, se alistó en el ejército y participó en diversas acciones de combate. Dos de sus hermanos fallecieron en la contienda. Al finalizar la guerra, se dedicó de lleno a su trabajo como pintor, especializándose en la temática militar, cuyos cuadros le harían famoso en todo el mundo. En vida, no le faltaron reconocimientos. Tampoco en su muerte, que fue muy sentida, especialmente entre el ejército. En su funeral, rindieron homenaje el 28º Regimiento de Infantería, cuyo uniforme había sido diseñado por el propio Detaille. Está enterrado en el mítico cementerio de Père-Lachaise.

(4) Francisco Barado y Font (Badajoz, 1853 – Tarragona, 1922). Fue un militar y escritor español. Poco después de nacer, su familia se traslada a Barcelona, donde Barado se licenciará en Filosofía y Letras. Participa en la Tercera Guerra Carlista, si bien deja la carrera militar cuando ésta concluye. Dedica el resto de su vida a la literatura, escribiendo en revistas en catalán como La Renaixença o La Ilustració Catalana.

El cazador del instante: José Ortiz Echagüe

29 Lunes Abr 2019

Posted by Raimundo de Miguel Alonso in Galería de personajes ilustres

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Alfonso XIII, Aviación, CASA, Cuenca, España, Fotografía, Guadalajara, Mariano Bertuchi, Marruecos, Ortiz Echagüe

A mí amiga Belén Martínez-Osorio, brillante creadora también de escenografías

 

Conservo en casa desde hace muchos años un libro del célebre fotógrafo José Ortiz Echagüe (*).

Perteneció a la biblioteca de mí abuelo y realmente siempre ha llamado mucho mí atención. Se trata de una cuidada edición de los años 40, que bajo el título de “España Mística”, recoge una serie de fotografías excepcionales de nuestro protagonista, que retrata magistralmente tanto a monjes de clausura y pasos de Semana Santa en pueblos remotos, como a distintos pasajes y paisajes de esa España devocional tan lejana ya en el tiempo. La calidad y personalidad de lo que el libro incorpora lo han convertido en una obra capital y de referencia. Lo que no es muy conocido de su biografía es que fue militar de carrera.

Hablamos de un gran maestro del llamémosle tipismo (no típico), del regionalismo costumbristas, o simplemente de un cazador aventajado del momento, de la luz y su espectacular reflejo en papel. Siempre en blanco y negro.

Ortiz Echagüe fue sin ninguna duda un fotógrafo realmente distinto, con un gran sentido artístico en la elección del motivo y la forma de plasmarlo. Todas sus fotografías son por ello de un estilo reconocible, entre la calcografía y el grabado, y en las que el individuo es casi siempre el principal protagonista. Captador como nadie de la expresividad, del gesto roto, del contraste en la iluminación, sus obras son cuadros efímeros, es una fotografía de lienzo, ante la que es difícil no sentir verdadera admiración. Sus series de monjes muy bien podrían recordar a los cuadros del gran Zurbarán.

Nuestro admirado autor, nació en Guadalajara en 1886 en el seno de una familia de clase media de capital de provincia. Hijo de militar y hermano del pintor Antonio Ortiz Echagüe. Llama la atención esa coincidencia de lo militar y lo artístico en una misma casa, circunstancia esta que forjaría su trayectoria y toda su obra posterior.

En el año 1903, siguiendo las indicaciones familiares, ingresa como cadete en la Academia de Ingenieros Militares de su ciudad. Hablamos en consecuencia de un pionero de la aviación militar en España, lo que le permite ser piloto militar y de globos aerostáticos desde 1911, dentro de las primeras promociones de este cuerpo recién creado.

En aquellos años su pasión por la fotografía se incorpora a su vida militar como una habilidad que le permitirá bautizarse como fotógrafo aéreo en la Guerra de Marruecos tomado instantáneas desde su avión de distintas posiciones enemigas.

Además de su quehacer en el Ejército, dedica su tiempo libre a captar con su cámara el exotismo del Marruecos de la época. Sus anónimos personajes, los rincones de las Medinas, la convivencia de dos culturas tan cercanas y al mismo tiempo tan antagonistas. Ese periodo tan fértil comprendió desde el año 1909 hasta 1916. Coincidiría con seguridad con el gran pintor del Protectorado, Mariano Bertuchi (**), que se instala en Tetuán en 1915. Algunos cuadros de este último recuerdan fotografías de Ortiz Echagüe y a la inversa.

(c) Ortiz Echagüe.

El perfil técnico e inquieto de nuestro joven piloto de guerra le permite, unos años después de regresar de Marruecos (1920), fundar en Getafe la empresa de titularidad pública CASA (“Construcciones Aeronáuticas S.A.”) en lo que sería el germen de una empresa que con los años adquirió mucho prestigio, y que aún hoy sigue con su actividad civil y militar, relanzada en los últimos años por su integración en el grupo Europeo “EADS-AIRBUS GROUP”.

(c) Ortiz Echagüe

En eso primeros años se fabrica allí, bajo licencia francesa, el famoso avión Breguet. En aquella época, y por la labor realizada en CASA, se le concede el título honorifico de “Gentilhombre de Cámara de Alfonso XIII”. También estaba en posesión de la Gran Cruz de Alfonso X El Sabio.

Es una constante en este tipo de personalidades, y es una virtud de toda aquella generación, los registros polifacéticos, en los que la técnica, la curiosidad insaciable y la creación del tipo que sea, conviven en absoluta armonía. Médicos que además pintaban con maestría, abogados que escribían como los ángeles…, mecánicos que leían a los grandes clásicos. Otro ejemplo de esa amigable simbiosis a lo largo de toda su vida lo demuestra que también fue Presidente de SEAT desde 1950 a 1976.

Antes y después de esos cargos de relevancia, su producción artística es incesante. Vive pegado a sus cámaras que siempre le acompañan. En 1935 la prestigiosa revista norteamericana “American Photography” lo cataloga como uno de los tres mejores fotógrafos del mundo, y probablemente, como el más importante de España a lo largo de su historia. Nos llama la atención, que siendo la fotografía su gran pasión, siempre le dedicó un tiempo necesariamente limitado dadas las otras responsabilidades profesionales que jalonaron su carrera. Hacer tantas cosas distintas y hacerlas todas con maestría no está al alcance de cualquiera.

(c) Ortiz Echagüe

(c) Ortiz Echagüe

Ortiz Echagüe además de tener una muy depurada técnica llego también a dominar el positivado, que el mismo realizaba en su estudio, consiguiendo ese efecto pictórico y de claroscuro tan característico. Publicó una serie de libros que agrupaban por temática su muy variada producción:

-El Marruecos Español

-Fotos y Retratos Familiares

-Tipos y Trajes

-España, Pueblos y Paisajes

-España Mística

-España, Castillos y Alcázares

Su ingente obra se encuentra actualmente centralizada y custodiada en la Universidad de Navarra, dentro del llamado “Legado Ortiz Echagüe”.

(c) Ortiz Echagüe

Coincide esta reseña inaplazable de Ortiz Echagüe, -probablemente he esperado inconscientemente a escribir sobre este personaje tan singular por ello-, con que nuestro querido Blog alcanzará la mayoría de edad en breve, estando en puertas de llegar a los 100.000 hits.

Esta iniciativa que surgió de forma espontánea entre Joan Herrero y yo hace unos años, que partía de nuestra fascinación por la historia, la milicia, sus piezas y pasajes, se ha convertido en una fuente de satisfacciones, descubrimientos, confirmaciones, y sobre todo, nos ha permitido tener la certeza que todo lo que se haga en esta dirección, es poco.

Da igual que el foro parta desde el academicismo y la cátedra, o que lo sea como en este caso, como iniciativa amateur de dos grandes amigos que quieren contribuir humildemente, en permanente tándem y complementándose, a que ciertas cosas no se olviden del todo. Rescatar es devolver a la vida todo aquello que no puede perderse y es volver a vivirlo.

Si ese espíritu con el que nació el Blog ha logrado mínimamente su objetivo, y nuestros lectores así lo piensan, habrá merecido la pena.

La buena noticia es que esto no ha hecho nada más que empezar…

 

Para saber más del contexto:

 Ortiz Echagüe (*)

https://www.museoreinasofia.es/exposiciones/ortiz-echague

http://www.euskonews.eus/0161zbk/gaia16105es.html

 

Mariano Bertuchi (**)

http://www.lahistoriatrascendida.es/mariano-bertuchi/

 

 

Carta de una desconocida. La mediación humanitaria de Alfonso XIII durante la Primera Guerra Mundial

15 Viernes Feb 2019

Posted by Raimundo de Miguel Alonso in Eventos, museos y exposiciones

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Alfonso XIII, España, Madrid, Nicolás II de Rusia, Palacio Real, Patrimonio Nacional, Primera Guerra Mundial, Viena

Alfonso XIII en su despacho.

 He pensado, no es la primera vez que lo hacemos, que la entrada de esta crónica muy bien podría parafrasear el titulo de la famosa y atractivísima novela de Zweig. A fin de cuentas esta emocionante historia trata de eso.

Se escribe una carta de un remitente desconocido, se le envía a un Rey neutral de un país lejano, se le traslada el drama personal y familiar de una desaparición, de un confinamiento producto de un conflicto de proporciones dantescas.

Normalmente lo hace una esposa, una hija, una madre, y desde ese momento se pone en marcha una oficina en el Palacio Real de Madrid para intentar localizar o acreditar lo sucedido. Lo que en muchos casos resultó una tarea ingente con un final muchas veces, la mayoría, muy ingrato.

Vista general del Palacio Real.

“La Gran Guerra”, no nos detendremos excesivamente en los detalles ya que se ha reflejado en otras entregas de este mismo Blog, también conocida como la Primera Guerra Mundial por su carácter global, con teatros de operaciones en Europa pero también en Oriente Medio y África, significó el primer gran conflicto que asoló medio mundo. No sólo por la intervención de todas las potencias de la época, sino por ser el escenario y el banco de pruebas de todos los avances y perversiones de la industria armamentística del momento.

Las particularidades del enfrentamiento, con frentes atrincherados y estables durante años, introdujeron unos padecimientos hasta entonces desconocidos. Como también lo fueron el efecto de la guerra sobre la población civil, el uso de la aviación y las primeras unidades acorazadas como factores novedosos y devastadores, la sistemática de los gases como arma letal, un potencial artillero desconocido hasta entonces. El infierno en su versión contemporánea.

En este escenario realmente extremo los hombres se encaminaban al frente con la resignación del condenado a muerte. En casa quedaban las familias, solas, desamparadas, con el horror y la angustia que se avecinaban como única compañía. Había que buscar a alguien que pudiera interceder ante tanta tragedia personal. Pero a quién, cómo, con qué posibilidades reales de éxito…

Hubo una primera carta, y después de ella miles. Todas producto de la desesperación, hasta un total de unos 200.000 expedientes que llegaron con una cadencia imparable a Palacio. Historias llenas de angustia y al mismo tiempo con una fe ciega en la mediación del Monarca.

La carta Puccini.

Se daba la compleja circunstancia que en la Corte española de la época convivían las dos sensibilidades en función de las dos alianzas enfrentadas.

Por un lado la Reina Victoria Eugenia de Battenberg, británica y con incluso un hermano movilizado que finalmente cayó en combate, y por otro la Reina Madre María Cristina de Habsburgo, austriaca. Esta situación se debió vivir con una cierta contención y mano izquierda pero no debió ser un contexto familiar de fácil manejo.

La neutralidad de España en la Gran Guerra se había hecho pública el 7 de agosto de 1914. Este inmenso acierto nos evitó, por una vez, vernos inmersos en un conflicto que se llevo por delante entre 15 y 17 millones de personas (militares y civiles) según las fuentes. Se dice pronto.

Cuando en función de las cartas recibidas se decide crear una oficina que se encargue de recepcionarlas y de darles curso, se selecciona cuidadosamente un equipo de funcionarios de distintos niveles, hasta un total de 50 personas. Diplomáticos, militares y traductores poliglotas, ya que se llegaron a recibir cartas de 50 países, aunque fundamentalmente llegaban de Francia, Bélgica y Alemania.

Carta de respuesta de la Secretaría del Rey.

Hay que destacar en este capítulo la figura del traductor Julián Juderías que hablaba y entendía unas 15 lenguas. Como novedad para la época, se incorporan varias mujeres en tareas administrativas y de cierta responsabilidad. Todo este complejo entramado dependía directamente de la Secretaría Particular de A-XIII.

El modelo de actuación, una vez recibida la demanda de noticias sobre alguna persona concreta, con fotos del desaparecido, datos de filiación, Regimientos concretos, último destino conocido, etc., consistía en clasificar por nacionalidades, empleos, unidades, remitiéndose acto seguido a las Embajadas de España por toda Europa para iniciar la búsqueda como tal.

Fotografía del equipo encargado de la gestión de la ayuda humanitaria.

 Este complejo sistema como decíamos tenía como punta de lanza a las distintas legaciones y al personal del Ministerio de Asuntos Exteriores acreditado en ellas. Como dato muy revelador de la implicación y despliegue efectuados, se visitaron 3.000 veces distintos campos de prisioneros, consiguiéndose además de múltiples identificaciones y localizaciones, el indulto de 70 condenados a muerte.

Fotografía de la part del equipo que trabajaba desde la Embajada de España en Viena.

Si al principio hacíamos mucho hincapié en el carácter desconocido de la inmensa mayoría de las peticiones, esto no impidió que también se dieran algunas por parte de personajes muy conocidos de la época. Unamuno, Puccini, Nijinsky, y hasta nuestro admiradísimo Rudyard Kipling.

Destaca también por su interés histórico, hay documentos y telegramas que lo demuestran, la intentona para salvar al Zar Nicolás II y al resto de la familia Imperial de su desdichado final en Ekaterimburgo, ofreciéndose incluso su exilio en España.

Otros nombres que figuran entre los miles de expedientes que se conservan en perfecto estado, y que ahora además se están digitalizado, es el de Charles de Gaulle, que cayó prisionero en la mítica batalla de Verdún, el del entonces piloto Roland Garros, o el cantante y actor también francés, Maurice Chevalier.

 La exposición, en una de las salas en las que se realizan las exposiciones temporales dentro del complejo del Palacio Real, además de un extensísimo catalogo de memorabília, cartas y fotografías originales, películas inéditas, retratos, soberbios bronces, por ejemplo del gran Mariano Benlliure, mobiliario original de la oficina, tiene una puesta en escena realmente brillante. Todo ello, con alguna cesión temporal para la exposición, forma parte de la colección y archivos de Patrimonio Nacional y del propio PR.

Tanto la iluminación, la reproducción de los archivadores donde se guardaban las fichas, a un tamaño deliberadamente fuera de escala, así como lo que contienen las numerosas vitrinas, tienen algo de gran Memorial. Es un espacio para el recuerdo, y para la inevitable reflexión sobre los terribles efectos de cualquier guerra. No es difícil llegar a emocionarse. Y esto es mérito de la propia historia que allí se cuenta, pero sin duda también de la forma de contarla y exponerla.

 

 Hubo un pasaje concreto, que reflejó la prensa de la época, sobre todo francesa, la carta de una niña de ocho años (Sylviane Sartor) que decía así:

“Majestad, mamá llora a todas horas porque su hermano está prisionero. Acaba de recibir una carta que dice que morirá de hambre. Majestad, si quisierais enviarle a Suiza…, porque mamá va a enfermar con seguridad. Os lo agradezco por adelantado. Vuestra servidora, Sylviane, Abril 1917”.

 La carta fue contestada inmediatamente e iniciadas las pesquisas, el tío de esta niña, el soldado francés Achille Delmonte, fue localizado y salvado de una muerte segura, trasladándolo a Suiza y después a Francia.

Inauguración de una placa conmemorativa por parte de Felipe VI.

El reinado de Alfonso XIII, con sus luces y sombras, con sus deseos y sus verdaderas capacidades, en muchos casos muy escasas, siempre ha estado condicionado y en cierto modo eclipsado, por la irrupción de la II Republica, la cruenta Guerra Civil y los posteriores cuarenta años de Franco.

Hasta tal punto (recomendamos el magnífico libro de Javier Tusell y Genoveva Queipo de Llano sobre su figura) que muchos pasajes, aciertos y errores, duermen todavía en un cierto limbo, y como en el caso que nos ha ocupado en esta crónica, habían pasado casi desapercibidos.

Creo que es de justicia, al menos en este pasaje tan emotivo, agradecer a A-XIII una iniciativa que además de salvar muchas vidas, dignifico a sus promotores y saco lo mejor de nosotros mismos como sociedad.

Coincidiendo con la exposición, el Rey Felipe VI, ha inaugurado una placa en el Palacio Real que recuerda aquella vicisitud.

*Damos las gracias a Patrimonio Nacional, propietario de la mayoría de las magníficas fotos que ilustran este artículo.

 

Para saber más:

https://www.casadellibro.com/ebook-alfonso-xiii-el-rey-polemico-ebook/9788430608799/1971258?gclid=eaiaiqobchmincggibj33wiv5hxtch1zgqsbeayyasabegjn8fd_bwe&utm_source=google&utm_medium=cpc&utm_campaign=19438

 

https://www.patrimonionacional.es/noticias/exposicion-cartas-al-rey-la-mediacion-humanitaria-de-alfonso-xiii-en-la-gran-guerra

Entrevista a Marina Cejalvo. “Desde la trastienda”.

31 Miércoles Oct 2018

Posted by Raimundo de Miguel Alonso in Entrevistas

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Alfonso XIII, Cejalvo, España, Franco, Historia, Senado, Toisón de Oro

Como continuación a la primera parte sobre CEJALVO traemos hasta estas páginas una interesantísima entrevista con MARINA CEJALVO, actual propietaria y alma máter.

Buenas tardes y muchas gracias Señora Cejalvo;

Estimado Raimundo, antes de contestar a tus preguntas quiero agradecerte muy sinceramente el interés que has puesto en nuestro trabajo y en todo lo relacionado con Cejalvo.

1)    Qué motivo, si lo conoce, hizo que su antepasado se dedicara a esta particular actividad, habida cuenta que no había antecedentes en la familia.

Muchas de las cosas que yo sé de la historia de Cejalvo como firma comercial, e historia de la familia, las he oído repetidamente en casa. Aunque llevo más de 50 años trabajando y viviendo entre condecoraciones, soy la cuarta generación y no he vivido una parte muy importante de nuestra historia, por ello no conozco qué impulsó a mi bisabuelo a empezar en el mundo de las condecoraciones. Él llegó a Madrid, desde Villar del Humo, un pueblecito de Cuenca, supongo que con la intención de tener una vida mejor….pero no sé ni oí nunca contar cómo empezó.

2)     Tuvo algún maestro que le iniciara en el oficio, trabajó antes con otras firmas o fue absolutamente autodidacta.

Empecé a trabajar siendo muy joven por lo que poco a poco fui aprendiendo todas las fases de la fabricación de una condecoración, desde el momento que empieza el diseño hasta que ya está montada con sus correspondientes cintas de moiré, cordones y estuches. Todo lo he ido aprendiendo en el taller, viendo el trabajo que se hacía día a día…. repitiendo una y otra vez cada proceso hasta quedar satisfecha con la pieza terminada, procurando acercarme a la perfección… que no existe… Han sido muchas, muchas horas de trabajo y eso, a mí y a cualquiera, le enseña un oficio.

3 )    Dado que se empieza la actividad empresarial en una época tan convulsa como la segunda mitad del siglo XIX, ¿qué medallas se fabricaron de esa época?. ¿Cuenta con archivos en los que se conserven catálogos, muestrarios o pedidos de la época?. En ese caso, ¿pueden investigadores de este tema tener acceso a ellos?.

Cualquier época es problemática, durante estos más de 150 años, Cejalvo ha fabricado las medallas y condecoraciones que nos pedían nuestros clientes, en la época monárquica con sus correspondientes coronas, en la República , y en la época de Franco, cambiando las coronas…pero siempre hemos trabajado para el cliente del momento. No existen muestrarios, ni piezas de aquella época, ni pedidos….simplemente, desde siempre, nos hemos dedicado a realizar piezas lo mejor posible, sin pensar que algún día se valorarían como se hace ahora.

4 ) ¿Cómo consiguieron convertirse en Proveedores de la Casa Real durante el reinado de Alfonso XII?, ¿le constan qué piezas de la familia real fueron encargadas a Cejalvo?

Pues que yo sepa, no hubo que hacer nada, si un fabricante servía a la Casa Real, pues…era proveedor de la Real Casa. Igual que nosotros, existen, o existían, multitud de establecimientos que servían a la realeza y tenían el derecho de considerarse “proveedor de la Real Casa ” llevando como marca su nombre dentro de un manto de armiño, timbrado con una corona real.

En 1984, cuando hizo 100 años de la concesión del título, el Rey Juan Carlos, nos concedió una audiencia donde se ratificó en la concesión del título. Fue un encuentro muy bonito de los cinco hermanos que formamos la cuarta generación, con Su Majestad.

5)   ¿Sigue siendo Casa Cejalvo proveedora de la Casa Real?. 

Sí, tenemos el honor de seguir sirviendo condecoraciones a la Casa Real. Una de las últimas piezas que hemos servido ha sido el lazo con el Toisón de Oro, que el rey Felipe VI, entregó a la Princesa de Asturias.

Este Toisón es una pieza que habitualmente lleva el Rey Felipe y hubo que hacerle algunos cambios y ponerlo en un lazo de cinta de moire para que lo lleve la Princesa.

Insignia del Senado fabricada por Cejalvo.

6 )   ¿Cómo fue la actividad industrial y comercial de Casa Cejalvo durante la Guerra Civil? Estando en territorio republicano, sufriendo una severa restricción de materias primas (especialmente de metales), ¿cómo se vivió ?.

Imagino que en la guerra civil, Cejalvo lo pasaría tan mal como otra muchísima gente, pero no recuerdo que nadie me contara nada en especial. Sí sé, que servían indistintamente a un bando y al otro

7)   ¿Qué medallas republicanas le consta que fabricaron?. Realmente, hay muy poca documentación al respecto y muchas de las medallas de este periodo que corren por tiendas y anticuarios fueron encontradas en un almacén mucho después de concluida la guerra. 

Hubo varias órdenes y medallas que se adaptaron a la época republicana, cambiando las coronas y las cintas, como en el caso de Isabel la Católica, Orden de África, Medalla Militar Individual…y por supuesto, la Orden de la República, de la que se fabricaron un buen número de piezas de cada grado y siete collares, de los que sí se sabe su destino, si no de todos, sí de la gran mayoría.

8 )    En cuanto al anterior Jefe del Estado, se sabe que el general Franco era un excelente cliente de Casa Cejalvo, donde encargó su célebre laureada y el no menos famoso bastón de mando. ¿Sabe cuál era el trato entre Franco y Cejalvo? ¿Llegó a visitar la tienda personalmente?

No, el anterior Jefe del Estado no fue un cliente “directo” de Cejalvo, no hubo ningún trato entre él y Cejalvo, ni tampoco estuvo nunca en la tienda.

Él fue el destinatario de muchas de las medallas encargadas por otros, medallas que regalaban al Jefe del Estado.

Casi todas las provincias concedieron la medalla de la ciudad a Francisco Franco, y nos las encargaban a nosotros, pero nuestros clientes eran los Ayuntamientos, Diputaciones…..

Ni siquiera nos encargó el Bastón de Mando. Esto fue un encargo del Ejército Español, siendo el general Varela la persona con la que hablamos, bueno, hablaron en todo momento…..a mi me faltaba un poco para nacer. Como curiosidad te puedo contar, que, como nos pasa muy a menudo, el encargo se hizo con muy poco tiempo, y en el momento de la imposición, no pudo estar terminada la Laureada, con lo que la placa que se le impuso perteneció al general Marina, que amablemente prestó la suya para la ceremonia.

 Y otra curiosidad más es que, Doña Carmen Polo, o bien no conocía el hecho de que estábamos fabricando la Laureada para su marido, o bien quiso hacerle un regalo personal, y ella, sí que estuvo en la tienda y encargó otra Laureada, que abonó personalmente.

Parece ser que fue mi madre quién la atendió y repetidas veces la oí comentar que era una señora muy agradable y sencilla.

Factura de Cejalvo del año 1887.

 9 )     Qué pieza por su importancia, por la relevancia del destinatario o por la complejidad de la misma cree que de algún modo ha sido una de sus obras maestras.

Creo que todos nuestros clientes son importantes, por ello les han concedido una condecoración, no?…..pero quizás uno de los encargos que más me gustaron, fue el que nos hizo la viuda de Francisco Ayala. Al fallecer un académico, la familia tiene que devolver la medalla que ha llevado durante su permanencia en la Academia, y esta señora, lamento no recordar su nombre, no quiso quedarse sin la medalla, con lo que nos encargó una medalla exacta para poder guardarla ella como recuerdo. Me pareció muy bonito.

 10 )    Le parece contarnos alguna anécdota interesante en relación a algún cliente, pieza o cualquier otra circunstancia.

Pues supongo que pensando un poco encontraría muchas anécdotas. Una de ellas puede ser que me enorgullece que en el año 1953, mi abuelo Fernando ganase un concurso internacional que hubo para el diseño y fabricación de la Orden de Rubén Darío. Es una Orden con un diseño precioso, que nos abrió las puertas para la fabricación de las Órdenes de países como Ecuador, Chile, Uruguay……dándose a veces la curiosidad que en un acto protocolario, las condecoraciones que entregaba España y el otro país sudamericano llevaban el mismo membrete en los estuches

 11 )    Cómo se logra desembarcar en la icónica tienda de la calle Cruz de Madrid, se pensó que la cercanía con el Congreso de los Diputados podía ser comercialmente interesante.

No se pensó nada. Mis abuelos vivían en la calle de la Cruz. Allí, nació mi padre y tenían el taller en la calle de la Victoria… simple casualidad.

Sí es cierto que estábamos a medio camino entre el Congreso y Lhardy… y en los días de pleno, se notaba…

Real Maestranza de Sevilla, fabricada por Cejalvo.

12 )     Nos gustaría conocer cuál ha sido y sigue siendo su vivencia personal con respecto a este complicado y singular negocio. Es solamente continuar una tradición centenaria, sigue siendo un negocio razonable, es el peso y la responsabilidad de mirar hacia atrás. Creo que su hija ya trabaja con ustedes, o lo hará en breve, y será la continuadora del legado de Cejalvo.

Mi vivencia personal ha sido y es…el trabajo bien hecho todos los días. Me gusta lo que hago y creo que lo hago bien. No he conocido otro trabajo y desde luego no es un trabajo rentable, simplemente se vive, pero me gusta y antes que yo hubo mucha gente dejando su granito de arena para poder continuar hasta hoy, así que, no es cuestión de tirar la toalla. Y sí, mi hija trabaja conmigo y….si seguirá con el legado de Cejalvo?….pues no lo sé, ella decidirá. Yo solo quiero que sea feliz, con condecoraciones o sin ellas..

13 )    Qué técnicas o particularidades en los materiales ha permitido que la Casa se haya posicionado como un referente.

No hay nada especial…solo el trabajo bien hecho, buscando la perfección …que ya sé que no existe.

14 )     Que tiene más peso actualmente desde un punto de vista del volumen de negocio. Los encargos de particulares o el de instituciones, Ministerios, Reales Academias, Colegio Profesionales, etc.

Dicen que un grano no hace granero pero ayuda al compañero…. Todos los encargos son importantes, los de los particulares, instituciones, ministerios…

Orden de Rubén Darío.

15 )    Un tema que nos preocupa a historiadores y coleccionistas es la profusión de determinadas piezas, como ejemplo, la Laureada de San Fernando, que se venden a docenas en determinadas tiendas de internet y anticuarios. ¿Cree usted que un control más efectivo de las ventas de estas piezas a clientes particulares redundaría positivamente en el buen nombre de los fabricantes de condecoraciones actuales y en el prestigio de las propias órdenes y condecoraciones?.

Aquí sí que no creo nada. No pienso que haya muchos fabricantes de Laureadas, pero en cualquier caso cuando un cliente pide una determinada pieza, no estamos obligados a que nos justifiquen que la tengan concedida. Otra cosa es que alguien lleve en un acto oficial una condecoración a la que no tiene derecho, imagino que el protocolo que ha organizado el acto, podría llamarle la atención, pero el fabricante está al margen de todo.

16 )    Dado que la última Laureada individual se concedió en 1966, pero en la actualidad se sigue fabricando, ¿hay algún tipo de distinción entre las placas fabricadas antes y después de esa fecha que puedan ayudar a los coleccionistas saber de qué fecha pueden ser las piezas que van a adquirir?.

Sí claro, se puede saber, más o menos, la época en que está fabricada una placa y sobre todo por que fabricante, pero no es algo que conozca la mayoría de la gente. Yo digo que conozco siempre a “mis hijos”, pero para un coleccionista no muy experimentado, no es fácil, es cierto…

17 )     Explíquenos por favor como están organizados internamente y como se hacen vuestras piezas.

El proceso de fabricación de las piezas es algo bastante complejo y laborioso. Cada condecoración pasa por varios procesos (estampado, calado, pulido, esmaltado, dorado, armado, montaje…), los mismos que se vienen utilizando desde que se creó el taller. En todos ellos ponemos el máximo cuidado e interés para que el cliente quede satisfecho con nuestro trabajo.

18 )     Por último, y esto es un ruego, nos podría contar algo, digamos en calidad de primicia, que nunca antes se haya publicado.

Esta pregunta es muy difícil. Creo que está todo dicho., o al menos yo no recuerdo nada que no se haya contado antes. Únicamente volver a agradecerte el interés por nosotros. Es muy bonito ver cómo se valora el trabajo de todos los que estuvieron antes que yo…

 

Diseño de Cejalvo del bastón de mando de un general.

 

Cejalvo. El que tuvo, retuvo. 1ª parte.

24 Martes Jul 2018

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Alfonso XII, Alfonso XIII, Cejalvo, España, Madrid, Mariano Cejalvo, Marina Cejalvo

Placa de la Orden del Mérito Militar.

Hace algún tiempo traíamos hasta estas líneas dos magnificas crónicas de mi amigo y compañero de fatigas Joan Herrero, sobre la mítica joyería de efectos militares de Barcelona (como se denominaba en un principio a este tipo de establecimientos), CASTELLS.

Debo confesar que fue él quien me dio a conocer y me introdujo en el universo de este afamado y singular orfebre de la mejor falerística, en cuyo establecimiento se acuñaron verdaderas joyas.

Este “Puente Aéreo” conceptual de amistad y de estrecha colaboración que establecimos hace ya algunos años Joan y yo me hizo pensar que debía rescatar el buen nombre de una firma que nació en Madrid, y que forma parte del exclusivo club de las grandes firmas que elevaron este oficio artesanal y concienzudo a los territorios reservados solo a las obras maestras.

CEJALVO nace en Madrid hace casi dos siglos, que se dice pronto. Desde 1860, año en el que Don Mariano Cejalvo Sánz, un hombre sin ningún vínculo anterior con este tipo de actividad y de origen humilde, desembarcó en esta especialidad tan exigente como singular.

Hay que imaginar la España de aquel momento y sus contextos políticos y sociológicos, entre Isabel II y el frustrado reinado de Amadeo de Saboya. Mantener durante todo este tiempo,cuatro generaciones, la misma forma de hacer y de cuidar el diseño y la factura de sus obras, no deja de sorprender y admirar.

Don Mariano, que como la mayoría de este tipo de perfiles incorporó el carácter del pionero, del visionario inquieto que se adelanta, sentando las bases de un negocio realmente especial, creó escuela y por ello sigue siendo un referente. Tener una pieza de Cejalvo, yo afortunadamente tengo varias de algún familiar, es tener una pieza de museo que se conserva como oro en paño.

Don Mariano Cejalvo, el fundador de la Casa Cejalvo.

La gran noticia, a diferencia de la mencionada Castells, Villanueva y Laiseca, Casa Medina, etc., y con la única salvedad tal vez de la admirable Celada, es que Cejalvo después de cerrar su icónica tienda de la calle Cruz, ha sabido mantener su actividad hasta nuestros días. Esta realidad, además del mérito que implica en unos tiempos, los actuales, en los que los procesos industriales han orillado el amor por el detalle y la manufactura artesanal, es el motivo de esta crónica llena de fascinación.

Pero sigamos con el largo viaje de esta admirable casa. La progresión y calidad de sus piezas les permite en 1884 recibir el título de “Proveedores de la Casa Real” de manos de la Intendencia General de Alfonso XII. A nadie se le escapa que esta circunstancia permitió con toda seguridad a Cejalvo desembarcar en instancias oficiales, no solo en la Corte y sus imagino innumerables encargos. El entorno Ministerial, de las Reales Academias y sus vistosos pectorales, el mundo Universitario, conviviendo con los encargos particulares, posiciona al Cejalvo de esos años como una empresa de primera línea.

Concesión de Proveedor Real.

Este negocio y lo que representa, de algún modo la materialización de la vanidad del ser humano por el reconocimiento en vida, no como decía Jardiel Poncela, “Si buscáis los máximo honores, moriros”…, permitió a nuestros protagonistas convertirse en un establecimiento muy reconocido en España, pero que también recibía encargos de terceros países deslumbrados por su forma de trabajar.

Hablamos de un Spink & Son castizo, a los que por otro lado no tiene nada que envidiar, que tuvo su elegante establecimiento (recuerdo sus atractivos escaparates siendo yo un niño absorto con aquel cofre del tesoro), a escasos metros del Congreso de los Diputados. Muy cerca en definitiva de unos de sus entornos naturales, dónde habitaban una parte de los destinatarios de sus apreciadas piezas.

Las técnicas se mantienen intactas. Se conservan los moldes de época, el esmalte al fuego, con la incorporación de la compleja y delicada técnica de los gripes, los materiales de base siempre preciosos, oro y plata, confieren a sus piezas un marchamo de altísima calidad que les distingue y diferencia de otras manufacturas cuidadas pero no tan preciosistas. Siempre estuvo presente la forma de trabajar de los grandes joyeros de la época. Porque Cejalvo no ha dejado de crear autenticas joyas desde un principio, uniendo a una depurada técnica, un toque personal e indudablemente artístico.

Después de una primera época dorada, tanto con Alfonso XII como posteriormente con Alfonso XIII y la Segunda Republica (durante la guerra surtieron de piezas a ambos bandos), se vivió una segunda edad de oro al finalizar la Guerra Civil. La profusión de condecoraciones y condecorados al terminar la contienda propició una avalancha de encargos, que imaginamos producirían un momento de febril actividad en sus talleres.

Cruz de Guerra.

Entre un catalogo de anécdotas que podrían dar para escribir un ensayo, hay una en concreto que rescatamos dada la trascendencia que en aquel momento significo para la casa. Al terminar la guerra, en realidad en el año 1940, se les encarga un bastón de mando y una Laureada de SF personalizada para el mismísimo Franco.

El bastón, -que se pago descontando una peseta de la soldada de los intervinientes en la guerra-, fue un alarde que no reparo en la calidad de los materiales. Piedras preciosas, esmaltes al fuego y materiales de primerísima calidad, se convirtió en una de las piezas más importantes de su inabarcable producción.

A mí particularmente me parece incluso más significativo el tema de “La Laureada”. Los acabados y factura serian de la misma categoría que los de bastón, pero en definitiva, fue una pieza de indudable valor histórico que ha aparecido en miles de fotografías y retratos oficiales durante 40 años.

El catalogo de condecoraciones, habida cuenta como decíamos que además se conservan los moldes de época, cubre todo tipo de condecoraciones civiles y militares, grandes ordenes de caballería y nobiliarias, colegios profesionales, Congreso y Senado, teniendo capacidad también para crear y asesorar en el diseño de nuevas piezas prémiales de corporaciones o asociaciones de todo tipo.

Entre sus clientes, de antes y de ahora, se encuentran Casas Reales Europeas, además de la de España, Ministerios, sobre todo el de Asuntos Exteriores, del que dependen las Cancillerías de Ordenes como la de Isabel la Católica o la muy exclusiva de Carlos III, personalidades de todo tipo y celebridades del mundo del arte y la cultura, que por la exquisita discreción de la casa, permanecen bajo el silente secreto del sumario.

Cruz de Malta 

Orden del Mérito Civil

 A raíz del encargo de la reproducción de una pieza familiar he tenido la oportunidad de entrar en contacto con los continuadores y descendientes de esta gran firma. Ha sido todo un descubrimiento. Me llena de alegría haber descubierto que una empresa que suponía desaparecida como tantas otras, sigue al pié del cañón, manteniendo el buen hacer de su fundador 158 años después.

Les hemos propuesto continuar esta primera crónica de lo que significó Cejalvo y sigue significando, manteniendo una pequeña entrevista con su descendiente directa y heredera, Marina Cejalvo, y les ha parecido una buena idea. En definitiva, en septiembre hablaremos con ella para intentar desvelar todo tipo de anécdotas y curiosidades de este señero establecimiento. Sirva este avance como humilde pero sincero homenaje a esta saga de maestros.

Os adjunto el enlace con su Web actual para que podáis apreciar, los que no los conozcáis, el calibre de sus piezas. Tener la certeza que si les encargáis alguna de ellas será de una calidad insuperable y se realizará como hemos reiterado con las matrices originales. De la mano además de artesanos de los que ya no quedan en España, siempre con el buril y la minuciosidad entre las manos.

El que tuvo, retuvo…

http://condecoracionesycoleccionismo.com

El insigne Toisón de Oro

La silenciosa revolución del coronel Soto Sancho

13 Viernes Abr 2018

Posted by Joan in Condecoraciones españolas

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Academia de Artillería de Segovia, Alfonso XIII, Barcelona, Guerra Civil, José Fernández, Mario Soto Sancho, Orden del Mérito Militar, Real Fábrica de Artillería de Toledo, República, Segovia, Segunda República, Toledo

Cuando vi esta condecoración por primera vez, hubo dos características que me llamaron la atención: la primera es que se trata de una placa del Mérito Militar alfonsina republicanizada, pero de hecho, si observamos atentamente, más que republicanizada se trata de una placa “desborbonizada”, ya que si bien mantiene la corona, lo que ha eliminado es la “beauté fleur” de la dinastía borbónica, las flores de lis. La segunda es que al estar doblemente concedida y con las fechas grabadas, podría tratar de averiguar a quién fue concedida. Y lo conseguí.

Esta medalla perteneció al coronel de artillería Mario Soto Sancho. Y su apasionante historia nos muestra cómo se puede disfrutar de una destacadísima carrera militar sin necesidad de haber estado ni un solo día en el frente.

Mario Soto nació en una familia de arraigada tradición militar. Su padre fue un reconocido teniente coronel de ingenieros, Sixto Soto y Alonso (1), destinado en Vitoria en la época en 1879, cuando nació Mario, concretamente el día de Reyes de ese año. También fue militar su hermano José, destinado al arma de caballería, y su hermana, María Luisa, se casó con otro el coronel de artillería José Franco Mussió (2). En 1894 ingresó en la Academia de Artillería de Segovia, graduándose como teniente segundo en 1897.

Academia de Artillería de Segovia. Fotografía de Zarateman para Wikipedia.

Fue un militar de marcado perfil científico. Llama la atención de su carrera militar que en 30 años de servicio, muy posiblemente no llegara a disfrutar de su bautismo de fuego. Pero aún y así su contribución a la industria artillera en España es fundamental, siendo uno de los mayores expertos de la aplicación militar de la metalurgia y la fabricación de munición. Además de una importantísima contribución a la industria médica española, de la que hablaremos más adelante. Así, todos sus ascensos fueron por antigüedad, y los consiguió los siguientes años:

  • Teniente segundo: 1897
  • Teniente primero: 1898
  • Capitán: 1906 (con 28 años)
  • Comandante: 1918 (con 40 años)
  • Teniente Coronel: 1921 (con 43 años)
  • Coronel: 1932 (con 54 años)

A la edad en la que Soto Sancho era capitán, en Marruecos había militares que ya eran coroneles y, hasta alguno llegó al generalato. Pero su motivación y objetivos eran otros y estaban muy alejados de los paisajes magrebíes. Aunque el desarrollo de su trabajo en la Península contribuyó a la victoria de España contra los rifeños.

Su primer destino es la Comandancia de Artillería de San Sebastián  (1910). De allí pasará a la Comandancia de Artillería de Menorca, la de Cádiz y durante diferentes etapas trabajará en las Fábricas Nacionales de Trubia (Asturias) y Toledo, de las que llegará a ser su director. En 1930, también es destinado en la Sección de Industrias y Construcciones del Ministerio del Ejército.

Escribió diversos libros sobre cartuchería y munición, siendo los más celebrados “Práctica de las operaciones del cálculo que deben efectuarse para el tiro de una batería de la costa”, por la que se le concede la orden del Mérito Militar con distintivo blanco pensionada en 1918; y “Metalografía Industrial”, por la que recibe la segunda concesión en 1924.

En esta obra se hace referencia a su mayor contribución a la industria española. Durante la Primera Guerra Mundial, España sufrió una gran escasez de material quirúrgico: la totalidad de este instrumental se importaba de otros países europeos que, durante la contienda, dejaron de exportarlo por motivos obvios. Ello fue el acicate para que a principios de los años 20, un equipo de personas capitaneadas por Soto Sancho desarrollasen en la Fábrica Nacional de Armas de Toledo la maquinaria y el tipo de acero adecuados para poder ser autosuficientes en este aspecto fundamental para la salud de sus compatriotas. El resultado no pudo ser más exitoso. Tal es así que al cabo de unos años, la Fábrica Nacional llegó a exportar instrumental quirúrgico al propio Reino Unido.

Vistas de Toledo, ciudad en la que el coronel Sancho realizó sus principales trabajos. Fotografía de Dan Vaquerizo para El Digital CLM.

Al estallar la Guerra Civil, era el director de la Fábrica Nacional de Toledo y Soto Sancho se mantuvo fiel a la República. Con la caída de Toledo, se traslada a Barcelona, donde trabajará para la Subsecretaría de Armamento, hasta su fallecimiento, en julio de 1938, en su domicilio en la calle Teodor Roviralta, nº 35, aquejado de una dolencia cardíaca.

Una vez terminada la Guerra Civil, las nuevas autoridades militares le abrieron un expediente por masonería, pero el juicio se sobreseyó al demostrarse su fallecimiento.

En cuanto a su vida personal, se casó con Mª Eugenia García López, quien falleció el 23 de agosto de 1934. Tuvieron una hija, Mª Eugenia Soto García (1910-1993), que se casó con el doctor en medicina Enrique Díaz Méndez, con quien tuvo seis hijos (un varón y cinco féminas).

Junto con esta placa, al coronel Soto Sancho también le fue concedida la Orden de San Hermenegildo.

La placa fue fabricada por José Fernández, en Madrid.

 

Notas

(1) Sixto María Soto y Alonso, nacido en 1846, llegó a ser Coronel, Comandante de Ingenieros de la Plaza de Vitoria y Comandante General de Ingenieros de  la 7ª Región Militar. Tras participar en el bando liberal en la Tercera Carlista, desarrolló la mayor parte de su actividad en el ámbito de la construcción militar, siendo sus obras de mayor envergadura  el cuartel de caballería Conde Ansúrez en Valladolid y de las factorías del Parque de Artillería y del Hospital  Militar de Vitoria, además de desarrollar una importante actividad topográfica. También publicó un buen número de obras, destacando “Apuntes de fortificación para el oficial en campaña” (1879). Además, estuvo destinado en Filipinas (1898), amén de realizar tareas de observador militar en Francia e Italia. Hombre de gran cultura, su gran pasión fue el arte, disciplina en la que publicó numerosas obras, destacando “Historia de la restauración y estudio crítico de tres cuadros pintados por José de Ribera el Españoleto” y “La Basílica de Nuestra Señora de Estíbaliz”, además colaboró asiduamente con la revista “La Ilustración Española”.

(2) José Franco Mussió (Manila, 1879 – Oviedo, 1937), como su cuñado, venía de una familia de larga tradición militar. De hecho, nació en Manila, donde su padre José Franco Manzano, estaba destinado. En 1894, es admitido en la Academia de Artillería de Segovia, graduándose tres años después, siendo compañero de promoción de su amigo y futuro cuñado, Mario Soto Sancho. En 1900, se casa con la hermana de éste, Mª Luisa. En 1910, es destinado a Marruecos, quedando adscrito a la Comandancia de Melilla y, posteriormente, al Regimiento Mixto de Artillería de Montaña, participando activamente en la campaña de Kert. Entre 1914 y 1918 regresó a la Península, para ser destinado de nuevo en Marruecos entre 1918 y 1924. Al estallar la Guerra Civil, Franco Mussió era el director de la Fábrica de Armas de Trubia (Asturias). El por entonces coronel Aranda, gobernador militar de Oviedo, que se había unido a los militares sublevados, detuvo y fusiló al gobernador civil, Isidro Liarte Lausín, e invitó a Franco Mussió, al que unía una sólida amistad, a unirse a la sublevación, pero éste se mantuvo fiel a la República. De todas maneras, también cosechó enemigos dentro de sus propias filas, por lo que llegó a ser juzgado y absuelto, acusado de simpatizar con los nacionales. Tras el juicio, a parte de dirigir la fábrica de Trubia, desarrollará otras funciones de mando militar en la región. Cuando Asturias está a punto de caer en manos de los sublevados, las autoridades republicanas ofrecen a Franco Mussió un barco para pasar a una zona segura para él y su familia, pero el coronel decide quedarse en su puesto hasta el final. Ante la llegada de las tropas nacionales, pacta con el coronel Camilo Alonso Vega, jefe de la IV Brigada de Navarra, la entrega intacta de la fábrica a cambio de que se respetara su vida y la de sus oficiales. Pero, vae victis, inmediatamente se le abre un juicio de guerra a él y a sus oficiales y se les condena a muerte. La condena será ratificada por el general Fidel Dávila y contará con la aprobación del general Franco. Más de cuarenta años de leal servicio a España y al ejército fueron gratificados con cinco balazos. Unos días más tarde, en Santander, fue fusilado su hijo mayor, el capitán de artillería José Franco Soto.

 

Fuentes:

Archivo Militar de Segovia

Registro Civil de Barcelona

Hemeroteca del ABC

Hemeroteca de La Vanguardia

https://www.toledo.es/toledo-siempre/exposiciones-virtuales/homenaje-a-la-fabrica-de-armas-de-toledo/artilleria-fabrica-nacional-de-toledo-fabricacion-de-instrumental-quirurgico-ano-1923/

 

 

Juego de Tronos. Los empleos militares honoríficos entre reyes.

07 Miércoles Feb 2018

Posted by Raimundo de Miguel Alonso in Episodios Nacionales

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Alfonso XIII, Eduardo VIII, España, Farnesio, Jorge V, Nicolás II de Rusia, rusia, Toisón de Oro, Valladolid

El zar Nicolás II con el uniforme de Coronel Honorifico del regimiento de caballería Farnesio de Valladolid.
Lleva también impuesto el Gran Collar de la Orden del Toisón de Oro concedido por A-XIII.
(El cuadro es copia del original).

No es demasiado conocida la práctica y costumbre protocolaria y palaciega, que sobre todo durante el siglo pasado estableció el nombramiento de distintos Reyes como Coroneles de regimientos de otros países.

Del mismo modo que el intercambio de órdenes y condecoraciones de la más alta categoría entre mandatarios, Reyes o Presidentes de Repúblicas y Gobierno, se mantiene hasta nuestro días cada vez que hay un viaje de Estado o un encuentro oficial, esta otra dignidad solo estuvo reservada fundamentalmente a los monarcas, tan aficionados, entre otras muchas cosas, a “coleccionar” uniformes, reconocimientos de todo tipo y condecoraciones, al estar en todos los casos estrechamente vinculados a la institución militar.

De algún modo se trataría de un escalón premial de mayor importancia, un detalle de cercanía no exento de una gran vistosidad a la hora de la imposición, circunscrito como decíamos a los Pares que en muchos casos mantenían lazos familiares y parentescos muy directos.

En la imagen bajo estas líneas, con parecidos físicos en algún caso realmente sorprendentes.

Nicolás II de Rusia y Jorge V de la Gran Bretaña con uniformes intercambiados de sendos regimientos de ambos países.

Estos nombramientos, que también como en el caso de las grandes condecoraciones, jugaban un importante papel como instrumento político y diplomático, -el agasajo como antesala de la negociación-, implicaban además un plus de confianza personal del monarca.

Se aprovechaban distintos contextos. Desde funerales a coronaciones, pasando por visitas de otro tipo pero siempre intentando hacerlo coincidir con un viaje de carácter oficial para que el nombramiento tuviera la mayor repercusión y relevancia posible. De no ser posible se utilizaban altas delegaciones encargadas de entregar el nombramiento y el uniforme.

Reyes reinantes en el funeral de Eduardo VII de la Gran Bretaña en 1910, con Alfonso XIII vistiendo un uniforme de un regimiento británico.

La historia que ha dado pie a este post, rescata del olvido un pasaje, que por la mítica que rodea al personaje, el Zar Nicolás II, nos ha perecido digna de mención.

Alfonso XIII debía mantener una estrecha relación con el Zar, ya que incluso hemos podido leer que intentó infructuosamente ante las nuevas autoridades bolcheviques el exilio del Zar y su familia a España. La Revolución no hacía prisioneros, y la posibilidad del Zar exiliado nunca se hubiera permitido. Todo acabo trágicamente en Ekaterimburgo en 1918.

Cuadro del magnífico retratista húngaro Laszlo de Lombos*,1927, de Alfonso XIII vistiendo el uniforme de Húsar de Pavía. Luce las Grandes Cruces de Carlos III y del Mérito Militar con distintivo rojo y las insignias de Gran Maestre de las Ordenes de Caballería españolas; Santiago, Montesa, Alcántara y Calatrava. Museo Nacional de El Prado.

Antes de todo aquello, en 1908, se nombra Coronel Honorifico del regimiento de Lanceros Farnesio Nº5 al Zar, que de forma simultánea nombra a A-XIII Coronel de un distinguido regimiento de Ulanos**.

En este caso, y probablemente en otros donde no coincidía con un viaje oficial, máxime entre dos países tan lejanos, el nombramiento se materializó utilizando dos comisiones creadas a tal efecto.

En el caso español, la delegación se trasladó a San Petersburgo en mayo de 1908 con el uniforme, realizado a medida lógicamente (por parte de los mejores sastres y en su versión y acabados más lujosos), para el Zar. Dada la importancia del agasajado, presidió la delegación el primo del Rey, el Infante Fernando de Baviera y Borbón. Además del uniforme como tal y las insignias correspondientes, se le entregaron otros regalos y detalles en relación con el Farnesio y su historia. Después de la ceremonia, siempre se acababa con un banquete de gala. En este caso en el suntuoso Palacio de Invierno.

Alfonso XIII posando en el Palacio Real de Madrid con el uniforme de Coronel del 7º regimiento de Ulanos de Olviopol junto a un parte de la delegación de dicha unidad.

En marzo de 1908 la delegación rusa se desplaza a Madrid en tren. Como en el caso anterior un primo del Zar, el príncipe Vladimir Boris, preside la comisión que se entrevista con A-XIII en el impresionante salón Gasparini del Palacio Real, donde se le hace entrega de su nuevo uniforme y de otros objetos.

La relación e intercambio simbólico de elementos no se quedo ahí en este caso. Las hombreras de ambos regimientos llevaban el monograma del Rey honorifico (N-II y A-XIII), en ambos acuartelamientos se colgaron cuadros del Zar y de A-XIII con sus uniformes foráneos (en este último caso pintado por Ortiz Echagüe*** en 1912), y los estandartes de ambas unidades también incorporaban la cifra de cada Rey en sus blasones.

Sorprendente recreación gráfica de las hombreras que se utilizaron en ambos regimientos. En el español con el monograma de Nicolás II, y en el ruso, con el de Alfonso XIII.

Todos estos objetos, realmente únicos por la circunstancia que ilustran, en el caso español se conservan afortunadamente en el museo del regimiento en Valladolid, pero los que había en Rusia han desaparecido.

Oficiales y Plana Mayor del Regimiento de Lanceros Farnesio.
Esta foto, dentro de un extenso álbum, le fue entregada al Zar junto al resto de regalos y recuerdos.
(Archivo del Regimiento)

Para saber más:

(*) Laszlo de Lombos

https://www.museodelprado.es/aprende/enciclopedia/voz/laszlo-de-lombos-philip-alexius-de/37a1d8d9-ff62-47fb-aed9-e6514d06f6e0

(**) Regimientos de caballería Ulanos

 https://es.wikipedia.org/wiki/Ulano

(***) Antonio Ortiz Echagüe

http://www.euskonews.com/0461zbk/gaia46101es.html

Agradecimientos:

Regimiento Farnesio Nº5 de Valladolid por su encomiable labor de conservación de estos y otros objetos de gran valor histórico.

Reseña: “Los Generales de África”, de Juan José Primo Jurado

29 Lunes Ene 2018

Posted by Joan in Lecturas Recomendadas

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Alfonso XIII, Almuzara, Annual, Franco, Guerra de Marruecos, Los generales de África, Marruecos, Millán Astray, Prim, Primo Jurado

Empiezo con una anécdota personal. A finales de los años 80, yo era un adolescente al que le apasionaba la música clásica, pero que no tenía ni idea de dónde podía aprender sobre ella o cuáles podrían ser los mejores compositores y sus mejores obras. ¡Acordaos de cómo era la vida antes de internet! Por eso, para mí fue de gran ayuda el disco de Luis Cobos titulado Tempo d’Italia. La crítica y los conneisseurs del tema se le echaron a la yugular. Pero fue un éxito de ventas y dio a conocer a la música clásica a muchísima gente que, sin su acercamiento, hubiera permanecido ajena a ella. Este libro, en cierto modo, me recuerda a aquel disco. Parte de una idea brillante: presentar a algunos de los más destacados generales españoles que han luchado en Marruecos desde la Guerra de África de 1860 hasta la retirada del Ifni de 1974; es una excelente introducción al tema, pero a la que probablemente historiadores de corte más académicos le pondrán algún que otro pero.

Como puntos positivos del libro, destacaría que nos hable de generales muy poco conocidos, como Oswaldo Capaz, Gómez-Zamalloa o Gómez de Salazar. Es interesante la selección de militares, quienes, inevitablemente, muchos tuvieron que participar en la Guerra Civil. Me ha llamado la atención la gran cantidad de africanistas que también tuvieron los republicanos. Y la gran mortalidad que hubo entre todos ellos, fueran del bando que fueran. Los desastres de la Guerra Civil no conocieron bandos.

Como puntos menos positivos, destacaría que, en general, las biografías son un poco sosas, en el sentido no aporta mucho más que la información que uno mismo puede encontrar en cualquier otro libro o por internet. Así, se echan en falta anécdotas o datos personales. Por ejemplo, en el caso de Millán Astray, a parte de su agitada vida personal, podría haber explicado la influencia del Bushido (que llegó a traducir) en la creación de la Legión. Otro punto en el que me parece que cojea, es la falta de crítica. A excepción de Silvestre (y por el Annual), en algunos casos parece que el generalato español formaba una suerte de panda de von Mansteins acosados por políticos inútiles. Obviando que muchos de estos mismos militares tuvieron responsabilidades políticas como jefes de gobierno o ministros.

El general Prim, por quien tenemos una especial admiración en este blog.

El libro salva correctamente la complicada biografía de Franco. A pesar de que no lo nombra “dictador” en ningún momento (sólo lo hace citando a Thomas Hughes; en cambio, califica como a tal a Primo de Rivera), sí que recalca la brutal represión que encabezó durante la guerra y la posguerra, siendo llamativa su nula indulgencia hacia algunos de sus antiguos compañeros de fatigas africanas. Y ya que Marruecos es el leitmotiv del libro, hubiera sido interesante desarrollar la acción del Biutz no solo como una mera hazaña heroica de Franco, sino con la polémica que hubo más tarde con el teniente Salafranca y las Laureadas no concedidas.

El nombre del general Fernández Silvestre estará ligado para siempre a las guerras de Marruecos.

Finalmente, y puede que involuntariamente, abre un debate. En su introducción, nos indica que el andalusí Gálib fue el primer general español en conquistar Marruecos. La verdad es que me parece osado considerar a Gálib como español (¿lo era su califa Al-Hakam II?), ¿Se consideraba a sí mismo como español? ¿Conquistó Marruecos para mayor gloria de España? Si seguimos con su razonamiento, la Reconquista no hubiera sido en realidad una Guerra Civil. ¿Lo fue?

El autor es Juan José Primo Jurado (Córdoba, 1961) doctorado en Historia, licenciado en Filosofía y Letras y diplomado en Magisterio. Actualmente es el subdelegado del Gobierno de España en Córdoba, dirigió anteriormente la concejalía de Patrimonio y Casco Histórico de la ciudad. Anteriormente había sido director del Archivo Histórico del Palacio de Viana. Ha recibido las condecoraciones de la Cruz al Mérito Militar (2003) y Medalla de Plata al Mérito Social Penitenciario (2017). Además es autor de numerosísimos libros sobre la historia de Córdoba, algunos de los cuales he leído y os recomiendo vívamente.

En resumen, considero y recomiendo el libro especialmente para aquellas personas que quieran introducirse en la apasionante historia de nuestras guerras africanas.

El Sr. Primo Jurado durante la presentación de su libro.

 

 

Ficha técnica

Título: Los Generales de África

Autor: Juan José Primo Jurado

Editorial: Almuzara

Colección: Historia
Páginas: 304
Edición ilustrada
Tamaño: 15,00 x 24,00 cm
Encuadernación: rústica con solapas
PVP: 17,95 €

Reseña bibliográfica: “Medallas y Ascensos en sus Documentos. 1811-1931”

20 Miércoles Dic 2017

Posted by Joan in Lecturas Recomendadas

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Alfonso XIII, Concesiones, Documentos, Fernando VII, Medallas, Orden de San Fernando, Orden de San Hermenegildo

Los amantes de la Historia Militar tenemos una ineludible visita a la librería virtual de Todocolección para adquirir el nuevo libro de Antonio Rodríguez Belles. Este es un libro imprescidible ya que por primera vez se trata en profundidad el tema de las concesiones militares y los Escudos de Distinción.

Los documentos, como nos indica el propio autor, son atractivos por varios motivos. A parte de ser mucho más escasos que las medallas y estéticamente muy atractivos, nos permiten escarbar en las historias personales y hechos de armas necesariamente memorables para ser objeto de la condecoración. Además, los lotes de documentos de un mismo militar pueden ser un verdadero tesoro que te traslada a un viaje por la historia que los convierten en un DeLorean de papel.

Las 245 páginas del libro están fastuosamente ilustradas con fotografías de documentos, dibujos de los Escudos de Distinción, imágenes de militares y, como no, las propias e ineludibles condecoraciones y en él vamos a encontrar concesiones de la Orden de San Fernando o la Orden de San Hermenegildo desde la época de Fernando VII hasta la de Alfonso XIII, con diversas variantes; documentos de ascensos; y, lo mejor de todo, lotes enteros de militares cuyas mareantes biografías os van a sorprender y admirar. Las andanzas militares del miembro de la “División Vascongada” en la Guerra de África de 1860 o la del miembro de la Expedición a los Estados Pontificios para auxiliar al Papa Pio IX son puros relatos de aventuras inolvidables.

Otro de los pilares del libro son los Escudos de Distinción. Podrían ser considerados como unos antecedentes de las condecoraciones “metálicas”, que se entregaron especialmente durante las tres primeras décadas del siglo XIX. Por su naturaleza material, apenas quedan ejemplos de ellos, por lo que las pocas referencias que tenemos de la mayoría de ellos se basan en documentación y dibujos, como los que reproduce el propio autor. Este hecho, ha provocado que nunca antes se hayan estudiado en profundidad ni listado en su totalidad, lo que hace de esta obra de Rodríguez Belles en una obra doblemente pionera.

En conclusión, que no es por meteros prisa, pero el anterior libro del autor, “Las Recompensas de los Ejércitos de África, 1860-1936”, ya está agotado. No me lo pensaría yo mucho para quedarme pronto con éste. Realmente está muy bien escrito, es ameno, riguroso y las fotografías son una verdadera gozada.

 

En contra del libro: Que os deis cuenta que esto de coleccionar concesiones y documentos militares es una gozada y que entre todos hagamos subir los precios.

A favor del libro: Aporta luz sobre dos aspectos de la militaría totalmente arrinconados: los documentos de concesión y ascensos y los Escudos de Distinción.

 

Ficha técnica:

Autor: Antonio Rodríguez Belles

Título: Medallas y Ascensos en sus Documentos. 1811-1931.

Editorial: Tantin Ediciones. Santander, 2017.

Punto de venta:

https://www.todocoleccion.net/militaria-libros-literatura/medallas-ascensos-sus-documentos-1811-1931~x106978926

PVP: 39€

 

La Medalla de las Campañas de la República

22 Martes Sep 2015

Posted by Joan in Condecoraciones españolas

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Etiquetas

1931, Alfonso XIII, Azaña, crisis de la monarquía, Cuba, Filipinas, Guerra de Cuba, Guerra de Filipinas, Guerra de Marruecos, II República, Manuel Azaña, Marruecos, Medalla de las Campañas de la República, Segunda República

anver 02España, 1931. El régimen monárquico parece insostenible. Tras los fracasos de las dictaduras (o dictablandas) de Primo de Rivera y de Berenguer, el centro de las críticas se dirige a Alfonso XIII. Un buen rey para salir a cazar, conducir bólidos o divertirse; pero un hombre incapaz de resolver los problemas que afronta su país. Tras unas elecciones municipales, los partidos republicanos se imponen en las grandes ciudades (aunque no a nivel global). Los políticos y militares monárquicos, entre deprimidos y desconcertados, no reaccionan o se pasan al lado republicano. Maura, entre otras significativas figuras, recomiendan al Rey abdicar y éste, viéndose prácticamente solo, se marcha al exilio. Primero a París, más adelante a Roma. A seguir con su dolce vita particular.

El 14 de abril se proclama la Segunda República. Como dijo alguien, una República sin republicanos. Aunque en honor a la verdad, debería decirse con pocos republicanos. Y una de las primeras medidas que se toman es la abolición de los símbolos monárquicos -1- . Obviamente, las órdenes y condecoraciones no se salvaron de la reforma (o escabechina). Se suprimieron todas las órdenes excepto la de Isabel la Católica y la Orden Civil de África. Se creó la Orden de la República. En cuanto a las condecoraciones, algunas, simplemente se reformaron, como la orden del Mérito Militar; pero otras muchas, fueron suprimidas. Como las de las campañas de Cuba, Filipinas y Marruecos. Éstas fueron sustituidas por la Medalla de las Campañas de la República. El decreto, de fecha 17 de noviembre de 1931, llevaba la firma del, por entonces Ministro de la Guerra, Manuel Azaña.

Se trata de una condecoración de clase única (la misma para todos los rangos militares), de bronce y un tamaño de 22x31mm, con una corona mural en su parte superior. En el anverso, a una figura alegórica del valor, la rodea la leyenda “La Patria – al Ejército en campaña”. En el reverso, se muestra el escudo republicano y la leyenda “España”. La cinta, amarilla con dos franjas azules, podía llevar la aspa roja en de haber sido herido en combate. La medalla se completaba con pasadores de las campañas de Cuba, Filipinas y Marruecos.

rever 02Las antiguas medallas correspondientes a estas campañas, en un principio, se prohibieron. Pero más adelante, se permitió su uso, modificando todos los elementos monárquicos, como la corona, efigies reales o leyendas. Si bien, una vez ya iniciada la guerra, un Decreto determinó su prohibición definitiva.

En el bando nacional, un decreto de noviembre de 1937, restauró el uso de las antiguas medallas monárquicas y se suprimió la medalla de las Campañas de la República.

 

Notas
-1- Fueron numerosas las medidas que tomó el Gobierno Provisional. Una de las más destacadas fue una profunda reforma del ejército que llevó a cabo Manuel Azaña, a la sazón ministro de la Guerra, la célebre Ley Azaña. No es motivo de este post comentarla, pero no podía menos que citarla. Aunque no puedo resistirme a contar que quien firmó la supresión de la medalla de las Campañas fue el Secretario de Guerra (una suerte de Ministerio del ramo transitorio), el general Germán Gil y Yuste (1866-1948), quien había abandonado el ejército, acogiéndose a la Ley Azaña.

 

Fuente:
PRIETO BARRIO, Antonio: “Las condecoraciones en la Segunda República Española”, en Revista de Historia Militar. Número 117 (2015), pp. 231-288
http://uniformesp.blogspot.com.es/2013/05/medalla-conmemorativa-de-las-campanas.html
http://www.elmundo.es/loc/2014/06/14/5399bf2de2704eeb098b457e.html
Agradecer a Jaume Boguñà su ayuda y comentarios.

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